La defensa acusa a la Fiscalía de Sevilla de buscar una pena “ejemplar” para la Manada
El miembro de la Manada Ángel Boza en prisión
El letrado Agustín Martínez considera “paradójico” que la Fiscalía pida más condena que los vigilantes de seguridad de los grandes almacenes
El abogado Agustín Martínez, que representa al joven de la Manada Ángel Boza, considera que la Fiscalía de Sevilla está buscando una condena “ejemplar” por el robo de las gafas de sol, y cree que con la dura petición de cuatro años de prisión se intenta paliar el conflicto jurídico que suscitó la condena de la Audiencia de Navarra por los abusos sexuales a una joven en los Sanfermines de 2016 y la consiguiente puesta en libertad de los cinco jóvenes sevillanos que fueron condenados a nueve años de cárcel por estos hechos.
“Pareciera que alguien en la Fiscalía de Sevilla quiere obtener una sentencia condenatoria contra los miembros de la Manada que sirva más que para hacer Justicia por un hurto para resolver el conflicto jurídico surgido en Pamplona”, ha asegurado a este periódico.
Agustín Martínez cree que “lo paradójico” de la petición de cuatro años que ha realizado la Fiscalía de Sevilla está en que la misma supere con creces a la que han solicitado los vigilantes de seguridad lesionados durante la huida de Ángel Boza tras el robo de las gafas, que reclaman una condena de dos años y medio de prisión frente a los cuatro de la acusación pública. “Da la sensación de que existe un ánimo especial por parte de la Fiscalía de ejemplarizar, de hacer Justicia más allá de lo estrictamente relacionado con los hechos”, aseveró a Europa Press Agustín Martínez, que se quejó igualmente por haberse enterado a través de los medios de comunicación de la petición de la acusación pública.
El letrado también destacó el cambio de postura del Ministerio Público en relación con los supuestos antecedentes de Ángel Boza por delitos de robo, puesto que, según Martínez, la Fiscalía ha pasado de haber argumentado en la vista en la que se decretó el ingreso en prisión que tenía dichos antecedentes, a recoger en su escrito de conclusiones provisionales que sólo tiene dos condenas por delitos contra la seguridad vial, por conducir bajo los efectos del alcohol.
La Fiscalía de Sevilla atribuye al miembro de la Manada Ángel Boza un delito de robo con violencia e intimidación y utilización de instrumento peligroso y un delito leve de lesiones, por haber embestido con su vehículo contra uno de los vigilantes que lo sorprendieron tras el robo y causarle lesiones.
Además de los cuatro años de cárcel, la Fiscalía solicita asimismo una multa de 300 euros para el joven acusado, que tiene como antecedentes sendas condenas por delitos de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas –fue castigado con 32 días de trabajos en beneficio de la comunidad, que aún no ha cumplido, y a ocho meses y cuatro días de privación del derecho a conducir, que cumplió en junio de 2007–, y el pago de una indemnización de 232 euros para el vigilante por las lesiones causadas en su huida.
Dice el fiscal que Ángel Boza acudió sobre las 19:15 horas del pasado 1 de agosto a El Corte Inglés de la Plaza del Duque, donde “con intención de hacerlas suyas sin abonar su importe, se apoderó” tras arrancar el dispositivo de seguridad, de unas gafas de sol de la marca Oakley, valoradas en 148 euros. En su huida, el acusado “aceleró bruscamente” con su vehículo y golpeó en el abdomen a uno de los vigilantes que le habían dado el alto.
Los vigilantes reclaman una condena de dos años y medio de prisión
Frente a los cuatro años de prisión que ha solicitado la Fiscalía de Sevilla, la acusación particular que ejercen los vigilantes de seguridad de El Corte Inglés que intervinieron en el robo de las gafas, han solicitado para Ángel Boza una condena de dos años y seis meses de prisión, así como el pago de una multa de 360 euros y una indemnización de 234,32 euros para uno de los vigilantes, que resultó lesionado y estuvo siete días incapacitado para el desarrollo de su actividad.
En el escrito de conclusiones provisionales de esta acusación, al que tuvo acceso este periódico, los vigilantes destacan que cuando el miembro de la Manada se vio “sorprendido y atrapado por otro coche” en la rampa de salida de los grandes almacenes, aceleró “violentamente”, dando un volantazo y se cambió de carril de salida del aparcamiento, y es cuando impacta con el vigilante.
Según la acusación, las lesiones no fueron más graves por la acción del propio vigilante porque el acusado tuvo un “temerario respeto por la vida del vigilante”. Además otro vigilante que se colocó delante del coche y le hizo gestos con las manos para que se detuviera, tuvo que echarse a un lado para evitar que el vehículo de Ángel Boza le golpeara, alegan los vigilantes, que le atribuyen delitos de robo con violencia e intimidación y delito leve de lesiones.
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