Un nuevo informe pericial avala la hipótesis del "atropello mortal" en la muerte de una joven
Carmona
Descarta la versión del último informe de la Guardia Civil, que apunta que la víctima se pudo arrojar del coche en marcha
La familia insiste en que el caso sea investigado por un juez de violencia sobre la mujer
Un nuevo informe pericial presentado por la familia de una joven de 19 años que murió en la madrugada del 7 de septiembre de 2019 avala que las lesiones que presentaba el cuerpo son "compatibles" con un "atropello mortal" por parte del vehículo que conducía el novio y descarta que las mismas se hubieran producido al arrojarse la chica de forma voluntaria desde el coche en marcha.
El dictamen ha sido elaborado por el doctor Carles Martin Fumadó, médico forense en excedencia y presidente de la sociedad catalana de Medicina Legal y Toxicología, y se ha presentado en el juzgado por la familia para insistir en que la muerte sea investigada como un caso de violencia de género, a pesar de que el último informe elaborado por el Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico de la Guardia Civil (ERAT) concluyera que el fallecimiento "no es compatible" con un atropello mortal.
El nuevo informe aportado por la familia al juzgado, al que ha tenido acceso este periódico, concluye que las lesiones del cadáver "no son compatibles con un mecanismo de producción de caída acelerada desde el vehículo en movimiento y el posterior deslizamiento del cuerpo sobre el asfalto". En cambio, considera que dichas lesiones son compatibles con un mecanismo de producción que implique un "impacto entre el vehículo y el cuerpo de la víctima".
Sobre la primera de las conclusiones, el experto sostiene que no puede discutirse que las lesiones de la joven fueron producidas por el "contacto" con el quitamiedos de la autovía mientras "se encontraba en posición bípeda, lo que es incompatible con un mecanismo de caída y posterior deslizamiento sobre el asfalto".
En cuanto a la ausencia de lesiones propias en el caso de que hubiese sido la joven la que se arrojara del coche en marcha, el doctor Carles Martin señala que esas lesiones debieran "objetivarse fácilmente tras el examen externo del cadáver si se hubiera producido una caída a gran velocidad que habría implicado, en todos los casos, un deslizamiento sobre el asfalto. Cabe destacar, además, que el cadáver iba vestido con prendas cortas, que dejaban expuestas gran parte de la superficie corporal", añade, señalando que estas ropas tampoco presentaban señales propias de la existencia de deslizamiento sobre el asfalto. Estas señales tampoco aparecían en la mochila que llevaba.
Asimismo, el perito dice que el cadáver no presentada ninguna fractura en la bóveda craneal ni en la base del cráneo y, en este sentido, sostiene que dichas fracturas "están siempre presentes en los casos en los que la cabeza impacta con una superficie dura a partir de los 18 kilómetros por hora, circunstancia que se hubiera producido con total seguridad en un hipotético deslizamiento sobre el asfalto".
Dice el perito que el quitamiedos de la carretera tenía restos de pintura del vehículo accidentado, "lo que implica de manera inequívoca que el vehículo impactó con la barrera semirrígida metálica de protección del margen derecho de la carretera". Así, indica que como además la mochila de la joven también tenía restos de pintura, no puede explicarse la existencia de restos de pintura del vehículo accidentado sin la existencia de un impacto además entre el vehículo y la mochila" porque, en un hipotético salto o caída de la fallecida desde la puerta lateral trasera del coche en movimiento, con la aceleración propia del vehículo, "la trayectoria que de manera obligada hubiera descrito el cuerpo hace que sea imposible que se produjera un impacto entre el vehículo y la mochila, por lo que dicha hipótesis debe descartarse sin ningún género de dudas".
Este nuevo informe se suma a otros dictámenes que obran ya en la causa, en los que dos peritos judiciales y una psicóloga han certificado que lo que en un principio se consideró como el suicidio de una chica de 19 años, al tirarse de un coche en marcha, pudo ser un asesinato machista cometido por su novio, que presuntamente la atropelló y aprisionó contra la valla metálica de la autovía.
El suceso ocurrió a las tres de la madrugada del 7 de septiembre de 2019 en la autovía A-4 a la altura de Carmona, cuando la víctima murió por traumatismos múltiples, fractura de ambos fémures y rotura del bazo supuestamente al arrojarse del coche en marcha que conducía su novio.
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