La doble asesina remató a las víctimas con un cuchillo en zonas vitales
Dos Hermanas
Les atropelló, golpeó con una piedra y finalmente agredió con un cuchillo de 14 cm
Joyce Greyce G.S., la brasileña encarcelada por el presunto asesinato de un matrimonio vecino suyo, les atropelló primero con su coche, luego les golpeó con una piedra y finalmente les causó las heridas definitivas con un cuchillo de cocina de 14 centímetros con el que les apuñaló en zonas vitales, según el informe de autopsia entregado al juzgado número 4 de Dos Hermanas.
Los informes de autopsia recogen el mismo patrón lesivo en ambas víctimas: primero fracturas óseas y abrasiones producidas por el atropello de un coche, luego politraumatismos y cotusiones al ser golpeados con una piedra y finalmente importantes heridas por arma blanca, en el caso de Cristina A.G. concentradas en el cuello.
El crimen ocurrió hacia las 14 horas del 24 de julio pasado en la urbanización Vistazul de Dos Hermanas, cuando Joyce dio muerte a Manuel S.D. y Cristina A.G. después de varios años de rencillas vecinales motivadas por el refugio de 50 gatos que los fallecidos regentaban en el lugar.
El arma blanca era un cuchillo de cocina de hoja monocortante (afilado por un solo lado) de 14 centímetros, que fue recuperado por la Policía en el lugar de los hechos.
El informe forense no se pronuncia sobre las agravantes de ensañamiento y alevosía que se derive de esas lesiones, aspecto que deberán valorar las acusaciones y defensa en sus escritos de calificación, junto con el informe psiquiátrico de la acusada ya encargado por el juzgado. En sus primeras declaraciones, la detenida afirmó padecer una fuerte drogodependencia, haber estado consumiendo hachís desde primera hora de la mañana y haber dejado de tomar su medicación contra la depresión.
Los escritos de calificación también deberán valorar la posible premeditación pues antes del crimen la acusada telefoneó a su ex marido para pedirle que cuidase de sus dos hijos de 12 y 14 años “si ocurría algo importante”. Ese día su hija estaba en casa de una amiga y tras el crimen Joyce pidió a su hijo que se reuniese con su hermana.
Tras acabar con la vida de sus vecinos se duchó, guardó la ropa ensangrentada, preparó un macuto con algunas prendas para la cárcel y a los policías que llamaron a su puerta les pidió que esperaran porque ya estaba terminando de asearse, según las declaraciones de testigos ante la juez.
Las rencillas vecinales se habían acrecentado en las semanas previas porque Joyce temía que sus vecinos cumpliesen su amenaza de denunciarla ante los Servicios Sociales por tener desatendidos a sus hijos.
La mujer, de 41 años y nacida en Brasil, tenía permiso de residencia en España y estaba tramitando la nacionalidad española. Declaró a la juez que tenía ingresos de unos 1.300 euros al mes como limpiadora en economía sumergida.
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