El caso del triángulo amoroso de Alcalá acaba con condenas mínimas para los dos amantes y el perdón del marido "a todos"
Tentativa de asesinato en Sevilla
La Audiencia de Sevilla, con la conformidad de los acusados y las acusaciones, impone tres años de cárcel a Juan Manuel M.R. y tres años a Yésica R.F. por el intento de asesinato del esposo de ella, que ante el tribunal ha dicho que perdona a los dos
Los procesados, que salvo sorpresa no irán a prisión, se exponían a más de diez años de reclusión, pero esas penas han quedado sustancialmente rebajadas tras negociar con el resto de partes e indemnizar con 25.000 euros a la víctima, que sigue casado con la encausada
Los amantes de Alcalá se enfrentan a una petición de doce años de cárcel por intentar matar al marido de la mujer
Una tórrida tarde del verano de 2021, en un solitario camino de Alcalá de Guadaíra cerca del puente del Dragón, un hombre regresaba a casa en ciclomotor después de su jornada laboral cuando de repente se topó con que otro varón le disparaba con una escopeta de perdigones. La víctima sobrevivió porque la munición le impactó en el brazo. Aunque malherido, pudo seguir conduciendo hasta casa de una familiar. Lo que no sabía es que el ataque había sido planeado por su propia esposa y por su amante y que el autor de los disparos era este último. De hecho, tampoco sabía que su mujer lo estaba engañando. Ni que ambos planificaron un segundo intento de acabar con su vida. Ese caso ha sido juzgado este jueves en la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla y se ha resuelto con un acuerdo entre todas las partes, incluido el esposo, que ante el tribunal ha dicho que perdona "a todos". Su mujer, porque sigue casado con ella, ha aceptado dos años de cárcel y el autor del disparo se ha conformado con tres años. Los dos deberán felicitar a sus abogadas, ya que la Fiscalía pedía inicialmente doce años de prisión para ambos por un delito de intento de asesinato y otro año más para él por tenencia ilícita de armas. Es más, salvo sorpresa ninguno entrará en la cárcel y el matrimonio podrá seguir junto porque el marido ha renunciado a cualquier orden de alejamiento y la que se le ha impuesto a la esposa ya ha sido cumplida.
El suceso, que provocó la inevitable conmoción en Alcalá y fue noticia en su día, ocurrió sobre las cuatro y media de la tarde del 13 de julio de 2021 pero la génesis fue anterior. Yésica R.F. estaba casada (aún lo está) y tenía un hijo con la víctima y al mismo tiempo mantenía “una relación sentimental en secreto” con Juan Manuel M.R. Ella tenía 38 años y él, 46. “Movidos por el deseo de eliminar obstáculos para seguir con su clandestina relación”, como apuntaba la Fiscalía en su escrito, decidieron matar al marido. El plan consistió en que el hombre esperaría escondido al esposo y le dispararía con la escopeta.
Aquella tarde, en efecto, Juan Manuel M.R. se ocultó detrás de unos matorrales en un camino cerca del Parque de la Retama, a esa hora “solitario”, y estuvo “en permanente contacto” con su cómplice mientras aguardaba a la víctima. A las 15.23 horas, la mujer le mandó un Whatsapp: “Tate atento que me ha dicho el niño que el padre sale casi ya”. “Si a las 4.30 no pasa, te vas”, le escribió después.
Faltó poco para que así fuese, porque el marido pasó sobre las 16.25. Entonces, el amante le disparó “de modo sorpresivo” apuntando “hacia la zona del corazón”. “No llegó a acertar sólo por un error de cálculo y por la dificultad derivada de hallarse el objetivo en movimiento”, explica la acusación pública. La víctima, pese a sufrir “múltiples heridas” en el brazo izquierdo de las que tardó más de 260 días en recuperarse, consiguió conducir hasta la casa de su cuñada, desde donde una ambulancia ya lo trasladó al hospital.
La mujer y su entonces querido, sin embargo, no cejaron en su intento de eliminar al marido y después de esa primera tentativa “aún continuaron planeando acabar con su vida”, pero “no pudieron culminar su propósito” porque antes fueron detenidos. Cuando eso sucedió, Juan Manuel M.R. llevaba en su coche una escopeta de caza para la que no tenía licencia, un machete “de grandes dimensiones”, una peluca rubia y un pasamontañas. Los investigadores dedujeron que ese macabro catálogo formaba parte del plan para asesinar al esposo.
Después de comparecer ante la Policía y ser puestos a disposición judicial, el Juzgado de Instrucción número 1 de Alcalá acordó el 7 de agosto que ambos entrasen en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Yésica apenas estuvo encerrada cuatro meses, hasta el 17 de diciembre de ese mismo año. Juan Manuel estuvo más tiempo, pero el 22 de diciembre de 2022 le tocó la lotería de Navidad en forma de libertad. Desde entonces están en la calle, aunque con una orden de alejamiento respecto a la víctima que ha sido confirmada y ampliada tras el juicio.
La calificación provisional de la Fiscalía también recogía que el homicida estaba diagnosticado de “trastornos mentales del comportamiento” por su adicción a las drogas, sobre todo la cocaína, pero matizaba que ese factor “no provoca alteración cognitiva” en él. Es decir, que sabía lo que hacía. La toxicomanía “sí puede afectar sus facultades volitivas”, esto es, su voluntad. Aun así, la acusación no incluía ninguna atenuante en los dos delitos que le imputa. A la mujer le atribuye uno solo, el intento de asesinato.
La víctima ya ha recibido 25.000 euros
Tras las negociaciones, la Fiscalía y la acusación particular ejercida por el marido han aceptado reducir sustancialmente sus pretensiones iniciales. En el juicio, los dos acusados han reconocido los hechos antes descritos, han pedido perdón y se han mostrado "muy arrepentidos". Tras oír su declaración, las acusaciones han modificado y rebajado sus conclusiones. La clave principal ha sido la aplicación, ahora sí, de dos atenuantes. Por un lado, la muy cualificada de reparación del daño porque la víctima ya ha sido indemnizada con 25.000 euros, incluso por encima de la reclamación de la fiscal (16.000). Y por otro lado, sólo en el caso de Juan Manuel M.R., la analógica de drogadición porque el trastorno que padece por ese motivo "influye en la conducta delictiva enjuiciada", según ha apuntado la fiscal. Además, Yésica ha sido condenada como cómplice y no como autora de la tentativa de asesinato, ya que no estuvo presente en la escena del tiroteo y por tanto "no tuvo el dominio del hecho" ni pudo impedir que el otro acusado hiciera lo que hizo.
En resumen, el acusado ha sido condenado a tres años de cárcel por la tentativa de asesinato y a dos meses por la tenencia ilícita de armas, aunque este último castigo será sustituido por una multa. La acusada, por su parte, ha sido condenada a dos años por el intento de acabar con la vida de su marido.
La Sección Tercera, que ha anticipado el fallo en la misma sala y ha declarado firme la sentencia, no se ha pronunciado sin embargo sobre la suspensión de las penas de prisión solicitadas por las defensas, ejercidas por Clara Boza en el caso de Juan Manuel M.R. y por Esperanza Lozano e Isabel Martínez en el de Yésica R.F. Ni la Fiscalía ni Mariam Garrido, la abogada de la víctima, se han opuesto, así que lo normal es que el tribunal se las conceda. Las condiciones para no ingresar en un centro penitenciario son distintas para cada uno, según ha aclarado la fiscal. Juan Manuel M.R., por ejemplo, debería no cometer ningún delito en cinco años, respetar la prohibición de acercarse y comunicarse con la víctima y someterse a un tratamiento contra su drogadicción. Yésica R.F., por su parte, deberá no delinquir en tres años y medio.
Las órdenes de alejamiento
Las penas propuestas por las acusaciones, y aceptadas por las defensas y los acusados, también incluyen sendas prohibiciones de acercarse a menos de 500 metros y comunicarse por cualquier medio con la víctima. La de Juan Manuel es por un tiempo de ocho años, mientras que la de Yésica es por tres años. Esta última ya fue cumplida mientras la medida fue cautelar, después de que fuese detenida y se la impusiera el juzgado de Alcalá. En este capítulo también ha habido una importante rebaja, ya que el Ministerio Público en su calificación provisional interesaba que el plazo fuese de diez años.
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