Así engañaba a los menores el entrenador de fútbol acusado de obtener fotos pornográficas de 53 menores en Sevilla

Detenido en Sevilla un entrenador por supuesto acoso sexual a más de 200 menores en redes sociales / Europa Press

El escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía sobre el caso del entrenador acusado de acosar y pedir imágenes pornográficas a 219 menores, de los que la investigación ha podido identificar a 53, elaborado por el fiscal delegado de Ciberdelincuencia, Gabriel González, es una llamada de atención para padres con hijos adolescentes, en pleno despertar sexual y una advertencia sobre cómo actúan los depredadores sexuales.

El pasado mes de agosto, dentro de la operación Reinosa, detuvieron a un entrenador de fútbol con 33 años por acoso sexual a 219 niños mediante el sexting (envío de mensajes de contenido sexual). Según la Fiscalía, Raúl M. O., al menos desde finales de 2020 y hasta octubre de 2022 a través de perfiles falsos de Instagram donde se hacía pasar por una joven a la que, presuntamente robó las imágenes que utilizaba de su cuenta, solicitó fotos a los chicos.

El acusado, haciéndose pasar siempre por la chica, supuestamente utilizó el acceso a los datos que le daba su condición de entrenador de fútbol, para hablar con los niños con edades comprendidas entre los 10 y los 17 años directamente a través de whatsapp o telegram. A través de estas aplicaciones les pidió imágenes y vídeos de contenido sexual "con los que satisfacer sus deseos libidinosos".

Cuando la Policía Nacional registró su casa en el marco de la operación Reinosa, encontraron almacenados los datos de los 219 menores (de los que se han identificado 53 como víctimas) con el nombre, apellido, categoría de fútbol a la que pertenecían, por lo que era “perfectamente conocedor de la edad de los menores con los que contactaba”, señala el escrito de conclusiones provisionales.

Delitos

En total, la Fiscalía imputa al acusado un total de 49 delitos de embaucamiento, 13 de agresión sexual a menor de 16 años, 22 de creación de pornografía infantil a menor de 16 años, cinco de creación de pornografía en menor de 16 o 17, 34 de distribución de material pornográfico, un delito de exhibición obscena ante menores de edad y dos de facilitación de prostitución.

Por cada delito de embaucamiento (sexting) la Fiscalía pide 15 meses de prisión, por cada uno de los 13 de agresión sexual, solicita cuatro años de prisión; por cada uno de los 22 de creación de pornografía infantil, siete años; y tres años por el de pornografía en menor de 16; nueve meses por cada uno de los 34 de distribución pornográfica; 9 meses por el de exhibición y 6 años de cárcel por cada uno de los dos delitos de facilitación de la prostitución, seis años de cárcel. Todos suman un total de 318 años de prisión a los que se enfrentará el acusado en un juicio que se celebrará en la Audiencia Provincial de Sevilla.

A las penas de cárcel solicitadas por el ministerio público, se une la prohibición del acceso a la red social Instagram y el pago de 195.000 euros como responsabilidad civil a los representantes de los menores o a los que directamente hayan alcanzado la mayoría de edad.

El Tribunal Supremo (STS núm. 547/2022, de 2 de junio) ha afirmado que sí es posible que una sentencia condenatoria imponga como pena accesoria (de duración limitada en el tiempo) el cierre de una cuenta en una plataforma de difusión de contenido (como serían Youtube, Twitch, Instagram o Twitter), así como la prohibición de crear otra cuenta en dicha plataforma, con base en el artículo 48 del Código Penal.

Aunque el total de los delitos sumen una pena de prisión de 318 años, aplicando la regla del triple de la mayor el cumplimiento efectivo no será de más de 20 años. Se trata de un límite que está previsto en el artículo 76 del Código Penal en el que se especifica que un reo no puede permanecer en prisión por más tiempo que el triple del establecido en la condena más larga.

Modo de actuar

Para conseguir que los menores intercambiaran imágenes íntimas, el entrenador, de 33 años se hacía pasar por una joven de unos 16 años. Utilizando siempre como engaño la cuenta de la chica, el entrenador contactaba con los menores a través de Instagram y les enviaba fotos e imágenes de la joven desnuda masturbándose y pedía, a cambio fotos íntimas de los niños. Siete de los 53 no consta que enviaran ningún tipo de imágenes. La mayoría de los menores enviaron fotos íntimas.

El acusado era insistente en la petición de imágenes de contenido sexual, llegando a mantener conversaciones –haciéndose pasar siempre por la joven – durante dos o más días con algunos de los menores para convencerles de que enviaran las imágenes. Entre los contenidos intervenidos por la Policía en la casa del entrenador, además de fotos de menores en ropa interior hay vídeos de los niños masturbándose “tal y como les pedía el acusado”.

Al menos en una de las ocasiones, tras recibir varios vídeos sexuales de un niño de 12 años, “le ofreció dinero a cambio de recibir más imágenes de contenido sexual explícito”, según señala el escrito de la Fiscalía.

Dos de los menores, de 15 y 16 años, le remitieron imágenes de otros menores desnudos obtenidas en internet. En otra de las ocasiones, contactó con el adolescente de 16 años “con la intención de propiciar un encuentro sexual” a través de una red de citas.

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