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El juez abre juicio oral contra el asesino confeso de 'Rosarito'

Crimen de la maleta

El juicio contra el asesino confeso, que se enfrenta a una petición de hasta 25 años de cárcel, se celebrará ante un jurado popular en la Audiencia de Sevilla

El asesino confeso y la víctima

El juez de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Lora Del Río ha abierto juicio oral contra Antonio María Gómez González, el asesino confeso de su pareja María del Rosario Luna Barrera, Rosarito, que fue asfixiada el 16 de abril de 2017 en Alcolea del Río y su cadáver arrojado en una maleta a un arroyo seco.

En un auto dictado el pasado martes, el magistrado ha dictado el auto de apertura de juicio oral por este crimen machista, que será enjuiciado ahora ante un jurado popular en la Audiencia de Sevilla, y le ha impuesto al asesino confeso una fianza de 290.000 euros.

En la resolución, el magistrado destaca los "indicios de criminalidad existentes" contra el encausado y que revisten a su juicio los caracteres de un delito de asesinato, indicios que se derivan de la propia declaración de Antonio María Gómez González, "asumiendo la autoría de la muerte violencia de María del Rosario", así como de las "diligencias de inspección ocular, reconstrucción de hechos, levantamiento de cadáver, atestados e informes policiales unidos a autos y del informe de autopsia de la víctima, evidenciando al dinámica comitiva", precisa el instructor.

En cuanto a los hechos que serán enjuiciados, el juez señala que el 16 de abril de 2017, sobre las 18:30 horas y tras dejar a su hija menor en casa de unos vecinos, Antonio María Gómez regresó al domicilio familiar en Alcolea Del Río y al ver que su pareja sentimental, Rosarito, se disponía a abandonar o salir de la vivienda, se dirigió a ella "por la espalda y, con intención de causarle la muerte, le anudó" un cordón de zapato alrededor del cuello, "apretándolo con fuerza hasta hacerla perder el conocimiento, cayendo al suelo".

Una vez en el suelo, le colocó unas "bolsas de plástico en la cabeza", anudándolas al cuello con más cordones. Más tarde, introdujo el cuerpo en una maleta y se dirigió con su vehículo hasta la finca "La Bautista", arrojando la maleta en un lugar de esa finca conocida como "Calera del Mochilón", ocultando la maleta con ramas y vegetación.

En su escrito de defensa, el asesino confeso Antonio María Gómez González ha alegado “enajenación mental”, así como que actuó en un momento de arrebato y que confesó el crimen. La defensa del acusado ha presentado recientemente su escrito de conclusiones provisionales, en el que sostiene que los hechos no son constitutivos de un delito de asesinato, sino de homicidio, y en el que reclama una condena de siete años y seis meses de cárcel, frente a los 20 años que solicita la Fiscalía de Sevilla y los 25 años que piden las acusaciones particulares.

El Ministerio Fiscal, que solicita además una indemnización de 60.000 euros para la hija de la víctima y 20.000 euros para los padres, señala en su escrito de conclusiones provisionales que la pareja estaba unida desde el año 2000 y que la convivencia había sido “aparentemente buena” hasta que en los últimos meses María del Rosario, que tenía 39 años, decidió dar por terminada la relación por haber conocido a otra persona a través de Facebook.

Antonio María Gómez no aceptaba la nueva vida de su pareja, por lo que conforme pasaban los días “iba sintiendo mayores celos y no se resignaba a dar por terminada la relación y separarse en consecuencia de su hija”. Así, dice el fiscal que sobre las 16:30 horas del 16 de abril de 2017, tras “planear previamente acabar con la vida” de María del Rosario, telefoneó a una vecina de Alcolea para dejarle sobre las seis de la tarde a su hija con ella.

Sobre las 18:20 regresó al domicilio familiar, donde viendo que la mujer se disponía abandonar la casa, se dirigió a ella por detrás y “con clara intención de quitarle la vida, haciendo uso de un cordón de zapato, la agarró por el cuello, apretándolo con fuerza” y a continuación le colocó un segundo cordón de la misma forma.

Una vez que se aseguró que la víctima no podría oponer resistencia, “al hallarse tumbada en el suelo, le colocó una bolsa de basura en la cabeza, que sujetó y cerró con un tercer cordón”.

Después introdujo el cuerpo en una maleta y se dirigió en su vehículo, un Seat Córdoba, hacia una explotación agrícola conocida como finca La Bautista, donde la arrojó a un arroyo seco en una zona conocida como “Calera el Mochilón”, donde ocultó la maleta con una gran cantidad de ramas secas para evitar que fuese descubierta.

Dijo que "se había fugado"

Sobre las 21:00 horas, tras haber limpiado los restos de sangre en la vivienda, regresó a recoger a su hija, “haciendo ver, a continuación y en días posteriores, a todos los vecinos y familiares que su mujer lo había abandonado y se había fugado con su nueva pareja”.

El 23 de abril, una hermana de la fallecida denunció la desaparición de la mujer, tras haber acudido a la comunión de su sobrina, la hija de la pareja.

Como consecuencia de la investigación policial y judicial, y tras haberse registrado el domicilio, el acusado intentó quitarse la vida, autolesionándose, por lo que tuvo que ser ingresado en el hospital Virgen Macarena, donde finalmente, “tras ser consciente de que era el único sospechoso de la muerte de María del Rosario, cuenta cómo sucedieron los hechos y dónde se encontraba el cadáver”, asegura el fiscal.

Recientemente, la Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla ha descartado finalmente que se haga una prueba de ADN a una testigo para determinar si su perfil genético coincide con el de una muestra de mujer no identificada que fue hallada en la mencionada maleta, lo que según opinaba la acusación particular que ejercen los familiares de la fallecida indicaría la presunta participación de esta mujer en los hechos investigados.

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