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Un ex alcalde socialista se defiende de la acusación de cobrar sin trabajar en la Faffe: "Eso no se corresponde con la realidad, por Dios santo"

Caso Faffe

Antonio Torres, que dirigió el Ayuntamiento de Lebrija durante 24 años, reivindica que logró "dos millones de euros" para la Fundación y explica que nunca tuvo un despacho en la sede porque "no era necesario" para su función, que era "captar recursos"

Las defensas de Villén y un exalcalde socialista de Lebrija piden su absolución en el segundo juicio del caso Faffe

Antonio Torres (a la derecha) llega a la Audiencia de Sevilla junto a su abogado, Pablo Ollero. / Juan Carlos Vázquez

Antonio Torres, alcalde de Lebrija por el PSOE entre 1979 y 2003 y trabajador de la Fundación Andaluza Fondo y Formación de Empleo (Faffe) durante los ocho años siguientes, se ha erigido en el gran protagonista de la penúltima sesión del juicio que contra él y Fernando Villén, ex director general técnico de la Faffe, se está celebrando en la Audiencia de Sevilla. El encausado, en su particular estilo "vehemente" según palabras del presidente del tribunal, se ha defendido de la acusación de que cobró dinero público por no hacer nada y "quedarse en casa". "Eso no se corresponde con la realidad, por Dios santo", ha llegado a exclamar durante una larga comparecencia en la que ha reivindicado que, gracias a los convenios que firmó con organismos internacionales o dos ministerios, entre otros, consiguió unos dos millones de euros "de recursos directos" para la formación para el empleo.

"Para mí era un honor formar parte de la Faffe entonces. Con lo que ha llovido desde entonces, me lo habría pensado", ha lamentado Torres en otro momento de su casi monólogo en el que ha reconocido que es "intenso", de ahí sus continuas excusas ante la Sala, que en general se ha tomado el arduo interrogatorio con bastante buen humor.

Lo primero que ha hecho Torres, que ha respondido a todas las partes, es indicar cómo contactó con Villén para entrar en la Faffe. "Se me acusó de perder las elecciones de 2003 e ir a pedir trabajo al PSOE. Eso tampoco se corresponde con la realidad. Yo no me presenté a esas elecciones", ha aclarado. Después ha contado que leyó "en el BOJA" que se iba a constituir la Faffe. "Y se iba a dedicar a lo que yo me había dedicado los 24 años anteriores: a la formación para el empleo", ha detallado.

Torres se reunió "como mínimo dos veces" con Villén, le entregó su currículum y se ofreció "como profesional de la gestión pública". "Él había oído hablar muchísimo de mí, sabía toda la captación de recursos que había hecho, y yo le pedí que me dejara hacer la labor que sabía hacer", ha indicado. En su primer contrato, sin embargo, aparecía como "gestor de recursos municipales" y en su tarjeta de visita estaba identificado como "técnico adjunto a la dirección del área". "Le comenté que era absurdo. Pero se ha hecho un mundo de eso", ha lamentado.

Villén, por tanto, lo nombró director de Recursos Externos aunque, como han admitido ambos, nunca tuvo un despacho propio. "No era necesario", ha respondido Torres, también señalado por no utilizar nunca el correo electrónico corporativo para gestionar los convenios con diferentes instituciones. "Yo usaba mi hotmail, era el correo que conocían mis contactos, y después el gmail. ¿Hay que maldecir el correo con el que me comunicaba con todo el mundo? ¿Qué tiene eso de mal?", se ha preguntado. Y en cuanto a su ausencia de todos los comités de dirección que se celebraban cada lunes, más de lo mismo en cuanto a simpleza y rotundidad: "Nunca fui convocado y por eso no fui. Si hubiera sido convocado, habría ido".

"Como mínimo iba cada quince días a la sede a dar cuenta de los convenios que conseguía, fundamentalmente al director general técnico. Es verdad que soy intenso. Lo llamaba tantas veces que la secretaria me decía 'Antonio, hijo, llama mañana'. La Fiscalía decía que me limitaba a poner en contacto a una persona con otra desde mi casa, pero eso no se corresponde con la realidad, por Dios santo", ha proclamado.

Torres, por otro lado, ha reconocido que él gestionaba los convenios pero ni los firmaba ("¿yo era el presidente de la Faffe?", se ha cuestionado) ni los ejecutaba: "Lo que me faltaba era también dar las clases a los soldados o a los reclusos. Sólo tengo un cuerpo, aunque si me lo hubieran pedido, algo habría hecho", ha contestado.

El investigado, para quien Anticorrupción pide dos años y medio de cárcel, incluso ha llegado a emocionarse al recordar convenios que no llegaron a firmarse porque la Faffe se disolvió, como uno con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO): "Empecé a gestionar ese convenio en 2008. Si la Faffe no se extingue, por la madre que me parió que ese convenio se consigue", ha dicho. 

En total, según ha calculado, gestionó 30 convenios y de ellos se firmaron 26, entre ellos uno con el Ministerio de Defensa (para formar a militares), otro con el de Interior (para formar a reclusos) o uno con la asociación Mujeres Progresistas: "Ahí no había dinero, bastante tenían las pobres con ser progresistas en esos tiempos", ha comentado.

Una de sus últimas tareas como director de la Faffe fue acudir a Perú para dar una conferencia como "experto en mancomunidades" por su pasado al frente de la Mancomunidad del Bajo Guadalquivir. "Más de 150 alcaldes estaban alucinados porque les expliqué cómo conseguir recursos desde una administración municipal", ha rememorado. A la vuelta, la Faffe fue eliminada del panorama de la Junta.

Villén lo contrató por el "camino más rápido"

Fernando Villén, por su parte, ha explicado que contrató a Torres como director de Recursos Externos con una misión muy específica, como ya indicaba el propio nombre del cargo: "La captación de recursos externos a la Junta de Andalucía". Se trataba de "buscar recursos debajo de las piedras", ha llegado a decir. Y eligió a Torres por el "camino más rápido", según ha alegado para justificar que no se celebró el proceso selectivo que exigía la ley, porque durante su etapa en el Ayuntamiento "había consolidado una agenda de contactos bastante interesante" y la Fundación, recién nacida, sufría "un serio problema con su modelo de financiación".

El ex director general técnico, que ha contestado a todas las partes personadas en esta causa contra él y contra Torres excepto a la acusación ejercida por el PP, ha empezado recordando cómo fue la selección de personal en 2003. Lo primero que recibió, el 28 de mayo de 2003, fue "una orden" de José Antonio Viera "que establecía los periodos en que debían incorporarse determinadas personas, con nombres y apellidos". En esa lista no figuraba Torres.

A continuación se abrieron tres vías para seguir con el proceso de contratación: "Un portal de empleados, fundamentalmente el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) y cuando entrábamos en modo desesperación, la prensa", ha desgranado.

El problema, ha recalcado, es que en esa primera fase sólo contaban con un presupuesto de 1,2 millones de euros y su fin era continuar con los expedientes que provenían del antecesor de la Faffe, el Fondo de Promoción de Empleo. "Informé directamente al presidente del Patronato de la Fundación de que teníamos un serio problema con el modelo de financiación. Aquella fase resultó tan caótica... Entendí que necesitábamos recursos externos porque no teníamos nada. Jamás tuvimos transferencias de financiación", ha relatado.

Entonces surgió el nombre de Torres. "Era muy conocido, por su agenda y su renombre", ha indicado antes de elogiar su "admirable trabajo en la Mancomunidad del Bajo Guadalquivir". "Ellos abrieron la llave de lo que entonces era un pequeño caos: los fondos de la Unión Europea, los fondos estructurales... Un maremágnum", ha recordado.

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