La ventana
Luis Carlos Peris
Reventa y colas para la traca final
Ángel Boza
El miembro de la Manada Ángel Boza seguirá en prisión sin fianza por el robo con violencia de unas gafas de sol el pasado 1 de agosto en el Corte Inglés del Duque. Así lo ha decidido el juez de Instrucción número 16 de Sevilla, Juan Gutiérrez Casillas, a instancias del Ministerio Público, que se opuso a la puesta en libertad del joven, tal y como ha adelantado este periódico.
El juez ha tomado esta decisión al considerar que existe riesgo de fuga y “teniendo en cuenta la naturaleza del presunto delito cometido, la pena que pudiera corresponderle, las circunstancias del hecho y antecedentes del investigado”, así como “para garantizar la eficacia de la investigación procesal y la disponibilidad del investigado a los llamamientos judiciales”.
El juez Juan Gutiérrez Casillas ha dado además por concluida la instrucción y ha dictado el auto que procesa a Ángel Boza por el robo con violencia de las gafas de sol. En esa resolución, que transforma las diligencias previas en un procedimiento abreviado, el juez considera que existen "indicios racionales" de que el miembro de la Manada habría cometido presuntamente un delito de robo con violencia con resultado de lesiones y utilización de instrumento peligroso. El instructor ha requerido a la Fiscalía de Sevilla para que en un plazo de diez días formule la acusación contra Ángel Boza.
El letrado Agustín Martínez, que representa al joven investigado solicitó el pasado lunes su puesta en libertad sin fianza, tras el encarcelamiento de Boza el pasado 2 de agosto por el robo de unas gafas valoradas en 148 euros. El letrado estimó que no se dan ninguna de las circunstancias para mantener en prisión provisional a Ángel Boza, por cuanto a su juicio no existe riesgo de fuga, ni posibilidad de ocultación, alteración o destrucción de las fuentes de prueba, ni tampoco de reiteración delictiva.
Sobre este último aspecto, Agustín Martínez mostró su sorpresa con respecto a la afirmación realizada por el instructor de la causa, cuando en el auto de prisión justificó la medida privativa de libertad en el hecho de que el detenido “no es un delincuente primario y tiene antecedentes penales por delitos contra la propiedad, entre otros delitos, por lo que no cabe la suspensión de la pena”.
El letrado argumentó que los únicos antecedentes que figuran en la hoja histórico penal de Boza, al margen de la condena por los abusos sexuales en los Sanfermínes, son dos relacionadas con delitos de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas y negativa a someterse a las pruebas de detección de alcohol, por lo que “no resulta acreditada la afirmación del instructor, no siendo ajustada a la realidad la existencia de antecedentes penales por delitos contra la propiedad”.
Agustín Martínez considera que en este caso, aún en una hipotética sentencia condenatoria, que “considera improbable”, ha de señalarse que “sería posible la suspensión de la condena toda vez que no deben tenerse en cuenta los antecedentes penales correspondientes a delitos que por su naturaleza o circunstancias, carezcan de relevancia para valorar la probabilidad de comisión de delitos futuros”. La defensa señala asimismo que Boza reconoció la sustracción de las gafas, antes incluso de que se aportara el vídeo inculpatorio, y añade que desde el principio ha negado de manera “contundente” que acometiera a los vigilantes de seguridad tal y como se recoge en la denuncia.
Por todo ello, el abogado pidió la liberta provisional sin fianza de Ángel Boza y con obligación de comparecer cada 15 día en el juzgado, o en su caso, con una periodicidad más corta “si así se estima necesario y con adopción, demás, de otras medidas cautelares como la retirada de pasaporte o la prohibición de obtenerlo, la prohibición de salir del territorio nacional o de un área concreta más limitado del mismo y aquellas otras que se estimen precisas a los fines de aseguramiento del procedimiento y/o bajo el establecimiento de una fianza pecuniaria”.
La Fiscalía de Sevilla ha mostrado su desacuerdo con el planteamiento de la defensa, exigiendo que se mantenga en prisión sin fianza al sospechoso, cuyo robo fue grabado por las cámaras de vigilancia del Corte Inglés y el vídeo figura como una de las principales pruebas de cargo.
El vídeo dura exactamente cuatro minutos y 44 segundos. Ése es el tiempo que Boza estuvo en la óptica de El Corte Inglés de la Plaza del Duque, donde se apoderó de las gafas de sol, un robo por el que fue enviado a prisión, dado que en la huida fue perseguido por varios vigilantes de seguridad del establecimiento y algunos resultaron heridos al ser acometidos por el joven.
En el vídeo se observa cómo Ángel Boza entra con tranquilidad en la óptica –a las 19:26 horas del pasado 1 de agosto, según recoge el reloj de la grabación–, donde en ese momento hay dos dependientes, uno de ellos atendiendo a un cliente y otro haciendo una consulta en un ordenador. Boza, que viste pantalón corto y va en chanclas, se dirige a los expositores de las gafas y tras echar un vistazo, comienza a probarse algunos pares. En algún momento aparece un tercer empleado del centro comercial. Boza no se dirige a ninguno de ellos en ningún instante para interesarse o preguntar por alguna de las gafas.
El joven fue observado por vigilantes de El Corte Inglés a través del sistema de videovigilancia cuando se apoderaba en el departamento de Óptica de unas gafas de sol de la marca Oakley. Les arrancó la alarma antihurto y las ocultó bajo un pantalón corto que vestía. Según el auto de prisión, “al efecto de lograr su propósito intentó causar confusión dejando sus propias gafas de sol en un expositor”.
En el vídeo se ve cómo sale del establecimiento con la misma tranquilidad, en menos de cinco minutos, siendo entonces perseguido por los vigilantes de seguridad que habían detectado el robo. Al ser interceptado por dos vigilantes, Ángel Boza “aceleró violentamente, dio un volantazo, llegó a invadir el carril contrario del parking” e impactó en el costado del cuerpo del vigilante, ocasionándole lesiones.
La forma en que ocurrieron los hechos permite calificarlos “indudablemente como un robo violento”, con una pena aparejada de entre dos y cinco años de cárcel, señala el juez en el auto de prisión. Boza se hallaba en en libertad a la espera de que se resuelvan los recursos contra la condena de nueve años de cárcel por un delito continuado de abuso sexual con prevalimiento a una joven en los Sanfermines de 2016.
Su abogado defensor, Agustín Martínez, considera que de las declaraciones ante el juez de los vigilantes se desprende que la sustracción de las gafas no fue un robo violento –que puede conllevar una condena de entre dos y cinco años de cárcel– sino un hurto al que correspondería una pena de multa.
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