La “visión panorámica” del Derecho
Abogacía
El abogado sevillano Juan Carlos Alférez diserta en la Facultad de Derecho sobre el “abogado generalista”, una figura que considera imprescindible para afrontar las denominadas macrocausas
La “visión panorámica” del Derecho es imprescindible para cualquier despacho de abogados, en los que debe existir un letrado “generalista” de cierta experiencia. Esta es la tesis que ha defendido Juan Carlos Alférez (Sevilla, 1967), en la conferencia que pronunció en la Facultad de Derecho de la Hispalense titulada “El abogado generalista”, dentro del ciclo “Grandes abogados de Sevilla”.
En su intervención, Juan Carlos Alférez, que en los últimos años ha destacado como uno de los letrados más conocidos dentro de las denominadas macrocausas que se investigan en los juzgados de Sevilla, defendió la necesidad de que cada despacho especializado cuente con un abogado “generalista” con experiencia que, a semejanza de un “médico internista”, puede tener la capacidad de “enfoque global ante un problema jurídico” porque, según dijo, es difícil encontrar problemas jurídico complejos que “puedan ser resueltos de manera exclusiva dentro de la especialidad”.
El letrado ha hecho un repaso desde sus inicios en la profesión. Terminó la carrera en 1991 y preparó oposiciones al cuerpo superior de inspectores de fianzas del Estado, pero a finales de 1992 vio claro que “no tenía dotes de opositor”, que era un opositor "desastroso" y fue entonces cuando comenzó a ejercer el oficio.
En su trayectoria “se cruzó” un hecho inesperado, la irrupción de lo que no duda en calificar como “el derecho de la corrupción”, comenzando a ejercer la defensa en una de las denominadas macrocausas, la de Mercasevilla, que “inauguró toda una era y de la cual, pendieron todas las demás hasta las literalmente cientos que hoy en día se instruyen en el territorio de nuestra Audiencia y en general en todo el territorio nacional”, ha señalado Alférez.
El abogado ha comenzado su intervención recordando una conversación que mantuvo varios años después de terminara la carrera con el profesor Luis Humberto Clavería, a quien le mostró su deseo de ejercer como abogado procesalista, “defender en los tribunales, vestir la toga y practicar el derecho en mayúsculas”.
El consejo que le dio “su maestro” fue el siguiente: “Ser abogado es un oficio, termine de aprenderlo, pero asegúrese de ser un jurista integral, intente conocer la base de las instituciones en los diferentes órdenes jurisdiccionales y sea tremendamente riguroso y técnico en la búsqueda de las respuestas jurídicas, pero sobre todo no tenga miedo. Si usted tiene un oficio aprendido, jamás le hará falta trabajo, tener un oficio es un tesoro, a veces le reportará más, a veces menos, pero créame, el oficio de abogado, bien aprendido y bien practicado, siempre le dará de comer”.
A partir de esa reflexión del profesor Clavería, Juan Carlos Alférez coincidió en que el oficio de abogado “se aprende, no sólo se estudia”. El estudio, prosiguió, es el “cimiento de la profesión”, es la base a partir de la cual se construye el oficio, dado que “sin base jurídica no será posible forjar un abogado, pero del mismo modo, sin experiencia, sin ejercicio, sin aprender y practicar las habilidades necesarias para ejercer el oficio, no nacerá el abogado”.
El abogado ha añadido que no concibe la figura del abogado sin ser jurista. “Todo abogado debe reconocerse asimismo como jurista, incluso dentro de su especialidad si ésta es su opción, pues querer analizar el derecho desde una sola disciplina sin entender que el ordenamiento jurídico tiene una vocación integradora de su conjunto, podría suponer llegar a perder valiosísimos recursos y habilidades para toda aquella práctica jurídica que en cada momento se haya de desarrollar”.
Alférez ha sido presentado por el decano de la Facultad de Derecho, Alfonso Castro, quien ha indicado la importancia de la Abogacía porque, según dijo, “cuando tenemos problemas de verdad, antes de los que acaban con nosotros, a quien miramos siempre es a nuestro abogado” para que “te ayude, te apoye y te salve”.
El decano ha recordado que por este ciclo ya han pasado los abogados Joaquín Moeckel y Francisco Baena Bocanegra. La vicedecana, Ana Luque, ha mostrado su especial satisfacción por la recuperación de este ciclo de grandes abogados sevillanos.
Álvaro Martínez, del Instituto de Estudios de Cajasol, ha destacado por su parte que este ciclo de conferencias bien podría llamarse “ciclo de grandes abogados de España” y en ese caso “habrían venido los mismo ponentes” que lo han hecho hasta ahora.
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