El asesino confeso de ‘Rosarito’ alega “enajenación mental” y arrebato
Crimen de la Maleta
La defensa de Antonio María Gómez califica los hechos de homicidio y pide siete años y medio
El asesino confeso Antonio María Gómez González ha alegado “enajenación mental”, así como que actuó en un momento de arrebato y que confesó el crimen de su pareja, María del Rosario Luna Barrera, Rosarito, que fue asfixiada el 16 de abril de 2017 en Alcolea del Río y su cadáver arrojado en una maleta a un arroyo seco.
La defensa del acusado ha presentado recientemente su escrito de conclusiones provisionales, en el que sostiene que los hechos no son constitutivos de un delito de asesinato, sino de homicidio, y en el que reclama una condena de siete años y seis meses de cárcel, frente a los 20 años que solicita la Fiscalía de Sevilla y los 25 años que piden las acusaciones particulares.
En su escrito de conclusiones, la defensa recuerda que el acusado y la víctima mantuvieron desde el año 2000 una relación sentimental, fruto de la cual nació una hija que actualmente tiene 11 años, y asegura que la relación “siempre fue buena” y así es “como la describen” los amigos y vecinos. Sin embargo, señala que en los últimos meses antes del crimen la relación “se enrareció” y el carácter de la víctima se volvió “más agresivo hacia la menor, dirigiendo continuamente insultos y vejaciones” hacia el acusado y la hija, sostiene la defensa, que añade que la relación terminó cuando la víctima conoció a una persona a través del Facebook y con el que se veía con frecuencia.
Dice la defensa que era el propio procesado quien “propiciaba a veces” los encuentros de su pareja con esta tercera persona, trasladándola la autobús para sus “escapadas de fin de semana y permaneciendo él, como lo venía haciendo desde siempre, al cuidado de su hija”.
El día de autos, el 17 de abril de 2017, Antonio María Gómez dejó a su hija con unos vecinos y regresó al domicilio de la pareja, donde mantuvo una discusión con la víctima, quien según el asesino confeso lo insultó y le “deseó la muerte” a ambos. “En ese momento y fruto de un arrebato, mi representado sesgó la vida de María del Rosario y fruto del miedo insuperable, al percatarse de su actos, dada la trascendencia para con su hija, decidió esconder el cuerpo y simular una nueva escapada de ésta con su pareja”, dice la letrada.
La defensa alega que el encausado “no recuerda cómo sucedieron los hechos, sólo que podía verse privado de su hija”, por lo que en una situación “desesperada y no pudiendo con la culpa, confesó lo sucedido y colaboró con la autoridad”. Por todo ello, la abogada del acusado reclama que se aplique la “eximente incompleta” de enajenación mental, así como las circunstancias atenuantes de arrebato y confesión, además de estimar que se han producido dilaciones indebidas en este proceso.
La defensa solicita un nuevo examen por el médico forense para que emita otro informe acerca de los “lapsus de memoria que se advierten en el informe emitido y de la posibilidad de que se debiese a un momento de arrebato u obcecación”.
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