"He perdido mi vida por la fibromialgia"
Gema Díaz, ex empleada de banca y enferma de fibromialgia
Gema Díaz, una empleada de banca a la que el Tribunal Supremo ha negado recientemente una incapacidad absoluta, relata a este periódico su lucha diaria contra la enfermedad
"Mi día se termina a las tres o las cuatro de la tarde, cuando me tengo que acostar porque mi cuerpo no da para más, soy un zombi"
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La fibromialgia es una enfermedad de origen desconocido y que se caracteriza por un dolor crónico generalizado. Según estudios de la Sociedad Española de Reumatología, se estima que afecta a algo más del 2% de la población española, unas 900.000 personas, con una mayor incidencia entre las mujeres. Gema Díaz es una ex empleada de banca sevillana que lleva más de seis años luchando con esta enfermedad, que ha motivado que se le reconozca una incapacidad, aunque no en grado absoluto, según una reciente sentencia dictada por el Tribunal Supremo.
Gema Díaz tiene ahora 49 años y ha concedido una entrevista a este periódico porque quiere que se visualice el día a día y el sufrimiento continuo de los pacientes de fibromialgia, una de las denominadas "enfermedades invisibles".
La vida de Gema ha estado marcada desde su juventud por problemas relacionados con la bulimia. En el año 2001 entró a trabajar en una entidad bancaria, como interventora, aunque también desempeñaba la labor de cajera, y no fue hasta el año 2015 cuando tuvo que coger su primera baja laboral por motivos de salud, en concreto, por una depresión mayor y ansiedad. Tras pasar varios meses de baja, pidió el alta voluntaria y cuando regresó a su puesto de trabajo le "echaron una bronca" porque su jefe, explica Gema, entendía que haberse cogido una baja suponía un desprestigio para la entidad.
Dos años después, en 2017, causó nuevamente una baja y fue entonces cuando le diagnosticaron la fibromialgia, con un grado de 18 puntos, la máxima que existe. La fibromialgia tiene como unos 100 síntomas "y yo tengo muchos de ellos", relata Gema, que comenta cómo ha llegado un punto en el que el tratamiento farmacológico de sus dolores ya no la alivian. Ha buscado alternativas a la medicación como la acupuntura, la fisioterapia o el gimnasio, pero tiene "muy limitados" los ejercicios y además los médicos le han asegurado que tendrá que someterse a una intervención quirúrgica de la columna. "Me han dicho que en los próximos años, entre cinco y diez años, tendré que operarme porque tengo un pinzamiento permanente de un nervio ciático y si no me opero puedo quedarme en una silla de ruedas". Además, ha tenido que hacer una inversión para cambiar de domicilio, porque en su vivienda actual no tiene ascensor y con el tiempo le hará falta.
"El chollo que me había buscado"
A partir del diagnóstico, comenzó la reclamación contra la Seguridad Social, tanto en la vía administrativa como en la judicial, que ha terminado ahora con la sentencia del Tribunal Supremo. Gema cuenta como anécdota que uno de sus compañeros le felicitó por el "chollo que se había buscado" al lograr el reconocimiento de su incapacidad laboral, que la ha convertido en una pensionista a su edad, pero ella lo tiene claro: prefería seguir trabajando y hacer su vida con normalidad. "Yo he perdido mi vida, no sólo la laboral, sino también la social y familiar, desearía poder pasar más tiempo con mis dos hijas y mi pareja", confiesa emocionada.
Y es que, según relata, aunque por la mañana puede estar activa y hacer algunas cosas, su jornada termina después del almuerzo. "Tengo dolores continuos, me levanto rígida, dolorida, con mucho sueño, tengo cefaleas, dolores de ojos. Hay días que me levanto preguntándome por qué hago este esfuerzo. Mi día se termina a las tres o las cuatro de la tarde, cuando me tengo que acostar porque mi cuerpo no da para más, soy un zombi", afirma Gema, que indica que son tantos los dolores que hacen que tenga cambios de humor, que esté irritable. "Nadie que no viva en sus carnes la fibromialgia puede imaginarse lo que es esto".
Gema denuncia que la fibromialgia es una gran desconocida para la sociedad, por lo que pide a las personas que se informen sobre esta patología, que "intenten comprender el porqué de las cosas, con ésta y otras enfermedades de las llamadas invisibles". Hay gente, precisa, que no entiende los padecimientos de un enfermo de fibromialgia, "el sacrificio que que supone levantarte todas las mañanas a pesar de que no tienes ningunas ganas de hacerlo". Así, añade que actualmente hacer cualquier actividad "se le hace una montaña. No tienes ganas de salir, de ver a tus amigos, de hacer el amor... Y es muy triste vivir así".
La enfermedad ha provocado también que tenga que dejar de hacer, o hacerlo con menos frecuencia, las cosas que siempre le han gustado. "Ahora no quiero ir a la playa, me cuesta mucho ir con la silla y la sombrilla; tampoco puedo recorrer las mismas distancias que antes. Pero aún me sigue haciendo ilusión viajar e ir a conciertos de música".
Gema confía en que esta entrevista pueda dar visibilidad a una enfermedad que afecta a muchas personas y que incluso la ha llevado a tomar en ocasiones decisiones límite. "La sociedad no conoce para nada la enfermedad y ni se la cree porque no sale en los análisis; gente cercana no se molesta en informarse siquiera. La fibromialgia no sale en ningún lado", concluye.
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