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Villén recibió una "orden" de Viera con las personas que debían incorporarse a la Faffe cuando empezó a funcionar

Caso Faffe

El ex director general técnico reconoce que contrató por el "camino más rápido" a Antonio Torres, ex alcalde socialista de Lebrija, porque la Fundación tenía "un serio problema" de financiación y él disponía de una "interesante agenda de contactos" para captar recursos externos

Un ex alcalde socialista se defiende de la acusación de cobrar sin trabajar en la Faffe: "Eso no se corresponde con la realidad, por Dios santo"

Fernando Villén (a la izquierda) llega a la Audiencia de Sevilla junto a su abogado. / Juan Carlos Vázquez

Fernando Villén, ex director general técnico de la Fundación Andaluza Fondo y Formación de Empleo (Faffe), explicó ayer que contrató a Antonio Torres, alcalde de Lebrija por el PSOE entre 1979 y 2003 y "mando" de la Faffe durante los ocho años siguientes, con una misión muy específica, "la captación de recursos externos a la Junta de Andalucía", y que eligió el "camino más rápido" para su 'fichaje' porque "había consolidado una agenda de contactos bastante interesante" y la Fundación, recién nacida, sufría "un serio problema con su modelo de financiación". Eso alegó para justificar que no se celebró el proceso selectivo que exigía la ley, porque durante su etapa en el Ayuntamiento.

El ex director general técnico, que contestó a todas las partes personadas en esta causa contra él y contra Torres excepto a la acusación ejercida por el PP, recordó primero cómo fue la selección de personal en 2003. Lo primero que recibió, el 28 de mayo de 2003, fue "una orden" de José Antonio Viera "que establecía los periodos en que debían incorporarse determinadas personas, con nombres y apellidos". Esa lista, en la que no figuraba Torres, estaba compuesta básicamente por personas que venían de Fondo de Promoción de Empleo, el organismo predecesor de la Faffe.

A continuación se abrieron tres vías para seguir con el proceso de contratación: "Un portal de empleados, fundamentalmente el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) y cuando entrábamos en modo desesperación, la prensa", ha desgranado.

El problema, recalcó, es que en esa primera fase sólo contaban con un presupuesto de 1,2 millones de euros y su fin era continuar con los expedientes que provenían del antecesor de la Faffe, el Fondo de Promoción de Empleo. "En 2003 informé directamente al presidente del Patronato de la Fundación de que teníamos un serio problema con el modelo de financiación. Aquella fase resultó tan caótica... Entendí que necesitábamos recursos externos porque no teníamos nada. Jamás tuvimos transferencias de financiación", relató.

Entonces surgió el nombre de Torres. "Yo buscaba un camino más rápido", admitió al hacer hincapié en la urgencia de buscar recursos externos. "Él era muy conocido, por su agenda y su renombre, y por sus conocimientos llegó hasta el Ministerio de Defensa y el de Interior, que para mí se salía de nuestro ámbito", prosiguió para ensalzar las habilidades de Torres, a quien elogió también por su "admirable trabajo en la Mancomunidad del Bajo Guadalquivir". "Ellos abrieron la llave de lo que entonces era un pequeño caos: los fondos de la Unión Europea, los fondos estructurales... Un maremágnum. Se trataba de buscar recursos debajo de las piedras y yo sabía que él conseguía muchas cosas", destacó.

"Era un personaje público y conocido por su trabajo en la Mancomunidad con la Unión Europea en el ámbito de la formación. Era una persona muy intensa, me llamaba permanentemente. No sólo realizó el trabajo, sino que fue muy perseverante", elogió.

Villén también recordó que el funcionamiento de la Faffe siempre estuvo controlado por los interventores de la Junta de Andalucía, la Cámara de Cuentas y el Fondo Social Europeo, en este caso cuando al organismo llegaban ayudas de la UE

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