La acusada de incendiar el piso de su novio y amenazarle por whatsapp niega los delitos y la relación de pareja

Malos tratos

Aunque aún está inscrito como José Manuel, el tribunal decidió dirigirse a ella como Rosaura, puesto que está en proceso de cambiar el género en el Registro Civil

Audiencia provincial de Sevilla
Audiencia provincial de Sevilla

José Manuel M. conocido como Rosaura, se enfrenta a una petición de 19 años de cárcel por lesionar a su presunta pareja, amenazar tanto a él como a sus hermanos e incendiar su domicilio situado en el barrio de San Jerónimo en agosto de 2018. Aunque la persona acusada aún está inscrita como hombre en el registro civil, el tribunal decidió que, como deferencia a su situación, durante el acto del juicio se dirigirían a ella como Rosaura, puesto que se encuentra en pleno proceso de cambio de nombre en el Registro Civil.

Respecto a cómo era la relación entre ambos, Rosaura ha negado que el perjudicado fuera su pareja, algo que tampoco ha dejado claro Francisco J. Z., la propia víctima, quien a preguntas del fiscal ha reconocido que solo mantuvieron relaciones sexuales una vez, "un pimpun y ya está" cuando ambos estaban en Algeciras, la localidad natal de la acusada. "Mientras estábamos allí, tuvimos una relación muy bonita. Yo iba y venía a Sevilla porque tenía que trabajar. Ella me llamaba pidiendo que le llevara comida o cosas que necesitara", afirma Francisco J. Z. Sin embargo, cuando Rosaura llegó a Sevilla para empezar el proceso de cambio de sexo, según el perjudicado, todo cambió y la relación sentimental se enfrió. Él le buscó un piso colindante al suyo "que era de un amigo" y por el que no pagaba nada "porque lo dejó para que no se lo ocuparan".

Según ella, era una relación de vecinos en la que le lavaba la ropa y, a veces, le preparaba la comida. Sin embargo, una de las vecina que declaró como testigo aseguró que Francisco Z. se la presentó como su novia.

Amenazas por whatsapp

El acusado, que en el momento de los hechos se encontraba en pleno proceso de cambio de sexo, ha reconocido que en esa época intercambió numerosos mensajes de whatsapp tanto de audio como escritos con la víctima y su hermana, y tras la lectura de varios mensajes por parte de la letrada de la víctima, explicó que podría haberlos enviado "en el calor del momento". Precisamente este intercambio de mensajes ha sido impugnado por la defensa al entender que "son pantallazos del teléfono de la hermana y fragmentos de audio". Sin embargo, la propia perjudicada explicó que esos pantallazos y la descarga de los audios lo realizó la Policía, "que tuvo todo un día mi móvil para estudiarlo", declaró ante el tribunal.

A preguntas del fiscal reconoció que algunos de los mensajes que enviaba a Francisco J. Z. eran "con intención de asustarlo y preocuparlo". Entre ellos estaban algunos como: "Voy a cumplir lo que digo, machota en mano, gasolina en botella, mechero en mano" y añade: "me voy a cobrar tu vida , junto con un pacto que he hecho con el diablo, tu vida por un sacrificio". Incluso llega a decirle de un modo muy gráfico que quiere sangre, "oler sangre", "todas las familias (del bloque) van a ver cómo sacan tu cuerpo sin vida y lo montan en un coche fúnebre dirección al tanatorio".

Las acusaciones leyeron a la acusada varios fragmentos de las amenazas y ella afirmó no recordar algunos y señaló como posible haberlo amenazado, aunque "no con la intención de hacerlo" después de la lectura del fragmento enviado a la hermana de Francisco como advertencia al perjudicado: "donde le pille, la cabeza le va a dar dos vueltas en el hombro".

Otro de los hechos con versiones completamente diferentes es el referido al delito de lesiones. Mientras que las acusaciones sostienen que fue Rosaura quien golpeó con un tubo de PVC 40 en la cabeza a Francisco días antes del incendio "porque me equivoqué al empalmar dos tubos de un arreglo que estaba haciendo por la escalera", según declaró la víctima ante el tribunal. Sin embargo, ella aseguró durante su declaración que fue él quien se cayó en la escalera "porque tiene alcoholismo crónico". Ella llamó al 112 y lo llevaron al hospital. El propio perjudicado comentó tanto al médico de la ambulancia como al del hospital que se había caído por la escalera, aunque el 22 de agosto, el día después del incendio cambió la versión y explicó que le había golpeado Rosaura, aunque no dijo la verdad al médico "porque tenía miedo".

No era el único que, presuntamente, la temía, el hermano de la víctima declaró que algunas veces Francisco le avisaba que "la cosa estaba caldeadita" y se tenía que quedar a dormir en el establecimiento en el que trabajaba. "Oía como me insultaba", declaró ante el tribunal.

La defensa de Rosaura explicó que la violencia verbal de los mensajes pueden tener explicación por los tratamientos hormonales por el cambio de sexo y, en concreto los enviados directamente a la hermana pueden ser fruto de un ataque de ansiedad que tuvo la acusada días antes de haberlos mandado.

Incendio

Sobre la autoría del incendio, el juicio ha seguido la misma tónica de versiones contrapuestas. Mientras Rosaura declaró que ella no vio en todo el día a Francisco, una de las vecinas que han asistido al juicio como testigo, afirmó que oyó a dos personas discutir porque se había caído un saco de cemento. La acusada aseguró que se dio cuenta del fuego mientras se estaba duchando y que en cuanto salió, fue a buscar a Francisco para sacarlo de allí porque no estaba fuera con todos los vecinos. Según su versión, llegó a cargarlo encima, pero se soltó y volvió a subir, teniendo que sacarlo los bomberos. A pesar de esta declaración, el jefe de bomberos testificó que no tuvieron que sacar del edificio a ningún vecino.

Según las acusaciones, ese día, el 21 de agosto de 2018 "para intentar distraer a Francisco", Rosaura tiró un saco de arena y cemento por el hueco de la escalera y él bajó a barrer la arena. Mientras, ella aprovechó para entrar en casa de la víctima, con una llave que él le había dado hace tiempo, echó gasolina sobre la cama, prendiendo fuego a la habitación. La rápida intervención de los bomberos evitó la propagación del incendio. Los daños en el inmueble ascienden a 35.819,86 euros.

La Fiscalía le imputa un delito de maltrato, dos delitos continuados de amenazas y un delito de incendio por los que se le piden 1 año, 4 años y 15 años de prisión respectivamente.

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