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Jurado popular
La Audiencia de Sevilla ha dejado este miércoles visto para veredicto el juicio con jurado popular contra Alfredo G.C., el ciudadano boliviano acusado de asesinar a su pareja y ocultar el cadáver en el río Guadalquivir. En la última sesión, las partes han elevado sus conclusiones a definitivas, de modo que la Fiscalía y los familiares de la víctima mantienen su petición de que el encausado sea condenado a 29 años de cárcel. "La familia de Virginia no quiere venganza, quiere justicia", ha dicho la representante de la acusación particular. La defensa, por su parte, ha insistido en pedir su absolución.
Las únicas modificaciones introducidas en esta jornada final no han sido especialmente relevantes y se han ceñido a las acusaciones, que han matizado que la agravante de parentesco y género sólo debe aplicarse al delito de asesinato y no al de lesiones (la víctima supuestamente fue agredida horas antes de ser asesinada) ni al de estafa (el homicida presuntamente usó la tarjeta de crédito de la fallecida y sacó dinero de su cuenta durante las semanas siguientes). La fiscal también ha renunciado a la parte de la indemnización correspondiente a la madre de Virginia, ya que murió en el transcurso del procedimiento judicial.
Durante la exposición de su informe, que se ha prolongado durante más de una hora, la fiscal ha atribuido al procesado un "asesinato con alevosía y a traición" y ha renegado de la hipótesis de que estaba borracho, en la que la defensa sustenta su solicitud de absolución. Así, aunque ha recordado que Alfredo G.C. tenía "el hábito de beber todos los días", también ha destacado que en las horas que transcurrieron entre la primera agresión y el asesinato estuvo fuera del piso donde convivían, en la calle Ágata, y estuvo con otra mujer "en un coche".
La letrada de la familia de Virginia ha enfatizado que el hijo de la víctima, que vive en Bolivia, "no pide venganza, sino justicia" por la muerte de su madre. También se ha referido al testimonio de la casera de Alfredo G.C., que aseguró que "sin duda" era buena persona, para contrarrestar el posible impacto que esa frase pudiera tener en el jurado: "Todo el mundo es buena persona... hasta que deja de serlo", ha apostillado.
El juicio ha concluido con el ejercicio del derecho a la última palabra por parte del procesado, que no ha aportado nada novedoso respecto a lo que ya declaró el lunes. Alfredo G.C. ha insistido en que siente "mucho" lo ocurrido y ha pedido "perdón" a la familia de Virginia.
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