La víctima de Candy pide que le ponga una pulsera telemática e incluso la prisión preventiva

El letrado advierte del "peligro inminente" para la integridad física de la víctima

La víctima de Candy, el maltratador trans: "Se está riendo de todos"

Candy, el trans acusado de maltrato en Sevilla
Candy, el trans acusado de maltrato en Sevilla / Juan Carlos Vázquez

El abogado de la mujer que ha denunciado que su presunto maltratador, conocido como Candy, ha cambiado de sexo para eludir la prisión, ha pedido al juzgado de Violencia Mujer que acuerde la colocación de una pulsera telemática o incluso su ingreso en prisión preventiva ante el "peligro inminente" para su integridad física y el riesgo de reincidencia.

El abogado José Antonio Sires, que representa a la víctima, ha recordado que en julio pasado el juzgado de Violencia Sobre la Mujer número 4 de Sevilla acordó como medida cautelar prohibir al presunto maltratador aproximarse a su ex pareja mientra se tramita la causa para garantizar la seguridad de la víctima, no pudiéndose acercarse a ella a una distancia inferior a 300 metros, de su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro en el que se encontrase, como de comunicarse con la victima por cualquier medio.

Sin embargo, no pasó "ni un mes" cuando el investigado volvió a personarse en el domicilio de la víctima, incumpliendo la orden de alejamiento, "insultándola y amenazándola desde la  puerta del domicilio de la víctima", lo que motivó una nueva dneuncia y la incoación de diligencias previas por un delito de quebrantamiento de la prohibición acordada por mandato judicial.

A partir de ahí, el letrado ha señalado en el escrito remitido al juzgado que la puesta en libertad del encausado representa "una falta de respeto absoluta a la autoridad judicial y la víctima en particular, lo que nos conduce a interesar, al derecho de mi representada, la adopción de medidas de control del investigado, encaminadas a conceder mayor protección a la víctima, para tratar de garantizar su integridad personal".

Dice el letrado que como está vigente la medida de prohibición del investigado de acercarse a la víctima, es necesario que se le imponga "el uso de un dispositivo que permita conocer su localización durante 24 horas, alertando en caso de acercarse a menos de 300 metros de la víctima, ya que la eficacia de esta medida depende de los dispositivos de control existentes".

Sires advierte del "peligro inminente para la integridad física de mi patrocinada y la aptitud desafiante del encausado, traduciéndose todo en la continuidad de los episodios de violencia de género que continua ejerciendo sobre la víctima llevando a la perjudicada, aún más si cabe, a un estado anímico mermado a pesar de la medida cautelar que pesa sobre él, hacen necesaria acordar otras medidas más efectivas como la prisión preventiva al darse el riesgo de reincidencia".

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