La Junta de Andalucía vuelve a revisar las sedes judiciales del Prado tras la caída de otra cornisa junto a la Audiencia de Sevilla

La Audiencia de Sevilla se inauguró en 1971 y su mantenimiento en el más de medio siglo que ha transcurrido desde entonces ha sido el mínimo indispensable, por ser buenos. Que al rótulo de 'Juzgado de Guardia' de la esquina que da a la estación de autobuses se le hayan caído ya dos o tres letras, y que no se haya repuesto ninguna, es un buen y triste ejemplo de esa realidad, pero no el único. En junio de 2023 se cayó parte de la cornisa del balcón principal del edificio: la Junta de Andalucía valló la zona bajo ese saliente y después mandó radiografiar las fachadas del edificio para detectar posibles anomalías. Y a mediados de noviembre de 2024, la dana y las lluvias que dejó en la ciudad provocaron un nuevo desprendimiento de un trozo de cornisa en el edificio de los juzgados de instrucción. Eso ha provocado que la Administración, responsable del recinto, haya encargado otra revisión... y que la portada principal haya sido cubierta con una red de seguridad para prevenir una eventual desgracia.

Aunque el incidente más reciente ocurrió en el edificio de al lado, los trabajos que ejecuta la empresa sevillana Astreo han comenzado por el Palacio de Justicia. El objetivo es repasar una a una los cientos y cientos de placas de piedra caliza que revisten su esqueleto a partir del croquis que ya dibujaron sus predecesores en 2023. Esa misión, lógicamente, pasa por ir a las alturas porque ya la primera de las seis plantas está a unos cinco metros del suelo, así que los dos operarios encargados de esa función la están llevando a cabo haciendo trabajo vertical, es decir, colgados de una cuerda y suspendidos en el aire.

La primera fase, por tanto, está siendo a base de escalada, pero la mecánica será distinta en el edificio de los juzgados de instrucción. Allí, Astreo empleará una plataforma elevadora para llegar a todos los rincones de sus cuatro fachadas.

“Es una revisión preliminar y preventiva”, matiza Jacobo García, el encargado de Astreo en estos trabajos y también “recurso preventivo” de sus compañeros Álvaro y Jorge, los escaladores. “Si vemos que algún elemento presenta un alto riesgo de caída, lo retiraremos, pero de momento está todo bien”, explica.

Aunque la faena se reduce a repasar lo que ya se radiografió en noviembre de 2023, el proyecto sentará las bases de una intervención posterior. De hecho, oficialmente se ha definido como “reparación de fachadas en edificios de los juzgados y Audiencia”. Así aparecía en el cartel colocado en las vallas que ayer al mediodía acotaban la zona de trabajo en la pequeña calle lateral que separa ambos recintos. A unos metros, como hace ya año y medio, continúan también las vallas que se instalaron bajo la balconada principal de la Audiencia tras los primeros desprendimientos.

El plazo inicial previsto para la realización de esta inspección era de un mes, pero la acumulación de festivos a principios de año y el rigor del convenio provincial de la construcción harán que los trabajos se alarguen hasta los primeros días de febrero. Así al menos lo calculaba el encargado a pie de obra.

Astreo, fundada en 1994, indica en su web que se dedica a “todo tipo de construcciones en el sector residencial, industrial e infraestructuras”. Entre otras obras se encargó de la piscina municipal de Torreblanca y ha efectuado actuaciones varias en el hospital Virgen del Rocío o el Virgen Macarena (reformó su pasillo de entrada en 2011). Fuera de Sevilla, por ejemplo, rehabilitó el Balneario de La Palma en la playa gaditana de la Caleta.

La segunda radiografía en poco más de un año

La Junta de Andalucía, responsable de las infraestructuras judiciales en la comunidad, tomó conciencia del mal estado de estos edificios a partir del desprendimiento de la faja inferior del balcón principal de la Audiencia, en junio de 2023, y encargó un exhaustivo estudio del edificio. A finales de octubre de ese año, dos técnicos empezaron a analizar una a una todas las placas que componen las cuatro fachadas de la sede judicial para detectar posibles patologías en la piedra: fisuras, pérdidas de adherencia, corrosión... La empresa contratada por la Delegación Territorial de Justicia en Sevilla, con un presupuesto de 13.652 euros, fue Labrum, un laboratorio de Bollullos de la Mitación que reúne a profesionales con un amplia trayectoria en el diagnóstico de daños en todo tipo de construcciones.

Los responsables de radiografiar el Palacio de Justicia fueron Juan López, analista y técnico de ensayos especiales con tres décadas de experiencia, y José Manuel García, un arquitecto técnico que también es especialista en estudios de patología y rehabilitación. Ambos realizaron un “despiece” del edificio, numeraron todas las placas y marcaron las que tenían alguna deficiencia.