Tres años de cárcel por explosionar un cajero automático en Benacazón y robar 61.300 euros
Sentencia
El otro acusado no se ha presentado en el juicio y se ha emitido una orden de búsqueda
La Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla ha condenado a tres años de cárcel a uno de los dos acusados que tenía previsto juzgar este martes por robar 61.300 euros de un cajero automático de una estación de servicio de Benacazón después de provocar una "gran deflagración" en la máquina, mientras el restante encartado ha sido declarado "en rebeldía" al estar en paradero desconocido y no asistir al juicio, extremo por el cual ha sido anunciada una orden de búsqueda en su contra.
El juicio estaba dirigido contra Jorge Luis L.F. y Claudio Esteban V.I., si bien el segundo de ellos, según el tribunal, está "en paradero desconocido" y tras no asistir a la sesión, será objeto de una orden de búsqueda.
En la vista, Jorge Luis L.F. se ha declarado culpable de los hechos que se le atribuyen, aceptando así la autoría de los mismos. Según el escrito de acusación de la Fiscalía, recogido por Europa Press, la madrugada del 13 de octubre de 2016, Jorge Luis L.F. y Claudio Esteban V.I., junto a una tercera persona no identificada, acudieron a la estación de servicio Virgen de las Nieves del kilómetro 3,6 de la carretera autonómica A-473, en el término municipal de Benacazón, "ataviados de máscaras como disfraz, monos de color blanco con capuchas de color negro y guantes", al objeto de "ocultar su identidad".
Estos individuos, según la Fiscalía, se dirigieron al cajero automático instalado en la estación de servicio, forzaron supuestamente la ranura expendedora de billetes de dicho cajero e introdujeron por la misma "una manguera con la que hicieron llegar a la máquina una mezcla oxiacetilénica", para "provocar una explosión a través de un cableado conectado a una batería de vehículo, usando como iniciador una bujía calentadora a la que abrazaron en su extremo final seis cerillas".
"Activado el artilugio, provocaron una gran deflagración del cajero automático", gracias a lo cual pudieron apoderarse de 61.300 euros en billetes fraccionados que contenía la maquinaria, según la Fiscalía.
Como consecuencia de ello, el cajero automático sufrió daños valorados en 9.500 euros, mientras los desperfectos ocasionados en la estación de servicio ascendieron a más de 4.800 euros y un vehículo aparcado en la misma sufrió daños por importe de 943 euros.
La Fiscalía señala en su escrito que por orden del Juzgado de Instrucción número uno de Jerez de la Frontera (Cádiz), fue registrado un trastero alquilado por Claudio Esteban V.I. con un "nombre falso", siendo localizados en su interior "numerosos efectos destinados y usados en la explosión de cajeros, como varias botellas de oxígeno y propano, baterías de coche, pinzas de cableado" o "monos de trabajo iguales a los usados el día de autos".
Fotografías relacionadas con los hechos
La investigación reveló además, siempre según el Ministerio Público, "la existencia de fotografías relacionadas con los hechos y realizadas antes" de los mismos "para determinar el lugar", así como otras imágenes tomadas "después de la explosión y el robo".
Por ello, la Fiscalía pedía inicialmente para Jorge Luis L.F. y Claudio Esteban V.I. seis años de cárcel para cada uno de ellos por un delito de robo con fuerza en las cosas en establecimiento abierto al público, si bien finalmente el fiscal ha reducido dicha petición de condena a tres años de cárcel al introducir la atenuante de dilaciones indebidas en el proceso judicial, aceptando la defensa de Jorge Luis L.F. y este mismo dicha petición de pena.
Además, la condena aceptada por Jorge Luis L.F., pues el restante acusado está en paradero desconocido, incluye indemnizaciones por los daños ocasionados en la estación de servicio y en el mencionado vehículo particular.
En marzo de 2017, la Policía Nacional desarticuló una organización criminal dedicada al robo en cajeros de entidades bancarias mediante la explosión con gases, concluyendo la operación bautizada como 'Missouri-batería'.
En el momento de ser desmantelado el grupo, se le atribuían robos en cajeros automáticos de distintas sucursales bancarias ubicadas en varias localidades de algunas provincias andaluzas como Jerez y Conil en la provincia de Cádiz, Sevilla capital, Benacazón (Sevilla), Antequera (Málaga) y Lopera (Jaén) hasta contabilizar un total de ocho robos de este tipo.
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