El jurado declara culpable de asesinato y hurto al hombre que estranguló al Chicho en un descampado de Alcalá
Alcalá de Guadaíra
Unanimidad para establecer que Fernando Jesús L.G. golpeó al otro varón con una piedra y lo dejó "desvanecido" y "sin posibilidad de defenderse" antes de asfixiarlo con dos telas, dos palos y un hierro
La Fiscalía rebaja su petición y acaba solicitando 20 años de cárcel por el asesinato y una multa por la sustracción de lo que la víctima llevaba en una riñonera; la defensa pide 10 años sólo por el primer delito
"Al Chicho no lo vais a ver más, lo he matado"
Los forenses no entienden la "parafernalia" que montó el asesino de Alcalá para matar al Chicho
Un jurado popular ha declarado este martes culpable de los delitos de asesinato y hurto al hombre que mató a otro en un descampado de Alcalá de Guadaíra estrangulándolo con una camiseta, un trozo de tela roja, dos palos y un fragmento de hierro después de golpearlo con una piedra en la cabeza, dejarlo "desvanecido en el suelo" y, por tanto, aprovechar que "no tuvo ninguna posibilidad de defenderse". La víctima, conocida como Chicho, convivía con él en una choza y poco antes del crimen. perpetrado en la mañana del 24 de septiembre de 2022, estuvieron desayunando juntos en una venta de la carretera de Dos Hermanas. Según refirieron los policías que lo recibieron cuando se entregó en la comisaría, el homicida les dijo que el otro varón "le hacía la vida imposible".
Las ocho mujeres y el hombre que han conformado el jurado popular han establecido por unanimidad que el acusado causó la muerte de la víctima, tras "una pelea o enfrentamiento físico" previo, "mediante estrangulamiento aprovechando que estaba desvanecido en el suelo y con la capacidad de defensa anulada" como consecuencia del golpe que le había propinado justo antes. Ahora bien, aunque también lo ha declarado responsable de "apropiarse de las pertenencias" que el Chicho guardaba en una riñonera, entre ellas una cartera y una cartilla bancaria, el jurado no ha considerado probado que el asesinato tuviese como objetivo esa sustracción, que además ha sido calificada como hurto. La Fiscalía inicialmente calificó el segundo hecho como robo.
De hecho, la acusación aseguraba que el encausado, tras dar muerte a la víctima, se fue a un centro comercial y se compró un móvil con el dinero que había sustraído al fallecido. El veredicto señala como probado que en efecto hizo ese viaje y que adquirió un terminal valorado en 99 euros, pero matiza que la compra fue efectuada por un testigo que lo acompañó al establecimiento "con dinero que se sacó de su bolsillo". El suyo propio, no el de Fernando Jesús L.G.
El jurado, además, ha considerado probado igualmente por unanimidad que el asesino, al día siguiente de perpetrar el crimen, "se entregó voluntariamente" en la comisaría de la Policía Nacional de la localidad y "confesó espontáneamente que había dado muerte" al otro hombre. Ese hecho supuso "una colaboración relevante para la Justicia", ha expuesto la portavoz.
El investigado se beneficiará de la atenuante de confesión pero no de la de alcoholismo y drogadicción, también reclamada por su defensa. Según el jurado, en el juicio no se llegó a probar que el asesino tuviese mermadas sus capacidades por culpa de haber ingerido alcohol o drogas en las horas anteriores al crimen. Por tanto, era perfectamente capaz de comprender que lo que estaba haciendo era ilícito.
Tras oír el veredicto, la Fiscalía ha modificado sus conclusiones (29 años en total, 25 por el asesinato y 4 por robo) y ha pasado a pedir veinte años de cárcel por la muerte violenta del Chicho y una multa de 900 euros por el hurto. En cuanto a la indemnización, ha mantenido su reclamación de que pague un total de 111.000 euros a distintos familiares del fallecido. Su abogado defensor, en cambio, ha solicitado una pena de diez años de prisión por asesinato pero ha negado que existiese hurto y también ha rechazado el pago de responsabilidad civil alguna.
En el juicio, el homicida reconoció que había matado a la víctima pero se escudó en que no se acordaba de cómo había cometido el crimen porque llevaba "una borrachera muy grande". No era la primera vez que confesaba. Ya se lo dijo a dos testigos de la venta donde había desayunado y donde regresó tras el suceso ("al Chicho no lo vais a ver más, lo he matado") y a dos policías el día que se entregó. "Estoy arrepentido, no sé qué se me pasó por la cabeza", aseguró ante el tribunal. Lo único que negó fue el robo de dinero para comprarse ese mismo día un móvil en un centro comercial.
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