El exfutbolista Pizo Gómez reivindica su inocencia en un juicio de los ERE: “Han sido muchos años sufriendo”
Caso de los ERE
El otrora jugador de Osasuna, Atlético de Madrid o Athletic está siendo juzgado por los 490.000 euros que supuestamente le dio la Junta de Andalucía para saldar una deuda por unos cursos de riesgos laborales
El acusado, para quien la Fiscalía pide cinco años de cárcel, denuncia que la Policía tergiversó la conversación que tuvo con ellos en Sevilla: "Yo no iba a manchar mi reputación ni iba a pensar que la Administración me engañaría"
La Audiencia de Sevilla rechaza absolver al exfutbolista Pizo Gómez antes de enjuiciarlo en otra pieza de los ERE
La Sección Primera de la Audiencia de Sevilla rechazó ayer el intento de Pizo Gómez, exfutbolista de Osasuna, Athletic y Atlético de Madrid, de ser absuelto directamente de los delitos que le imputan la Fiscalía Anticorrupción, la Junta de Andalucía y el PP por su supuesta participación en la obtención irregular de unas pólizas a la empresa Cenforpre, de la que él era delegado en Navarra, con las que la Administración saldó la deuda que había contraído con la mercantil al no pagarle unos cursos de riesgos laborales para el Colegio de Graduados Sociales de Andalucía. En su declaración ante el tribunal, el otrora jugador llegó a emocionarse y se escusó en que “han sido muchos años sufriendo”. Los hechos datan de 2007.
La defensa de José Antonio Gómez Romón, que es el nombre completo y real de quien fue un reconocido futbolista en los años 80 y 90, alegó en el trámite de cuestiones previas que esta causa supone “una situación muy clara de cosa juzgada” porque los hechos “son los mismos” que la misma Sala enjuició en su día en la pieza política. Este y el resto de argumentos, sin embargo, fueron desestimados por las tres magistradas que dirigen la vista oral. La argumentación se conocerá cuando dicten la sentencia.
Tras la desestimación, después de más de dos horas con las cuestiones previas, comenzó por fin la declaración de los tres acusados: el jefe de Cenforpre, el responsable de la mediadora Vitalia y, por último, Pizo Gómez. Lo primero que explicó es que era “del mismo pueblo” que el responsable de la empresa y por ahí nació su vinculación laboral. “Yo era simplemente el delegado en Navarra”, alegó.
El eje de su comparecencia, de todas formas, giró alrededor del momento en que lo llamó la Policía y bajó a Sevilla a declarar, aunque al no ir como investigado acudió sin abogado. “Hablamos, le expliqué las cosas y al final me dijo ‘vamos a llamar a un abogado de oficio porque, si no, vas a pasar aquí la noche’. Y en la espera me llevó a tomar las huellas. Después firmé la declaración y no me dio una copia. Pero charlamos como dos personas cuando toman un café”, indicó. Su “sorpresa” fue que en el atestado de ese diálogo aparecían “pólizas y cuantías” de las que él no trató con el agente. “La segunda parte no tenía nada que ver con lo que hablamos”, aseguró ayer.
Pizo Gómez también afirmó al tribunal que “nunca” se reunió con ningún responsable de la Junta de Andalucía y que no tuvo “ninguna llamada” ni con el entonces director general de Trabajo, Francisco Javier Guerrero, ni con el consejero de Empleo, Antonio Fernández. “Yo no iba a dudar de un ente público ni iba a manchar mi reputación pública. No soy así, no tengo ningún problema con nadie y no iba a pensar que la Administración me iba a engañar”, finalizó.
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