Más pruebas contra la banda que llevó cocaína desde Málaga a Sevilla con la ayuda de dos policías y un guardia civil
Narcotráfico
La Policía radiografió el contenedor con un escáner portátil en el mismo puerto de Málaga, después le hizo una cata que le permitió ver que de allí salía una "sustancia blanca" y el narcotest dio positivo
El empresario que arrendó la nave de Carrión de los Céspedes donde acabó la droga siguió pagando el alquiler hasta hace un mes e incluso abonó al propietario la nueva cerradura que colocó tras la operación policial
Los dos policías y el guardia civil acusados de custodiar un cargamento de cocaína tenían una “relación estable extralaboral”
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El juicio a la organización que supuestamente introdujo 365 kilos de cocaína procedente de Colombia en España a través de Málaga, camuflados en un cargamento de piñas y con la ayuda de dos policías nacionales y un guardia civil, prosiguió ayer en la Audiencia de Sevilla con una sesión repleta de testigos pero muy breve en realidad. En poco más de una hora declararon nueve policías, la mayoría de Aduanas, y el empresario que alquiló a uno de los acusados la nave donde acabó el contenedor con la droga, en un polígono de Carrión de los Céspedes. Los agentes dejaron muy claro que controlaban perfectamente qué tipo de mercancía arribó a puerto para después ser trasladada a la localidad sevillana tras hacer noche en Dos Hermanas. En la terminal analizaron el interior con un escáner portátil; después practicaron una cata (un agujero) al contenedor, del que salió “una sustancia blanca”; y el posterior “narcotest” de ese material dio positivo en cocaína. La Policía confirmó así la información que le había facilitado la Fiscalía colombiana cuando el barco zarpó desde Buenaventura Valle del Cauca.
También quedó aparentemente muy señalado Juan José M.S., el empresario que alquiló la nave donde acabó el camión con el remolque y el contenedor, en el polígono Novopark. Así, firmó ese contrato para entrar en la instalación pocos días antes de que el barco llegase a Málaga y después alquiló la carretilla elevadora (o torito) con la que otros acusados se disponían a descargar la droga en el momento de la irrupción policial. Es lo que declararon los responsables de la empresa que vende esa maquinaria. “Todos lo reconocían como la persona que realizó las gestiones de la nave y del torito”, dijo uno de los funcionarios de Aduanas.
El único testigo que no era policía explicó un par de curiosidades relacionadas con Juan José M.S.: una, que a pesar de su detención y su posterior procesamiento “siguió pagando” el alquiler de la nave hasta el pasado diciembre de 2023; y dos, que tras la entrada de la Policía Nacional, el 15 de septiembre de 2022, se vio obligado a cambiar la cerradura y este acusado también abonó eso.
El testigo, responsable de una conocida empresa de alimentación, indicó que arrendó la nave al encausado “menos de un mes” antes de que la Policía lo detuviese. Después concretó que ocurrió “entre el 7 y el 8 de septiembre”. La nave estaba “totalmente vacía” y se la entregó junto con un juego de llaves que las autoridades aún no le han devuelto.
El hombre también refirió que Juan José M.S. le explicó que necesitaba la nave “para montar algo de tema de construcción”, quizás para repartir el material que hasta entonces tenía concentrado en otra nave en Benacazón.
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