El jurado declara culpable del asesinato del joyero sólo a uno de los dos acusados

Crimen del joyero

El otro acusado ha sido hallado culpable de un delito de lesiones graves y de otro de detención ilegal para cometer el robo con violencia

La Fiscalía pide 33 y 20 años de cárcel para ambos acusados, respectivamente, según la participación en los hechos que han sido declarados probados

Los dos acusados, sentado en el banquillo y custodiados por la Policía Nacional. / José Ángel García

El jurado popular ha declarado culpable de asesinato sólo a uno de los jóvenes rumanos acusados de dar muerte en el mes de agosto de 2018 a Francisco Cintado, propietario de una joyería de la localidad de Carmona, mientras que el segundo acusado ha sido hallado culpable de un delito de lesiones graves y de detención ilegal para cometer el robo con violencia.

El veredicto del jurado, hecho público esta tarde, ha considerado por unanimidad culpable del asesinato a Gheorghes S., mientras que Iuilan I. no ha sido hallado culpable del asesinato, con lo que los jurados han aceptado la calificación alternativa que había introducido la Fiscalía, aunque como acusación principal seguía considerando a ambos responsables de la muerte del joyero. El jurado ha dicho sobre Iuilan I. que era "plenamente consciente" de que se iba a cometer un robo con violencia contra Francisco Cintado y que los otros dos sospechosos -uno de ellos no ha sido juzgado porque permanece fugado de la Justicia- "estaban dispuestos a golpearle salvajemente" para lograr sus propósitos. Así, ha añadido que este acusado era igualmente consciente de que la víctima sufriría graves lesiones que podrían llevarle a un estado vegetativo.

En cuanto al crimen, el jurado ha declarado igualmente por unanimidad que Gheorghes S. es culpable de la detención ilegal del comerciante y de haberle dado muerte "sin que éste tuviera posibilidad de defensa", lo que constituye la agravante de la alevosía, y además también ha apreciado el ensañamiento, por haber "aumentando innecesaria y deliberadamente el dolor" de la víctima.

El jurado también ha rechazado las tres circunstancias atenuantes que había planteado la defensa de Gheorghes S., como la de haber actuado bajo los efectos de las drogas -el jurado ha señalado que no se ha acreditado ningún trastorno ni que fuera consumidor de sustancias tóxicas en grandes cantidades-, la de colaborar con la Justicia -por facilitar la dirección del tercer sospechoso que está fugado- y la de arrepentimiento, por lo que ha concluido que los acusados gozaban de plenas facultades intelectivas y volitivas.

Tras del veredicto, el fiscal ha solicitado una condena 33 años de cárcel por delitos de asesinato y detención ilegal como medio de cometer robo con violencia para Gheorghes S., mientras que para Iuilan ha pedido 20 años de cárcel: 12 años por el delito de lesiones graves y 8 años por detención ilegal para cometer robo con violencia. Además, ha pedido para el principal acusado que indemnice a la familia del fallecido con 330.000 euros como consecuencia del fallecimiento; en la cantidad de 295.372 euros por los objetos sustraídos y no recuperados, y con 5.850 euros por la cantidad de dinero en metálico sustraída y no recuperada.

Por su parte, las defensas han pedido que se les imponga la "pena mínima" posible para estos delitos y el abogado de Gheorghes S. ha llegado a afirmar que de acuerdo con el veredicto del jurado "los hechos no dan para más".

Durante sus conclusiones finales, tanto Fiscalía como acusación particular señalaron que no existía ninguna prueba de que los atacantes actuaron bajo los efectos de alcohol y droga, tal y como ha declarado probado jurado. Asimismo, añadieron que la dirección del tercer implicado fue facilitada por la familia de Gheorghe S. y no por el propio acusado.

El joyero asesinado, Francisco Cintado. / D. S.

Un robo "pensado e ideado"

Después de oír a los testigos, policías y forenses que han declarado ante el tribunal, el Ministerio Público consideró probado y así lo ha entendido el jurado en su veredicto que los acusados "idearon el plan desde tres días antes" puesto que acudieron a la joyería "con la intención de ganarse la confianza de Francisco Cintado y estudiar el local". De este modo, el 6 de agosto, cuando entraron en la joyería y mientras Iulian I. vigilaba, entraron en el establecimiento "y se abalanzaron, golpearon y amordazaron con una violencia que se excedió de lo necesario para conseguir su objetivo".

El robo estaba "pensado y planeado" para desvalijar la joyería, incluso los asaltantes habrían asumido matar al dueño si fuera necesario, sostiene la Fiscalía, que explica que no les importaba matar al joyero que el riesgo de que reconociera a sus asaltantes tras el atraco era alto "porque ya habían acudido antes".

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