Los forenses señalan que el parricida de Pedrera se sintió "aliviado" con la muerte de su padre
Juicio Jurado
La hermana del acusado e hija de la víctima dice que la enfermedad estaba perfectamente controlada aunque señaló que creía a su hermano "capaz de matar su padre"
Los psiquiatras forenses destacan la falta de remordimiento de Juan A. A. por haber matado a su padre
Los psiquiatras del Instituto de Medicina Legal descartaron que el acusado de matar a su padre en Pedrera en junio de 2018 durante una discusión sufriera alucinaciones o delirios en el momento en el que se les realizó el informe de imputabilidad. De hecho, explicaron que durante las distintas sesiones, el acusado Juan A. A. les contó cómo mató a su padre e incluso la "sensación de alivio" que experimentó.
Los forenses destacaron además la falta de arrepentimiento por parte del acusado. Los psiquiatras consideraron que el acusado tiene una "merma moderada importante de sus capacidades cognitivas y volutivas". A preguntas de la defensa, explicaron que "dentro de su mundo, las normas no le importan" por lo que tendrá mala relación con todos los que intenten imponerle un orden.
Respecto al modo en el que murió la víctima, los forenses que realizaron la autopsia confirmaron que el anciano murió "cara a cara" con el parricida, que ejerció una "presión fuerte en el cuello", tan intensa que llegó a romper el cartílago tiroides. Los forenses la calificaron como "muerte violenta y homicida".
En esta línea, los familiares de víctima y acusado testificaron ante el juicio con jurado sobre el parricidio ocurrido en junio de 2018 que se está celebrando en la Audiencia de Sevilla. El primero en comparecer ante el tribunal fue el nieto del fallecido. El joven fue quien avisó al 112 cuando advirtió desde su coche que la puerta de la casa de su abuelo estaba entreabierta. Al entrar se econtró con su abuelo, ya muerto, sentado en el sillón y con un rastro de sangre en la oreja izquierda y a su tío frente a él. Juan A. A., el acusado sólo decía que no sabía que había pasado.
El joven, que aseguró que no quiere "ni ver" a su tío, respondió a preguntas de la letrada de la defensa que ese día el acusado estaba nervioso y reconoció que alguna vez Jua A. A. se había fugado de la casa de su padre cuando le daban brotes de la enfermedad mental que padece. En este sentido, uno de los testigos recordó que un año antes el acusado había tenido un enfrentamiento con un vecino de Pedrera que había desembocado en una orden de alejamiento.
Por otro lado, la hermana del acusado e hija de la víctima, que es enfermera de profesión, aseguró que Juan A. A. está tratado y medicado y "en junio de 2018 estaba bien y controlado". Este punto fue corroborado por el psiquiatra que le trataba en el hospital de día, quien aseguró que estaba previsto darle el alta el lunes siguiente al viernes en el que ocurrieron los hechos.
La hermana, a preguntas de la fiscal reconoció que creía posible que su hermano matara a su padre tal y como confesó ante la Guardia Civil.
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