El ex contable de Lipasam insta al juzgado a que tase sus bienes por la "devaluación" continúa

Desfalco en Lipasam

El juez acordó en julio del año pasado el embargo de los bienes pero aún no se ha designado al perito para evaluar los bienes

El ex contable de Lipasam, Manuel M. G., a la derecha, con su abogado en los juzgados de Sevilla.
El ex contable de Lipasam, Manuel M. G., a la derecha, con su abogado en los juzgados de Sevilla. / Belén Vargas

El ex contable de Lipasam Manuel M. G., que está siendo investigado por el desfalco de más de un millón de euros en la empresa municipal de limpieza, sigue mostrando su colaboración con la Justicia y, en este sentido, ha instado al juzgado a que realice ya la tasación de sus bienes para evitar la "devaluación" continúa de los mismos.

El abogado José María Jiménez, que representa al ex jefe de servicio del departamento económico y financiero de Lipasam, ha presentado un escrito en el juzgado de Instrucción número 14 de Sevilla, en el que recuerda que ha pasado un "tiempo más que prudencial" desde que en julio del año pasado el juez ordenó el embargo de los bienes y que se procediera a la tasación de los mismos para que "puedan aplicarse en momento a las posibles responsabilidades civiles que puedan dimanarse del presente procedimiento".

La defensa pide al juez que acuerde el sistema por el que habrá de nombrarse un perito para que "evalúe el valor de tales bienes y se inicie de inmediato dicho proceso", con la finalidad de que la tasación se realice "en el más breve tiempo posible, toda vez que las circunstancias que vivimos actualmente hacen que el precio de tales bienes se estén devaluando continuamente".

El ex contable solicita al juzgado que se actúe con la "máxima urgencia posible, a fin de evitar la continuación de dicho proceso" de devaluación, que va "en contra de sus legítimas pretensiones de satisfacer con su patrimonio el mayo valor posible, a los efectos de la más justa y debida restitución" de Lipasam, ha añadido el letrado.

En marzo del año pasado, la defensa de Manuel M. G. puso a disposición del juzgado los bienes que conforman su patrimonio, entre los que destacan dos viviendas (en Sevilla y Rota), una "embarcación" y la mitad de un coche de caballos, del que su defensa aportó al juez un contrato privado de adquisición del mismo que está a nombre de un tercero, pero del que Manuel M. G. posee el 50% de los derechos del mismo.

El investigado entregó además una copia de las escrituras de compraventa de los bienes inmuebles, así como el permiso de circulación de tres vehículos, una motocicleta y dos turismos. También aportó la escritura de constitución de la sociedad "Eventos de la Tisana", junto al extracto de movimientos durante su actividad. La defensa pidió al juzgado a que estas propiedades se apliquen "a la satisfacción de la deuda, toda vez que, sobre todo en lo que se refiere a los bienes muebles, van sufriendo la lógica depreciación por el paso del tiempo".

En su declaración en el juzgado, el ex jefe de servicio del departamento económico y financiero de Lipasam confesó la apropiación de más de un millón de euros de las cuentas de la empresa pública de limpieza de Sevilla, mediante un sistema que, según declaró, era de "difícil detección" por parte de Lipasam y por eso nunca se detectó en las auditorías realizadas a la sociedad.

El investigado reconoció entonces que su modus operandi consistía en que "independientemente de los datos que aparecieran en la remesa de los pagos", en la base de datos del sistema informático -en una aplicación denominada SAP- figuraban como cuenta para realizar los ingresos una cuenta suya.

Posteriormente, colocaba el "número de cuenta del proveedor y a veces no lo hacía porque se olvidaba", algo que ha ocurrido en los últimos ingresos recibidos por importe de más de 264.000 euros cuando ya había cesado como trabajador de Lipasam y que se ha debido a que "seguía figurando su número de cuenta en la base de datos informáticos".

Al inicio de su comparecencia reconoció expresamente "todos los hechos" denunciados y aseguró que a mediados de 2008 inició sus prácticas de apropiación, que eran de "difícil detección" por parte de Lipasam y de hecho "nunca se detectó nada" en las auditorías que se realizaban a la empresa pública en relación a este desfalco.

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