Arranca el juicio por el "crimen de las cuñadas"
Asesinato en La Rinconada
Los tres acusados, dos hermanas y el novio de una de ellas, se enfrentan a 25 años de cárcel
Un jurado popular enjuiciará a partir de este lunes a los tres acusados por el crimen de Anabel Deza Vázquez, la joven que fue asesinada de 61 puñaladas el 19 de abril de 2016 en su domicilio de La Rinconada, hechos por los que la Fiscalía pide para cada investigado la imposición de una pena de 25 años de cárcel.
La vista oral llega tras el vuelco que se produjo en el caso en julio de 2018, cuando la Audiencia de Sevilla acordó la libertad de Elena N. S., una de las tres sospechosas que llevaban más de dos años en prisión provisional, después de que una testigo protegido negase rotundamente la participación de esta acusada en el crimen, y en su lugar se identificó a otra hermana.
El juicio comienza con la exposición de las alegaciones previas por parte de la Fiscalía y de las demás partes personadas en la causa y la declaración de los acusados, mientras que en la sesión de mañana y en la del miércoles comparecerán los testigos.
Los tres acusados son las hermanas Carmen y Rosa N. S. y Francisco Javier M. R., novio de la última, para quienes el Ministerio Público solicita 25 años de prisión por un delito de asesinato con la agravante de abuso de superioridad, así como que indemnicen de manera solidaria a la familia de la víctima con un total de 714.800 euros.
En su escrito de acusación, la Fiscalía relata que los tres acusados se dirigieron el día 19 de abril de 2016 al domicilio de la fallecida, quien les permitió la entrada "a pesar de las desavenencias familiares que mantenían principalmente por su condición de paya y por la educación y custodia” de la hija de tres años que la víctima tenía con un hermano de las dos acusadas, fallecido por causas naturales unos meses atrás.
El escrito de conclusiones provisionales presentado por el fiscal del caso, Gabriel González, concluye que los acusados sometieron a la joven, que era madre de cuatro hijos, a una "brutal, despiadada y repetida paliza" que le ocasionó "evidentes e injustificados padecimientos" que el fiscal llega a definir como un "grave martirio".
La Fiscalía acusa a los tres sospechosos de un delito de asesinato en el que concurren las circunstancias de alevosía y ensañamiento, por cuanto dieron muerte a Anabel Daza "de manera sorpresiva y encontrándose ésta en una clara situación de desproporción de fuerzas respecto de sus agresores, sin darle oportunidad de defensa eficaz, asegurando su muerte sin riesgo para sus personas y sabedores del grave martirio al que la estaban sometiendo para lograr el propósito final de acabar con su vida".
El relato del Ministerio Público recoge que sobre las nueve y media de la mañana del 19 de abril de 2016, los tres acusados se dirigieron al domicilio de Anabel Deza en la calle Gerardo Diego número 5 de la localidad de La Rinconada, donde la joven les dejó entrar a pesar de esas "desavenencias familiares" que mantenían.
Una vez en el interior, prosigue el fiscal, los tres acusados se "abalanzaron repetidamente" sobre Anabel, propinándole una "brutal paliza, golpeándole violentamente en los miembros superiores y en la cabeza hasta que cayó al suelo, momento en el que fue golpeada reiteradamente" con un objeto contundente, y "apuñalada en la espalda y cuello de forma repetida hasta que al cuchillo se le rompió la hoja tras asestar hasta 61 cuchilladas, lo que le causó un sufrimiento desmesurado hasta lograr su objetivo que no era otro que causarle la muerte".
Anabel murió a causa de un traumatismo craneoencefálico severo con lesión de centros nerviosos vitales y por una hemorragia masiva por heridas de arma blanca en hermitórax izquierdo y cuello.
A continuación, los acusados abandonaron el lugar del crimen un turismo, un Peugeot 206 que solía utilizar uno de los acusados, Francisco Javier M. R., añade el Ministerio Público.
La Fiscalía considera que los tres acusados son coautores del delito de asesinato, en el que aprecia además la circunstancia agravante de abuso de confianza, y por el que reclama una condena de 25 años de prisión para cada uno de ellos.
"¡Socorro, socorro, auxilio que me matan!"
En el juicio está previsto que declaren hasta cuatro testigos protegidos, uno de los cuales ha declarado que llegó a escuchar los gritos de la víctima pidiendo auxilio. "¡Socorro, socorro, auxilio que me matan! ¡Ayudadme, que me matan!", fueron los gritos que oyó testigo protegido, quien también declaró que pudo ver cómo un hombre y dos mujeres salían de la casa y se metían en un coche Peugeot 206 de color blanco, reconociendo fotográficamente el vehículo y al acusado.
Otros dos testigos protegidos también aportan datos sobre lo ocurrido. Así, uno señala que vio a un hombre salir del interior de la vivienda y se dirigió "con prisas" a un coche pequeño de color blanco, y también vio a las dos hermanas acusadas saliendo de la vivienda, reconociéndolas como hermanas del marido de Anabel. Otro asegura que el 19 de abril de 2016 escuchó ruidos en la casa de Anabel y vio en la puerta de la casa un vehículo de color blanco.
También declarará una amiga de la víctima a la que ésta le contó la "mala relación con sus cuñadas y las amenazas de muerte que había sufrido previamente".
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