Miquel Roca apuesta en Sevilla por traer el espíritu de 1978 a la España de 2024: "Ya lo hicimos una vez"

Padre de la Constitución

Uno de los padres de la Constitución estrena la nueva sede del bufete RocaJunyent-Gaona y desde la “ingenuidad” apuesta por “poner el Derecho al servicio de una mejor convivencia”

FOTOGALERÍA: inauguración de la nueva sede del Grupo RocaJunyent en Sevilla

Miquel Roca, con la Giralda de fondo, este martes durante el estreno de la nueva sede de RocaJunyent-Gaona. / José Luis Montero

Miquel Roca Junyent, uno de los siete padres de la Constitución de 1978, llevó este martes a la práctica su “querencia por Sevilla” y visitó la ciudad para inaugurar la nueva sede de la firma RocaJunyent-Gaona en “la capital de Andalucía”. Rodeado de decenas de autoridades, operadores jurídicos y representantes de los mundos universitario, sindical o económico, el insigne letrado, de 84 años pero en una impresionante forma mental y física, lanzó una decidida apuesta por el optimismo y por recuperar el espíritu de consenso y armonía de la Transición con la ayuda del arma que ha tenido toda la vida en su mano y que nunca dispara: el Derecho. “Plantear grandes pactos suena ingenuo, por cómo está España, pero hasta que lo hagamos, este país tendrá un lastre que será difícil quitarse”, había dicho unos minutos antes el consejero andaluz de Justicia, José Antonio Nieto. Roca recogió el guante, incluso el concepto, y reclamó como factible algo que obviamente “es muy difícil”. “Si ponemos el Derecho al servicio de una mejor convivencia, seguro que lo vamos a conseguir. Ya lo hicimos una vez. ¡Viva la ingenuidad!”, proclamó. 

La figura de Roca, como no podía ser de otro modo con una eminencia así, copó casi toda la atención de un acto celebrado en la azotea del edificio regionalista que diseñó José Saiz López y que se levantó en 1918. Casualmente, al lado de la avenida de la Constitución. Hasta allí subió (por las escaleras, ojo) el ponente de la Carta Magna, uno de los siete que diseñaron aquel texto sobre el que se levantó la democracia española tras cuatro décadas de franquismo. Y desde allí, con la Giralda y los músicos callejeros de fondo, confesó esa “querencia” por la ciudad y reivindicó el objetivo básico de un despacho que él fundó en 1996 en Barcelona, que ahora tiene sedes en media España y que en Sevilla trabaja junto a Gaona. “¿Qué queremos? Servir a la Justicia y a Andalucía”, se respondió.

Miquel Roca, José Antonio Nieto, Manuel Camas y Joan Roca posan antes de los discursos. / José Luis Montero

Atentas, con la inevitable reverencia que suscita un personaje de la relevancia histórica de quien estaba hablando, había cerca de cien personas. Junto a él, en el estrado, comparecieron su hijo Joan Roca, presidente del Grupo RocaJunyent; Manuel Camas, presidente de RocaJunyent-Gaona; y José Antonio Nieto, el consejero de Justicia. Y entre los espectadores, un poco de todo: Juan Bueno, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sevilla; Manuel Alés, presidente del Pleno del Consistorio; Ana María Vielba, viceconsejera de Industria, Energía y Minas; Ángeles Férriz, portavoz del PSOE en el Parlamento de Andalucía; Nuria López, secretaria general de CCOO Andalucía; los decanos de las facultades de Derecho de las universidades de Sevilla y Pablo de Olavide; Óscar Fernández-León, decano del Colegio de Abogados de Sevilla; José Antonio Carrizosa, asesor editorial del Grupo Joly; Raúl Pérez, representante institucional del Caja 87 de baloncesto; y por supuesto magistrados, fiscales y abogados.

De todos ellos, el único que pudo expresar en alto su veneración por Roca fue el consejero Nieto, que además lo precedió en el uso de la palabra. “De niño lo veía por televisión y lo admiraba, era uno de los mejores parlamentarios que había y siempre ofrecía argumentos para que España abriera una nueva etapa desde el acuerdo”, rememoró. Y a partir de ahí, dirigiéndose a los compañeros de otras formaciones allí presentes, les pidió “volver a ese estándar de calidad política de la Transición” y recordó que precisamente en su campo de acción, la Justicia, “resolver los problemas” de una Administración tan maltratada “es materialmente imposible sin ese diálogo”.

Manuel Camas también hizo de portavoz del “inmenso respeto y gratitud de muchas generaciones de españoles” por Roca, “alguien que apostó por el pacto y el diálogo”. Quien menos habló de Roca fue su hijo Joan, que a cambio se detuvo en “el mérito de los que trabajan todos los días aquí”. “Pensar que se puede hacer mejor que en Sevilla sería del género tonto”, recalcó.

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