Una herencia de 12 millones de euros en juego

Herencia

La mujer fue reconocida como hija del ganadero Benítez-Cubero tras ratificar el Supremo la sentencia de un juzgado de primera instancia en 2013

Sofía Benítez, con la foto de su madre.
Sofía Benítez, con la foto de su madre.

El Juzgado de Primera Instancia número 2 de Sevilla verá mañana, después de que fuera suspendida por el estado de alarma del pasado año, la demanda de Sofía Benítez-Cubero, nacida de la relación entre su madre y el ganadero José Benítez-Cubero Cañete, contra su hermano de padre, al que reclama 12 millones de euros como parte de la herencia.

La madre de Sofía trabajaba como sirvienta en la finca de la familia Benítez-Cubero y mantuvo una relación secreta con el ganadero, de la cual nació la ahora demandante en 1950, tres años antes que su hermano, José Benítez-Cubero Pallarés.

El Tribunal Supremo ratificó en 2015 la sentencia de un Juzgado de Primera Instancia que en el 2013 había determinado que el padre de la demandante era el conocido ganadero, que falleció en 1970 a los 47 años y sin haber hecho testamento, mientras que la madre de la mujer murió en el 2004.

Una vez que Sofía Benítez-Cubero fue reconocida legalmente como hija del ganadero de El Coronil, reclamó la mitad de las tres herencias que cree que le corresponden y que ha sido valorada por una empresa de tasación, según el abogado de Sofía, Fernando Osuna, en cerca de 12 millones de euros.

En la primera audiencia previa, el juez admitió una excepción planteada por la defensa del demandado en relación a unas fincas que no eran de su propiedad y conminó a la demandante a incluir a la sociedad Ojuelos SA en la causa. Fernando Osuna enumera entre los bienes una finca situada entre Marchena y Arahal y varios pisos tanto en Sevilla como en la provincia de Córdoba.

"Ellos dicen que el patrimonio era de los abuelos y que el hermano de la demandante se lo compró a ellos. Algo que es contradictorio puesto que por qué razón se lo iba a comprar a sus abuelos si él era el único heredero, por no hablar de cómo puede un muchacho con poco más de 20 años tener dinero para pagar todo ese patrimonio", afirma el abogado de la mujer, Fernando Osuna.

El letrado de la demandante sostiene que todas las fincas fueron explotadas por el abuelo hasta que murió en 1984, por lo que todo el patrimonio lo tenía el abuelo, que es quien heredó al ganadero fallecido en 1970.

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