Siete hombres serán juzgados por atacar e insultar a un grupo de homosexuales en la Feria de Sevilla

Siete hombres van a ser juzgados próximamente en la Audiencia de Sevilla bajo la acusación de haber ofendido y pegado a tres jóvenes en la Calle del Infierno durante el último día de la Feria de Abril de 2018. El litigio, sin embargo, no se reduce a una simple una pelea callejera y tiene más trasfondo, porque las tres víctimas son homosexuales. La Fiscalía solicita dos años de cárcel para cada investigado por un delito contra la dignidad y distintas multas de 900 euros por un delito leve de lesiones con la agravante de homofobia, así como que indemnicen con 1.000 euros a cada víctima.

Los procesados son Juan Jesús A.C., Carlos G.C., Cayetano B.R., Enrique C.P., Moisés R.G., Juan Javier G.C. y Antonio Jesús M.O. El Ministerio Fiscal es muy duro con todos ellos en su escrito de calificación provisional. Para empezar, indica que los siete “consideran que los homosexuales carecen de derecho alguno a que se respete su dignidad”. Sobre esa base actuaron como actuaron en la madrugada del sábado 21 de abril de 2018 en la avenida Alfredo Kraus, “donde está ubicada la popularmente conocida Calle del Infierno”.

Los acusados se cruzaron con el otro grupo y “los identificaron como homosexuales”. Uno de los encausados, detalla la Fiscalía, sabía la “condición” de uno de los jóvenes “al conocerlo del pueblo en que ambos residen y a través de la red social Facebook”.

“Por el único motivo de considerarlos carentes del más mínimo respeto y consideración”, prosigue la acusación, los investigados “lanzaron un ataque ‘al maricón’”. Para ello les gritaron “¿qué hacéis, maricones de mierda?”, “os vamos a matar, mirad estos maricones, habría que colgarlos a todos”, “esto os pasa por maricones” y “otros epítetos semejantes”.

A continuación, las palabras cedieron su sitio a los hechos. Primero, Juan Jesús A.C. presuntamente dio un puñetazo y una patada a una de las víctimas, de 31 años. Después se le sumó Carlos G.C. y el agredido cayó al suelo, donde “indefenso” recibió más golpes de otros dos individuos. La segunda víctima, de 23 años, intentó ayudar a su amigo, pero fue “golpeado brutalmente” por los dos primeros encausados. Y lo mismo ocurrió con la tercera perjudicada, una joven de 23 años.

Como consecuencia del asalto, además de quedar “atemorizados y humillados”, los heridos acabaron con lesiones como una lumbalgia, erosiones superficiales en la cara, contusiones en la nariz, la cabeza y el costado o una “rectificación cervical”.

El delito principal por el que serán juzgados los procesados, recogido en el artículo 510.2 a) del Código Penal, es cometido por “quienes lesionen la dignidad de las personas mediante acciones que entrañen humillación, menosprecio o descrédito [...] por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad...”. Las penas de prisión oscilan entre los seis meses y los dos años, así que la Fiscalía de Sevilla solicita en principio el máximo castigo posible.

El juicio, por cierto, podría haber tenido más actores. Según la Fiscalía, hubo otros dos amigos de las víctimas que igualmente fueron pateados por la turba de acusados, pero ninguno quiso denunciar los hechos.

Ese año hubo dos denuncias del colectivo LGTB

La Feria de 2018, la segunda con el formato de sábado a sábado, se saldó con dos denuncias públicas y ante la Policía Nacional por otras tantas agresiones contra el colectivo LGTB, aunque curiosamente ninguna se corresponde con los hechos que se juzgarán próximamente en la Audiencia. Una de ellas supuestamente ocurrió en la madrugada del martes a miércoles, cuando una chica trans de 22 años fue vejada y agredida por un grupo de jóvenes en la caseta de un partido político. Así lo aseguró entonces la Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA-Sylvia Rivera). La otra tuvo como víctima a un joven de 25 años, también en la madrugada del miércoles. En este caso, según explicaron los colectivos LGTB, un vigilante de seguridad le impidió el paso a otra caseta en la calle Pascual Márquez y, además de espetarle que “aquí no entra un puto maricón”, también lo agredió físicamente.