El juicio a María León: La versión de la actriz contra el testimonio de cinco policías

Incidente con la Policía Local de Sevilla

La defensa de la actriz, aunque ha pedido su absolución, ha ingresado en la cuenta del juzgado 150 euros para indemnizar a la agente agredida buscando una atenuante de reparación del daño

María León niega que agrediera a una policía local y alega que la detuvieron "porque sí"

La agente que detuvo a María León: "Me golpeó de lleno en la cara, me lanzó un puñetazo y una patada, y me insultó"

María León, en los juzgados de Sevilla para declarar como acusada de agredir a un Policía
María León, en los juzgados de Sevilla para declarar como acusada de agredir a un Policía / M. H., Vídeo: José Ángel García

Dice el popular refranero que Más vale un mal acuerdo que un buen pleito. El pasado viernes, la actriz María León se sometió a un maratoniano juicio de más de seis horas casi sin paradas -tan solo una obligatoria para ir al baño-, que acabó como empezó, con la Fiscalía de Sevilla y las acusaciones particulares que ejercen tres agentes de la Policía Local pidiendo una condena de hasta dos años y un mes de cárcel para la intérprete por delitos de atentado a la autoridad y lesiones, en relación con el altercado que protagonizó en la madrugada del 1 de octubre de 2022 con varios agentes de este cuerpo.

Lo mejor para la actriz hubiese sido precisamente que ese juicio no se hubiera celebrado, que hubiera alcanzado un acuerdo con los tres policías y la Fiscalía para evitar una vista oral que, sin duda y más allá del resultado de la sentencia, evidentemente supone un daño irreparable para su imagen. Hubiese sido tan fácil como pedirles disculpas a los agentes por su comportamiento -en la vista oral reconoció que aquella noche no fue de la que más orgullosa pueda sentirse, aunque negó la agresión a la agente- y haber reparado el daño, indemnizando a los agentes.

Y es que, no debe olvidarse, que el incidente surge por una presunta falta de respeto a los policías por parte de María León, disconforme con la prueba de alcoholemia que se había acordado a un miembro de su grupo que iba en bicicleta, ebrio, y con un vaso de cristal en la mano. Esa falta de respeto motivó que los agentes requirieran a la actriz que se identificara y, cómo ésta no portaba su DNI, le informaron de que sería trasladada a la Jefatura a los simples efectos de ser identificada. En ese momento no estaba detenida, ni mucho menos.

Si esa falta de respeto no se hubiera producido y si la actriz se hubiera identificado cuando fue requerida por la autoridad, en ese momento habría acabado la intervención policial, que se había iniciado precisamente a raíz de que llamara "tonto" y "sheriff" a uno de los policías. El incidente no habría pasado a mayores, como reconoció en su declaración en la vista oral uno de los policías locales, y no se habrían desarrollado los acontecimientos posteriores, con la agresión a la agente.

María León, en el banquillo de los acusados junto a los otros dos procesados.
María León, en el banquillo de los acusados junto a los otros dos procesados. / José Ángel García

María León declaró en el juicio por primera vez en relación con estos hechos, dado que ni ofreció su versión de los hechos ante la Policía ni en el juzgado de guardia cuando fue detenida, acogiéndose a su derecho a no declarar, y tampoco lo hizo durante la fase de instrucción. Y en la vista oral, sólo respondió a las preguntas de su abogada y de las otras defensas, rechazando someterse al interrogatorio de las acusaciones que ejercen los policías -algo que evidentemente puede entenderse-, pero tampoco quiso contestar a las preguntas de la Fiscalía o a solventar las dudas que tuviera la magistrada que presidía la vista y que debe dictar la sentencia.

En el juicio declararon seis policías locales. Todos estos funcionarios, salvo uno, que estaba haciendo la prueba de alcoholemia al ciclista, ratificaron la falta de respeto, los insultos y la agresión que se atribuye a María León, mientras que la actriz lo negó con rotundidad, al afirmar que "aunque no es la noche de la que más orgullosa se puede sentir, jamás fue violenta con nadie", señalando que al final del incidente uno de los agentes le comunicó que iba a ser detenida y cuando ella preguntó cuáles eran los motivos de su arresto, le respondieron que "porque sí".

María León ya ha ingresado 150 euros para indemnizar a la agente

La defensa de María León, que ejerce la abogada Carla Vall i Duran, solicitó el pasado viernes la absolución de María León porque entiende que no ha cometido ningún delito, si bien de forma subsidiaria y en el "hipotético y remoto caso" de que la juez considerara que hay responsabilidad penal por parte de la actriz, solicitó que se le apreciaran una serie de circunstancias "eximentes" en su conducta -ya fuera con carácter de completa o incompleta-, como la de hallarse en un estado de "intoxicación plena por el consumo de bebidas alcohólicas" que le impedía comprender la ilicitud del hecho, o la de haber actuado impulsada por una "alteración psicológica", puesto que María León, como ella misma aseguró en su declaración, padece "claustrofobia" y la acción por la que se enfrenta a una condena se había producido "bajo un ataque de ansiedad fruto de esta patología", según recoge el escrito de conclusiones que la letrada elevó a definitivas al término de la vista.

Nuevo vídeo de la detención de María León.
Nuevo vídeo de la detención de María León. / D. S.

La letrada añadió que la actriz había ingresado ya en el juzgado la cantidad de 150 euros como "reparación del daño", con la idea de que se aplique la correspondiente circunstancia atenuante de reparación del daño, y al mismo tiempo señaló que había "intentado abrir un proceso de mediación con los agentes, con el fin de reparar todos los niveles posibles de daños ocasionados, siendo que los mismos se negaron a ello", una petición de negociación que, por su parte, los abogados que representan a los policías niegan tajantemente que se haya producido. Ni contacto ni negociación, más allá del intento que se realizó en la fase de instrucción para que la juez derivara el caso a la mediación penal, algo que fue rechazado en su momento por la instructora en varias ocasiones.

La actitud "chulesca y violenta" de los agentes "por un vaso"

Esos supuestos intentos de alcanzar un acuerdo con los agentes chocan frontalmente con el relato de los hechos que la defensa de María León recoge en su escrito de conclusiones, donde asegura que la intervención policial fue desproporcionada. "A pesar de las horas, el estado de consumo de alcohol del grupo y que transitaban a una corta distancia, intervinieron de una forma que no era ni oportuna, ni proporcional, ni congruente con actitud chulesca y violenta. Por un vaso, iniciaron una operación completamente desproporcionada, en la que acudieron hasta cuatro vehículos de Policía para hacer unas simples pruebas de alcoholemia" al ciclista, quien en todo momento se sometió a las pruebas de forma voluntaria y sin generar conflicto.

La defensa insiste, como declaró María León en la vista, en que cuando le comunicaron que quedaba detenida, preguntó el "¿por qué?" de su arresto, recibiendo la respuesta de "porque sí", e hizo mucho hincapié en la ingesta de alcohol. "La señora León con más que evidente estado de embriaguez, se montó en el coche policial sin resistencia y sin que se hubiera procedido a su detención, mientras que seguía identificándose verbalmente, diciendo su número de DNI, y manifestando a los agentes que ella no se iba a ningún lado, que no se escaparía".

Los agentes la llamaban por su nombre y le hicieron comentarios relativos a la Cultura y el gasto que supone para los ciudadanos, por lo que "sabían en todo momento de quién se trataba y, a pesar de ello, a pesar de identificarse verbalmente, a pesar de encontrarse en un estado claramente etílico y de sufrir un ataque claustrofóbico, deciden detenerla y no auxiliarla".

La defensa de María León asegura que una vez que fue informada de su arresto, se procedió por parte de los agentes a "ningunearla" con expresiones como que era "una actriz de mierda, que era tonta, que se iba a enterar ella y toda su familia, que fuera a los medios de comunicación", algo que la letrada interpreta como una actuación policial "dirigida a denigrar a una ciudadana sobre la que no debería haberse iniciado actuación alguna".

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