La madre del bebé muerto dice que su pareja le confesó que había sido él
Crimen del bebé de Los Prunos
La pareja fue grabada, con una orden judicial, en uno de los traslados en el furgón de la policía
La Fiscalía pide 28 años para cada uno de ellos y la acusación particular, la prisión permanente revisable
La mujer acusada de matar a su bebé y maltratar a su hijo de 3 años que, junto con su pareja por aquel entonces, se enfrentan a una petición de 28 años de cárcel por parte de la Fiscalía y prisión permanente revisable por parte de la acusación particular, ha declarado ante el jurado popular que enjuicia los hechos que éste, Ezequiel T. R., le dijo "sólo una vez" en el furgón policial que él lo había hecho, en referencia a la muerte del pequeño, de tan sólo 18 meses y fruto de una relación anterior.
Según comentó la fiscal del caso, durante los primeros momentos de la investigación el juzgado autorizó la colocación de micrófonos en el furgón del traslado conjunto de los acusados desde el calabozo de Blas Infante hasta los juzgados. "Gracias a esta medida, que es muy excepcional, se consiguió avanzar en la investigación", afirma la representante del ministerio público.
La madre acusada de asesinato, Isabel M. R.M. afirmó rotundamente durante todo su interrogatorio que nuncahabía pegado a sus hijos "ni hubiera consentido que nadie le hubiera hecho daño a mi niño", aunque reconoció que dice "muchos tacos" negó que los insultara.
Sobre los hematomas que presentaba el hijo mayor de la acusada, explicó que se los había producido al tirarse desde la litera hasta el suelo y caer sobre piezas de lego. En cuanto al trato que su pareja de entonces, el también acusado Ezequiel T. R. tenía con sus hijos, señaló que delante de ella nunca le había hecho daño a los hijos.
¿Quién acostó al niño?
Sobre el momento del fallecimiento, Isabel explicó que el bebé quería dormir y no podía, y Ezquiel se encargó de dormirlo mientras ella hablaba por teléfono y le preparaba la merienda a su hijo mayor que entonces tenía tres años. "No escuché golpes ni llantos. Ojalá me hubiera dado cuenta", decía entre sollozos. Cuando fue darle el biberón pasada la media noche se dio cuenta de que su hijo estaba inconsciente y lo llevaron corriendo al hospital.
Según la acusada, la mañana siguiente su pareja le dijo que si alguien preguntaba, tenía que decirle que habían acostados juntos al bebé. "En ese momento no echaba cuenta, pero dos años y medio encerrada me han dado para pensar en muchas cosas", reconoce al tiempo que se queja: "esto no se hace a un bebé de año y medio".
El acusado negó en todo momento que él acostara al bebé, afirmando que cuando él se fue, aún estaba despierto jugando. Algo que entró en contradicción con la lo que declaró durante la instrucción. El acusado afirmó que ahora es cuando dice la verdad. También se contradijo el acusado cuando durante el juicio explicó que Isabel no había entrado a ver al bebé durante la tarde. Durante la instrucción dijo que sí había ido varias veces a ver si el niño continuaba durmiendo en su cuna. El acusado reconoció que en ese tiempo estaba pensando en dejar a Isabel porque era una mujer "compulsiva y celosa".
A lo largo del testimonio de la acusada, se le preguntó por una conversación de whasap que mantuvo con una amiga a la que envió una foto de dos rayas de coca que, según la acusada hizo Ezequiel y él negó durante su declaración.
Los hechos
El jurado popular será, como indicó la abogada de la acusada Isabel M. R. M, el encargado de considerar acreditados los hechos ocurridos en en abril de 2016 en la barriada de Los Prunos. La Fiscarlía solicita 28 años y 7 meses de prisión para cada acusado por los delitos de asesino y maltrato en el ámbito familiar. Por su parte, la acusación particular ejercida por el padre biológico del bebé fallecido pide la prosión permanente revisable.
Asimismo, reclama que los acusados, él en prisión provisional desde el 27 de abril de 2016, indemnicen al hermano de la víctima con 101.800 euros a través de la Junta de Andalucía, que ostenta su tutela, y al padre del menor fallecido en la cantidad que resulte procedente tras la práctica de la prueba en la vista oral.
Para la Fiscal, "hay dos víctimas directas: el bebé fallecido y su hermano y dos indirectas, los dos hijos de Ezquiel T R. que presenciaron los malos tratos a los hijo de Isabel, tanto por parte de ella como de su padre". Aunque en principio el acusado tenía un trato adecuado con sus dos hijos, según la representante del ministerio público, "se subió al carro de la espiral de violencia con Isabel".
Por su parte, la defensa de Ezquiel T. R. aseguró que a lo largo del juicio probará que en el intervalo de tiempo en el que el bebé se estaba muriendo en su cuna tras recibir los golpes, éste no estaba en el domicilio y argumentó que el pequeño se cayó esa misma mañana desde un sofá como posible origen del traumatismo que presentaba el cadáver.
Respecto a la declaración de los hijos del acusado, una prueba preconstituida que se ha solicitado que se realice a puerta cerrada, donde los menores, de 13 y 9 años entonces narran cómo su padre e Isabel maltrataban al bebé fallecido y a su hermano, dice que "los niños mienten para que (el acusado) pague la pensión alimenticia o la ex mujer de Ezequiel se quede con la vivienda". La abogada califica la muerte del pequeño como "muerte accidental producto de una o varias caidas".
Durante la primera sesión del juicio declararon varias vecinas de la acusada, tanto en el periodo en el que vivía con la anterior pareja como con Ezequiel, que narraron los "malos modos" y los castigos que la madre tenía para el niño mayor, de sólo tres años. Asimismo, la directora de la guardería y una de las cuidadoras explicaron que el bebé llegó en marzo con varios hematomas que fotografiaron. Al preguntarle a la madre, esta dijo que se había caido de la sillita del coche.
Escrito de la acusación
En su escrito de acusación, el Ministerio Fiscal relata que, durante 2015, la acusada, identificada como Isabel M. R. M., vivió con sus dos hijos en una vivienda de la capital hispalense donde, “de forma constante”, les sometió a “todo tipo de insultos a gritos y castigos físicos, zarandeándolos hasta tirarlos al suelo o dejándolos a oscuras en el pasillo del bloque o en su habitación”.
La Fiscalía añade que esta situación continuó cuando la acusada y sus dos hijos se trasladaron a vivir con el investigado, Ezequiel T. R., con quien la primera comenzó una relación sentimental a principios de 2016 y que tenía dos hijos fruto de otra relación anterior que le visitaban los martes y jueves de cada semana y los fines de semana alternos, conviviendo todos juntos en el domicilio en ese periodo.
De este modo, el Ministerio Público precisa que, hasta el mes de abril de 2016, los acusados trataban a los dos hijos de la mujer “con absoluto desprecio, insultándoles constantemente (...) y agrediéndoles, a modo de castigo físico, por el simple hecho de que protestaran o lloraran por cualquier cosa, siendo también frecuente que los acostaran sin cenar, llegando incluso a pegarles en presencia de los hijos” del investigado.
Así, y según el escrito del fiscal, los castigos físicos al hermano de la víctima, de 3 años entonces, consistían en “apagarle cigarrillos en la espalda, barriga o glúteos, meterle en la bañera y ducharle con agua fría durante largo rato mientras lloraba, encerrarle en su habitación cerrada con pestillo y sin luz” y “si seguía llorando, iban al cuarto y le pegaban” e incluso “le golpeaban en la boca, haciéndole sangrar en alguna ocasión”.
Tras describir con más detalles dos de estas situaciones de maltrato, la Fiscalía asevera que las agresiones físicas por parte de los dos investigados al bebé de 18 meses fallecido “consistían en golpes y pellizcos en brazos, piernas, nalgas y sobre todo en la cabeza, llegando a producirle multitud de hematomas”.
El Ministerio Público precisa que los hechos tuvieron lugar sobre las 19:00 horas del 23 de abril de 2016, cuando los acusados decidieron acostar al bebé, de forma que el investigado se llevó al niño a la habitación de ellos, donde tenía la cuna, todo ello “con la aprobación” de su pareja, que permaneció hablando por teléfono en la habitación de al lado.
Lo zarandeó "brutalemente"
“Como quiera que el niño no paraba de llorar”, el acusado “agarró fuertemente por los brazos” al menor, “que no tenía capacidad alguna de defensa dada su corta edad”, y “con ánimo de causarle la muerte o, en todo caso, sin importarle que se muriera, lo zarandeó brutalmente, al tiempo que le chocaba sucesivamente la cabeza hasta en tres ocasiones con una superficie plana, dejándole después en la cuna”.
La Fiscalía agrega que, dada la cercanía de las habitaciones, la madre del bebé, “que estaba a unos 6 metros, escuchó los golpes y el llanto desconsolado del niño, obviando la obligación de cuidado que como madre le correspondía, no haciendo nada para impedir la agresión mortal ni posteriormente para auxiliar a su hijo, desentendiéndose de su estado y sin importarle que, a causa de los golpes que había escuchado, su hijo falleciera”.
Según indica el Ministerio Público en su escrito de acusación, la muerte del bebé “no fue instantánea, sino que se produjo de forma progresiva en unas horas”, teniendo lugar finalmente el fallecimiento entre las 21:00 y las 24:00 horas del 23 de abril.
En este sentido, la Fiscalía añade que, sobre las 00:45 horas, mientras el acusado salía del domicilio a comprar bebidas, la madre del bebé entró en su dormitorio para cambiarle el pañal y se lo encontró ya sin reacciones vitales, tras lo que ingresó en Urgencias de un centro hospitalario en parada cardiorrespiratoria a las 1,40 horas del 24 de abril.
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