El asesino machista de El Rubio confiesa que mató a su novia: "Cogí la escopeta y le pegué un tiro, ella no tuvo ninguna posibilidad"
Violencia machista
Germán C.V. admite en el juicio que maltrató sistemáticamente a Elia, que tenía 17 años y estaba embarazada, y lo achaca todo a las drogas: "Ella quería llevarme por el buen camino y yo no quería. No la valoré como debí haberla valorado", reconoce
Los padres de la víctima intentaron llegar hasta el asesino de su hija cuando entró en la sala, pero sus familiares y varios policías se lo impidieron
La Fiscalía pide 42 años de cárcel para el joven acusado de asesinar a su novia embarazada en El Rubio
A finales de febrero de 2023, la localidad de El Rubio apareció en las noticias en toda España porque fue el escenario del primer asesinato machista de una menor de edad en lo que iba de año. La víctima se llamaba Elia, tenía 17 años, estaba embarazada y falleció después de recibir un disparo de escopeta en la cabeza. El autor confeso de esa barbaridad fue su novio, Germán C.V., un joven entonces de 22 años que este martes ha empezado a ser juzgado por un jurado popular en la Audiencia de Sevilla. La Fiscalía pide 42 años de cárcel y la madre de Elia, la prisión permanente revisable. Que va a ser condenado es seguro, ya que ante los nueve jurados ha admitido los hechos con crudeza: "Cogí la escopeta y le pegué un tiro", ha afirmado después de reconocer también que la maltrató día sí y día también. "Ella quería llevarme por el buen camino y yo no quería", ha dicho también.
El encausado, que básicamente ha sido preguntado casi en exclusiva por su abogada, ha recordado así aquel 27 de febrero de 2023. "Todo el día estuve con ella a gusto y por la tarde-noche volví a recogerla. Todo el día había estado tomando droga y alcohol. Dimos varias vueltas por el pueblo y me quedé sin droga, así que fui a un 24 horas a buscar al que vende droga en el pueblo. Allí estuve echando dinero a las máquinas, con ella al lado, y un chaval vino a pedirme dinero. Le dije que no y ella me separó. Yo por dentro quería ir a buscar al nota que me había pedido dinero", ha explicado.
Para calmar a su novio, Elia se lo llevó de aquel establecimiento hasta su parcela. Y allí ocurrió la tragedia. "A última hora me emperré con ella, no me dejaba salir para no formarla y cogí la escopeta y le pegué un tiro. No sé qué se me pasó por la cabeza. Me quedé quieto, me tiré al suelo con ella y lo primero que hice fue llamar a mi madre y a unos familiares. Después llamé a la Guardia Civil, vi que no estaba bien lo que había hecho. No la había valorado como debía", ha apostillado.
Germán C.V. ha admitido el asesinato con todas las letras. "Ella no tuvo ninguna posibilidad de defensa, ella no se esperaba eso", ha contestado a otra pregunta de su letrada. "Había discutido y le había pegado, pero nunca le había levantado la escopeta", ha añadido. "Sabía lo que estaba haciendo, pero no sabía dónde estaba", ha proseguido el homicida, que ha achacado aquella acción criminal a su adicción: "Tomaba cinco o seis gramos de droga todos los días, era mi vida".
El interrogatorio ha acabado con una disculpa que él mismo ha reconocido que era insuficiente. "Quiero pedir perdón a la familia, pero sobre todo a ella. Espero que algún día me perdone, aunque sé que lo que he hecho no tiene perdón de Dios. Estoy dispuesto a pagar lo que sea por lo que he hecho, yo sé que no tengo perdón y que lo tengo que pagar", ha concluido.
"La he insultado, la he maltratado y la he agredido"
Antes de llegar al día del asesinato, Germán C.V. hizo un dantesco recorrido por su relación con Elia, que empezó en el verano de 2022 y estuvo salpicada de continuos episodios de desprecios, maltrato y agresiones. "Nos queríamos, pero también había momentos malos y muchas discusiones. Yo tomaba droga desde los dieciséis años, siempre me costó trabajo relacionarme con las personas. Todo venía cuando tomaba droga y alcohol, me volvía loco. Todas las discusiones eran por mi culpa", ha comentado.
"La he insultado, la he maltratado y la he agredido", ha reconocido también el asesino. "Y al otro día le pedía perdón, pero ya estaba hecho. Yo no cambiaba", ha continuado.
A partir de ahí, siempre a preguntas de su defensa, el acusado ha ido reconociendo los distintos delitos que se le imputan uno a uno. Por ejemplo, que el 11 de enero de 2023 la golpeó. "Había tomado más droga de la cuenta y no sabía lo que hacía", se ha excusado. O que tres días después le mandó un mensaje en el que la amenazaba con partirle los dientes: "Sí, no es excusa pero es una expresión que yo suelo decir. Se la dije varias veces", ha señalado. En otro audio, el 22 de enero, también le hizo reproches por los "celos": "No quería quedarme solo", ha confesado. Y el 24 de enero le mandó una foto con la escopeta "de caza" con la que acabaría matándola: "No tenía licencia pero la usaba", ha recordado.
El 25 de febrero, dos días antes del crimen, Germán C.V. volvió a estar "todo el día tomando droga" y acabó "agobiado" y alejado de "todo el mundo". Fue entonces cuando, de nuevo vía Whatsapp, la amenazó con pegarle un tiro. "Le dije que si se acercaba, les pegaba un tiro al perro, a ella y a quien llegara con ella. Yo quería estar solo", ha narrado.
30.000 euros para los padres de Elia
En el turno de alegaciones previas, la defensa de Germán C.V. ya anticipó que su cliente se declararía culpable, pero también deslizó las atenuantes que va a solicitar para que la condena definitiva sea más suave e inferior a esos 42 años. Una será la de reparación del daño porque el asesino ha consignado 30.000 euros (aportados por un familiar) para resarcir a los padres de Elia. Otra será la de drogadicción: "Sufre un trastorno de personalidad antisocial e inteligencia límite. Le resulta difícil controlar sus impulsos".
Este miércoles comparecerán los peritos que en teoría tienen que confirmar todas esas aristas de la personalidad de Germán C.V. También declararán un par de testigos del pueblo. Como el asesino confesó todo en la primera sesión, la mayoría de los llamados a comparecer ya no tendrán que hacerlo y las partes acordaron esta misma mañana adelgazar el contenido de la vista oral lo máximo posible.
La tensión cuando los padres vieron al asesino
Un crimen tan espantoso deja un dolor irreversible y sin cura posible en los seres queridos de la víctima. En el caso de Elia, sus padres llegaron bien temprano a la Audiencia de Sevilla y desde antes de las diez de la mañana ya estaban en la segunda planta, donde se iba a celebrar el juicio, a pesar de que a esa hora aún se procedía a la constitución del jurado popular y el acusado ni siquiera había llegado desde la cárcel. Aun así, la tensión ya era evidente en las palabras que intercambiaban entre ellos. Y todo acabó de explotar poco después del mediodía cuando el asesino de su hija apareció por el pasillo del otro extremo. Los dos reaccionaron de forma fulminante, empezaron a insultarlo y a increparlo e incluso se dirigieron hacia él con intención de alcanzarlo, pero tres policías se lo impidieron a la madre y un familiar sujetó fuertemente al padre.
Una vez que Germán C.V. entró en la sala, los progenitores de la víctima aún siguieron con sus gritos de desahogo durante un rato antes de sentarse en uno de los bancos y liberar la tensión con alguna lágrima. Y cuando la sesión acabó, tanto ellos como sus acompañantes fueron desplazados a la primera planta de la Audiencia y la Policía sacó al acusado sin problemas. En ese momento había ni más ni menos que diez agentes para prevenir cualquier posible incidente.
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