Caso Cayetano Romero: La persona que recibió la paliza afirma que salió "corriendo del coche" hacia su casa
Dos Hermanas
Durante la segunda sesión del juicio por la muerte de Cayetano Romero en la sección Séptima de la Audiencia de Sevilla, el tribunal pudo escuchar de primera mano lo ocurrido durante ese día entre Mairena del Aljarafe y las Tres Mil Viviendas y que terminó con el hallazgo de su cadáver el 8 de marzo de 2019.
La declaración de Jonatan A., que también recibió una paliza aquel día, fue tan intensa que, en varias ocasiones, el testigo-víctima, tuvo que parar, beber agua y controlar la respiración. También hubo que hacer un receso por indisposición de Israel G. F., uno de los acusados. Jonatan A., que en un primer momento fue testigo protegido, contó que ese día fue con Cayetano a una gasolinera de Ciudad Expo para una venta de marihuana de Israel G. F. "Cayetano se acercó a enseñar la droga al cliente, aunque no era habitual que se hiciera esto.
Al rato, apareció con una herida en la nuca y unas bridas diciendo que le habían robado la marihuana", explicó. Ante esta situación, "Israel se mosqueó y fuimos a una finca de Mairena porque creíamos que ellos eran los ladrones".
Cuando llegan allí, "empezó a salir mucha gente con palos, pero no vi a nadie porque me fui a coger mi coche. Al volver, nos fuimos para otro lado". A preguntas de la fiscal sobre si Cayetano y él se montaron voluntariamente en el coche, el testigo fue bastante explícito: "Uno sabe que se tiene que ir. Cayetano lo había hecho mal y sabía que iba a pasar algo. Eso es normal".
Con la voz entrecortada por el nerviosismo y la ansiedad, explicó que llegaron a un domicilio en una planta baja en las Tres Mil Viviendas. "Entré y en una habitación estaban golpeando a Cayetano, me pegaron por detrás y me ataron en una silla donde continuaron los golpes", recordó mientras se excusaba ante el tribunal por tener que volverse de espaldas lloroso porque "estaba llegando el momento".
La finalidad de los golpes era "sacar información". Reconoce, o intuye, que a él le pegaron "menos" porque "sabían que no había hecho nada". Aunque estaban en habitaciones diferentes, asegura que pegaron a la víctima porque "se escuchaban los golpes y los gritos".
"En un momento dado fui a mi casa por la escritura de mi parcela para intentar solucionar el problema". Hasta allí le acompañó otro de los acusados José Antonio L. T.,- a quien junto con su hermano Jesús, dijo en todo momento que intentó que pararan de golpearlos, llegando incluso a ponerse delante de él para que no le golpearan más-. Al volver con la nota simple de propiedad, vio a Cayetano en el suelo. "Al rato, se levantó y les dije que nos soltaran.
Era un sinsentido, porque ya había pagado con la parcela y si pagas, te tienen que dejar ir", aseguraba. A la hora, dejaron libre a Jonatan, pero no a Cayetano. "Ya estaba en mi casa cuando me llamó Antonio (José Antonio L. T. ) para que recogiera a mi amigo, pero yo no podía conducir de la paliza y porque tenía la vista nublada, así que vino a por mi y lo dejamos en la puerta de su casa", aseguró.
Según Jonatan, Cayetano "salió corriendo del coche", que paró a unos diez metros de su casa, y le pidió que llamara a su madre, algo que no pudo hacer "porque estaba sin saldo en el móvil". Incluso declaró que cuando se fue, increpó a los que estaban en el coche diciendo que "se iban a enterar por la paliza".
La omertá
La omertá, la ley del silencio característica de la mafia siciliana dificultó la investigación sobre la muerte de Cayetano Romero según declaró el policía instructor. "Ninguna de las personas a las que interrogamos decía la verdad completa porque había mucho miedo", afirmó.
Aunque el policía aseguró ante el tribunal que la víctima debía dinero a varios prestamistas descartaron que la muerte se debiera a una paliza por parte de otras personas con las que Cayetano Romero tenía conflictos. "Sabíamos que la madre estaba pagando parte de las deudas y con el posicionamiento de los móviles y las lecturas de las placas de matrículas vimos que todo tenía su origen en una venta de marihuana que terminó en un vuelco (robo de droga a narcos) a un grupo de personas de las Tres Mil Viviendas. Lo de la droga fue un paripé", declaró a preguntas del fiscal sobre otras líneas de investigación.
A este respecto, Jonatan A., que declaró por videoconferencia, aseguró que se enteró "posteriormente que Cayetano era conocido por haber realizado varios vuelcos" y que "si lo hubiera sabido antes, no habría estado con él".
A pesar de que todo ocurrió el 1 de marzo y el cuerpo no apareció hasta seis días después, nunca hubo denuncia de desaparición. De hecho, reconoció que para entender qué le ocurrió aquel 1 de marzo a Cayetano Romero "fue fundamental la declaración de Jonatan, porque fue quien estuvo con él todo el tiempo". El testigo aseguró que nunca olvidará cuando vio el cadáver: "Tenía bastantes golpes y doble fractura de mandíbula".
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