Crimen de Valencina: ¿el acusado de matar y "cortar a cachitos" a un hombre era un "enfermo mental" o sabía lo que hacía?
Juicio por asesinato
El fiscal defiende que la discapacidad de José Alejandro P.N. "es leve" y su abogado, tras reconocer que su cliente acuchilló a la víctima, replica que no podía "entender y parar lo que estaba haciendo"
Piden 20 años para el joven que mató e intentó descuartizar al marido de la mujer con quien convivía
Un jurado popular ha comenzado a enjuiciar este lunes en la Audiencia Provincial de Sevilla al joven que, según su propia confesión, mató en julio de 2020 a quien fue el marido de la mujer que lo estaba acogiendo en su vivienda de Valencina de la Concepción. El acusado, José Alejandro P.N., ha admitido a través de su abogado que lo agredió con una muleta y después le propinó "innumerables cuchilladas", así que el veredicto de culpabilidad está garantizado. Por tanto, el "verdadero núcleo" del juicio consistirá en determinar si es "un enfermo mental" que no tenía "capacidad para entender y parar lo que estaba haciendo", como ha sostenido su letrado, o si esa alteración psíquica era "leve" y no le impide ser condenado por asesinato, como mantiene la Fiscalía.
El caso reúne a dos investigados. Para el autor material de la muerte de la víctima, conocida en el pueblo como Pituli, el fiscal pide veinte años de cárcel por un delito de asesinato y tres meses por un delito de profanación de cadáver, ya que después intentó "cortar el cuerpo a pedacitos" para ocultar los restos, aunque no pudo por sus "insuficientes conocimientos de anatomía". La acusación particular ejercida por los tres hijos del fallecido, por su parte, solicita veinticinco años por el asesinato y cinco meses por la profanación. Y la defensa, la libre absolución.
La otra encausada es la mujer que había acogido al principal acusado en su casa, y al mismo tiempo ex del fallecido, que estaba presente en el inmueble en el momento del crimen. Para Marta M.D., que tiene un 65% reconocido de incapacidad y ha acudido al juicio junto a su tutor, la acusación pública reclama doce meses de prisión por un delito de encubrimiento, mientras que los hijos de la víctima solicitan doce años como cómplice de asesinato, si bien el abogado de esta parte ha dejado "la puerta abierta" a renunciar a esa calificación y responsabilizarla sólo de la profanación. La defensa, por último, pide su absolución.
Durante la exposición de sus alegaciones previas, el fiscal ha lamentado que José Alejandro P.N. asesinó a la víctima "de una forma inhumana" y "cuando acabó se puso a cortarlo en pedacitos". También ha resaltado la diferencia física entre uno y otro, ya que el encausado era entonces un joven de 22 años, además bastante corpulento, mientras que Pituli tenía 58 años, medía 1,65 "y era consumidor de droga". "Para matar a alguien no hace falta dar cuarenta cuchilladas por todo el cuerpo. Hasta le saltó un ojo", ha proseguido el acusador público, quien ha recalcado que la enfermedad mental que padece "es leve". De hecho, ha avisado a los componentes del jurado de que los acusados "les pueden engañar fingiendo que están más enfermos de lo que están".
El representante del principal investigado ha discrepado no sólo de estas consideraciones, sino incluso de que el fiscal sea imparcial. "No es así, también responde a ciertos intereses", ha dicho. En cuanto al hecho central del juicio, el crimen, no ha negado la mayor: "Desde el principio hemos reconocido que José Alejandro mató al señor B.C. Así lo contó en el momento en que los guardias civiles entraron por la puerta. Es verdad que lo atacó con una muleta y que le dio innumerables cuchilladas, pero vamos a discutir en qué condiciones mentales estaba", ha explicado.
Según esta parte, la víctima y su asesino "bebieron juntos" y estaban "bajo los efectos del alcohol" cuando empezaron a discutir en la tarde del 27 de julio de 2020. De hecho, el letrado ha lamentado que durante toda la investigación "nadie se preocupó" de comprobar si su cliente estaba drogado o borracho y ha añadido que, dos años y medio después, "la analítica no llegaba".
"José Alejandro ha tenido problemas de salud mental desde los ocho años y ha sufrido adicción, abandono y problemas de integración", ha expuesto. Es más, ha pedido y conseguido que se acepte como prueba de última hora la comparecencia del psiquiatra que lo está tratando en la cárcel desde que ingresó allí hace dos años y medio. "Lo tiene medicado como si fuese un enfermo mental, con más dosis de las prescritas", ha llegado a decir. La juez ha aceptado su petición después de que el fiscal no se opusiese.
"Esa enfermedad mental, combinada con el alcohol y las sustancias estupefacientes, alteraba su capacidad para entender y parar lo que estaba haciendo", ha concluido el abogado.
También te puede interesar
Lo último