Cinco policías confirman que dos compañeros ayudaron a unos narcos a llevar 365 kilos de cocaína desde Málaga a Sevilla
Narcotráfico
Los agentes que siguieron el rastro del camión donde iba el contenedor con la droga, camuflada en un cargamento de piñas, aseguran que los policías "claramente hacían tareas de vigilancia"
El estado de salud de un acusado obliga a retrasar otra vez uno de los mayores juicios de droga del año en Sevilla
El juicio a la red de narcotráfico que supuestamente introdujo 365 kilos de cocaína procedente de Colombia en España a través de Málaga, camuflados en un cargamento de piñas, resolvió ayer un capítulo fundamental de una trama que ha llevado al banquillo de la Audiencia de Sevilla a once hombres, entre ellos dos policías nacionales, un guardia civil y un escolta del Ministerio del Interior. Los dos primeros y el último están acusados de custodiar el traslado de la sustancia estupefaciente, que fue interceptada en septiembre de 2022 en una nave de Carrión de los Céspedes. Y ese papel, sobre todo el de un subinspector de la Unidad de Familia y Atención a la Mujer y un agente de la Brigada de Seguridad Ciudadana, quedó corroborado ayer por los cinco investigadores que siguieron al camión que transportó la droga. Todos coincidieron en que ocupaban un Audi A6 que empezó a ir detrás del contenedor después de que el camionero parase en una gasolinera y que “claramente” realizaron “tareas de vigilancia”, tanto en el trayecto como en el polígono La Isla, en Dos Hermanas, donde la cabeza tractora con la mercancía ilegal pasó la noche anterior a su llegada a Carrión.
Los cinco agentes declararon por videoconferencia desde Málaga ante el tribunal de la Sección Tercera. El primero, como ratificaron después los demás, contó que el camión hizo una parada en un área de servicio de la A-92 y allí se encontró con el Audi. Uno de sus ocupantes entró en el restaurante y dos se quedaron fuera, según narró otro testigo. “El subinspector tenía una actitud de superioridad de mando e incluso señaló hacia donde estábamos nosotros, nos grabó a nosotros y nuestra matrícula. Para disimular, entramos en el restaurante”, explicó un tercero.
Aquello ocurrió el 14 de septiembre de 2022. Y ya en esa parada, según observaron todos los policías, tanto los agentes supuestamente corruptos como el escolta tenían una “actitud vigilante” y escrutaban todos los vehículos que accedían a la gasolinera desde la autovía. Después reanudaron la marcha, con el Audi siempre “muy cercano” al camión con el contenedor donde estaba oculta la droga, y llegaron al polígono de Dos Hermanas, donde los encausados mantuvieron sus “funciones de contravigilancia”, como las describió el último agente en declarar.
Ese 15 de septiembre, ya en el polígono Novapark de Carrión de los Céspedes, las autoridades procedieron a detener a todos los implicados. En el caso de los policías y el escolta, lo fueron cuando aún estaban dentro del Audi “controlando todo lo que pasaba”. El subinspector iba armado, según detalló uno de los agentes que lo arrestaron.
También comparecieron ayer, igualmente por vía telemática pero desde Madrid, los dos policías que registraron los domicilios del subinspector y del otro agente. En el caso del primero, que formaba parte de la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM), entre otros útiles se encontró el DNI de otra persona y una placa de la Policía Nacional “no oficial”. Cuando la abogada del investigado preguntó al testigo si recordaba que hubo una época en la que los sindicatos regalaban llaveros y placas así, algunas de las policías presentes en la sala no pudieron evitar mirarse entre sí y reírse. El testigo, por su parte, respondió que no. Como curiosidad también, en la casa del agente de la Brigada de Seguridad Ciudadana se hallaron las llaves de un coche que estaba “mal estacionado en una gasolinera”.
En su escrito de calificación provisional, la Fiscalía solicita ocho años de cárcel para cada uno de los once acusados que hay en esta causa y una multa de 45 millones de euros. Siete de ellos, incluidos los tres agentes y el escolta, permanecen en prisión provisional desde el 17 de septiembre de 2022, de ahí que acudan custodiados y esposados a la Audiencia cada día de juicio. Según el Ministerio Público, la droga que se intervino habría alcanzado un valor de 14,4 millones de euros en el mercado si se hubiese vendido al por mayor.
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