Condenan a unos farmacéuticos de Sevilla por dispensar un colirio erróneo y agravar la lesión ocular de un équido
Daño animal
El juzgado absuelve al veterinario que prescribió el medicamento correcto y obliga a los responsables de la farmacia a indemnizar con 2.500 euros al propietario del animal
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El Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Sevilla ha informado de que este martes se le ha notificado una sentencia dictada por el Juzgado de Primera Instancia número 8 que absuelve a un veterinario colegiado de la provincia de los daños y perjuicios que le reclamó el propietario de un équido que sufrió una uveítis ulcerosa en un ojo por culpa de un medicamento mal prescrito. La sentencia determina que el veterinario no tuvo ninguna responsabilidad y que esta correspondió a los farmacéuticos codemandados, quienes deberán indemnizar al dueño del animal con 2.500 euros.
Según recoge la resolución judicial, el veterinario atendió de urgencia al équido tras la aparición de unas molestias en un ojo. Tras la exploración clínica, le recetó un colirio (Colircusi Genta) e informó al hombre sobre la forma correcta de su aplicación. Quedó pendiente la realización del oportuno seguimiento para valorar la evolución del paciente.
En la farmacia, sin embargo, se confundieron en la dispensación del medicamento porque no se encontraba con la misma denominación que aparecía en la receta. Los farmacéuticos le entregaron uno diferente, el Colircusi Gentadexa. Al aplicárselo al animal, no sólo no mejoró su estado sino que se le ocasionó una afección mayor. La uveítis consiste en la inflamación de cualquier zona de la capa interior pigmentada del ojo.
La sentencia, que absuelve de todos sus pedimentos al veterinario, centra la responsabilidad en los farmacéuticos por la dispensación de un medicamento equivocado y porque no se comunicaron con el veterinario para asegurarse de que la dispensación era la correcta o para resolver cualquier duda surgida de la redacción de la receta. Tampoco se informaron de la posibilidad de sustituir el medicamento erróneo por otro más adecuado y prescrito igualmente por el veterinario que había explorado al animal y conocía su historial clínico.
El Colegio de Veterinarios de Sevilla pone este caso en conocimiento de todos sus colegiados "para que sirva de refuerzo sobre el respaldo que ofrece la entidad colegial al profesional veterinario, como garantía del mejor ejercicio de nuestra profesión, poniendo en valor y defendiendo el papel prescriptor de nuestro colectivo y la importancia de una adecuada colaboración, coordinación y respeto a las competencias propias de los distintos profesionales sanitarios en interés de los pacientes". Esa interacción, añade, "habría evitado el daño ocasionado" en este caso concreto.
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