La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
Asesinato en grado de tentativa
Dos hermanos y un cuñado de ambos, todos viejos conocidos de la Policía Nacional por su currículum delictivo en las Tres Mil Viviendas, se enfrentan a posibles condenas de entre doce y dos años de cárcel por amenazar e intentar matar a otro hombre al que dos de ellos dispararon un total de tres veces. La Fiscalía los acusa de intento de asesinato, amenazas graves y tenencia de arma prohibida o alterada. El juicio está señalado para dos días en la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla.
Según relata el Ministerio Público en su escrito de calificación provisional, los hechos ocurrieron el 21 de octubre de 2017 en la parte de la barriada Martínez Montañés conocida como Las Vegas. Ramón D.L.C., alias Grumete, conducía un ciclomotor en los alrededores de la calle Utopía y se colocó junto al vehículo donde iban la víctima, un delincuente apodado Amén, y varias mujeres. En un momento dado, el primero se dirigió "violentamente" al segundo y le profirió expresiones como "te tengo que matar" o "me voy a f...r a tu mujer" mientras lo amenazaba con un palo de madera de unos 85 centímetros de largo y un cuchillo con una hoja de 20 centímetros.
El amenazado, pese a que sus acompañantes intentaron impedírselo, acabó apeándose del coche y se enfrentó al acusado. Como consecuencia de ese altercado, también se presentaron allí los otros dos investigados, ambos familiares del Grumete: su hermano José María, alias Cucu, y su cuñado Francisco Javier J.M., alias Fabi.
El primero de ellos sacó una escopeta del vehículo en el que había llegado y, "con evidente desprecio por la vida ajena", disparó una vez contra la víctima, que salió huyendo en dirección a la calle El Nombre de la Rosa. Sin embargo, ya herido y "sin posibilidad alguna de defenderse", fue perseguido por su agresor y tiroteado de nuevo en dos ocasiones, primero por el Cucu y después por el Fabi. Como este le había "arrebatado" la escopeta, su cuñado sacó una pistola y lanzó varios disparos al aire. Después se cayó, sin que se sepa por qué, y así fue sorprendido por los policías nacionales que habían llegado al lugar.
La víctima sufrió varias fracturas y hematomas, así como una perforación en el abdomen. Tardó 300 días en curarse de todas las heridas, durante dos semanas permaneció en estado grave o muy grave y aún sufre distintas secuelas, como un trastorno de estrés traumático o daño estético por múltiples cicatrices. "Tales lesiones le habrían causado la muerte por shock traumático hipovolémico de no haber mediado una rápida atención médica", asegura la Fiscalía. En otras palabras, se habría desangrado.
La acusación pública pide doce años de cárcel para el Cucu (nueve por el asesinato en grado de tentativa y tres por la tenencia ilícita de armas) y once años y medio para su cuñado (nueve por el intento de asesinato y dos y medio por tenencia de arma prohibida). A ambos les aplica el fiscal la atenuante de reparación parcial del daño porque en 2018 ya indemnizaron a la víctima con 24.950 euros. El Ministerio Público, además, reclama dos años de prisión para el Grumete por un delito de amenazas graves con la agravante de reincidencia.
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