El violador de Triana admite el secuestro pero no la agresión sexual
La declaración del depredador sexual
Fernando Gallardo relató a los agentes que unas "voces" le dijeron que atacara a la mujer, a la que escogió al azar, pero no que la violara
El detenido afirmó que las relaciones sexuales con la víctima fueron consentidas, algo que desmiente la investigación policial y el testimonio de la mujer
Fernando Gallardo Sánchez, el depredador sexual detenido la semana pasada por la violación de una joven en su casa de Triana, reconoció en su declaración ante la Policía Nacional el secuestro de la víctima pero no que la agrediera sexualmente, dado que en la versión exculpatoria aseguró que las relaciones fueron consentidas. Estos extremos han sido desmentidos tanto por la propia víctima como por la investigación desarrollada hasta el momento por la Unidad de Familia y Mujer (Ufam) de la Policía.
El detenido prestó declaración ante los investigadores de esta unidad el pasado 30 de enero, a los que dijo que su profesión actual era la de "electricista", según explicaron a este periódico fuentes del caso. Fernando Gallardo llevaba en libertad desde octubre de 2018, cuando salió de prisión tras haber cumplido una condena de 20 años por otro delito de agresión sexual.
Según el testimonio del investigado, que está en prisión provisional desde el pasado 31 de enero, comenzó a seguir a la joven sobre las 21:00 horas del miércoles 29 de enero, y eligió a su víctima "al azar". La joven llegó a su casa sobre las 21:30 horas y en ese momento fue cuando, según ha reconocido el propio investigado, le sacó una navaja en el portal. La joven intentó arrebatársela y, en el forcejeo, se cortó en la mano.
A continuación, el depredador sexual dice que entraron en la casa, cerró la puerta con la llave, y como la chica estaba sangrando, cogió un trapo para cortarle la hemorragia. Después, según el inverosímil relato del investigado, desnudó a la víctima y mantuvieron relaciones sexuales consentidas.
Después le registró el bolso y le quitó el dinero, unos 70 euros, y se volvió a acostar, quedándose dormido durante varias horas, ha asegurado el investigado, que añade en esa declaración policial que cuando se despertó, la mujer le dijo que no se sentía la mano –donde se había producido el corte– y tenía que ir a que la asistieran en el hospital, momento en el que Fernando Gallardo dice que se vistió y marcho de la vivienda.
El depredador sexual también ha asegurado que actuó guiado por unas "voces", que le indicaron primero que fuera desde su lugar de residencia, en Villanueva del Arzobispo (Jaén) hasta Córdoba, y desde aquí hasta Sevilla. Esas "voces", continuó, le indicaron que tenía que seguir a esta joven en concreto y "atacarla con la navaja", pero el agresor negó que esas mismas voces le dijeran que agrediera sexualmente a la mujer, insistiendo en que las relaciones fueron consentidas.
También ha reconocido que la víctima intentó escapar del piso, pero como la puerta estaba cerrada con llave, no pudo hacerlo, y añadió que cuando le pidió que la dejara ir al hospital para que la atendieran del corte y la retuvo durante más de tres horas, no accedió a ello porque no lo consideró importante.
La Policía Local lo detuvo poco después, sobre las cuatro menos cuarto de la madrugada en las inmediaciones de la Plaza de Armas, junto a una parada de autobús. Llevaba encima la navaja empleada para intimidar a la víctima y 75,20 euros.
La declaración prestada ante la Policía no fue ratificada por Fernando Gallardo cuando fue puesto a disposición de la autoridad judicial, donde se acogió a su derecho a no declarar. Lo que sí alegó al ser reconocido por el médico forense de los juzgados es que está tomando un tratamiento que es compatible con una esquizofrenia paranoide.
Su relato de los hechos no concuerda con la investigación policial y el testimonio de la víctima, que la juez que lo envió a prisión provisional considera "persistente y firme".
De hecho, según recogía la juez en el auto en el que acordó su ingreso en prisión, la víctima se presionó la herida de la mano para provocar un mayor sangrado con la finalidad de quedar inconsciente y fue entonces cuando el agresor, al ver que la mujer se quedaba en la cama inconsciente, se vistió y se marchó de la vivienda.
Fernando Gallardo está imputado inicialmente por cinco delitos: dos de agresión sexual con violencia e intimidación y uso de armas, otro de detención ilegal, lesiones y robo con violencia.
La juez apreció un riesgo "muy elevado" de reiteración delictiva, teniendo en cuenta los antecedentes penales y la ausencia de actividad laboral alguna y de arraigo socio-familiar.
La Policía Nacional sigue actualmente investigando si Fernando Gallardo, que tiene 57 años, ha podido atacar a otras mujeres antes de ser detenido por la violación en Triana y que podrían haber tenido lugar durante el año y medio que había pasado en libertad tras cumplir la condena anterior. La Policía ha difundido incluso un retrato robot con algunos datos físicos del sospechoso, pero por el momento no ha trascendido que se hayan producido más víctimas.
También se está cotejando el ADN del detenido con otros vestigios hallados en otras agresiones sexuales sin resolver por si se produce alguna coincidencia.
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