La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
Crimen de Estepa
La fiscal del caso de la muerte de Rocío Cáiz, ocurrida en Estepa en junio de 2021, advirtió al jurado de que en este juicio se juzgan “hechos macabros pero reales” y se expone “la cara más salvaje del ser humano”. Que en esa misma sala de Justicia se dijera también que “nadie en su sano juicio haría lo que ha hecho este señor” puede parecer normal, incluso un comentario suave para semejantes hechos. Lo noticiable es que quien así se pronunció fue el abogado del propio acusado. Manuel Manzaneque, el letrado que defiende a Adrian N., fue el protagonista en el trámite de las alegaciones previas con frases como esa, que pronunció antes de reconocer la culpabilidad de su cliente: “Estrangula a lazo a Rocío y la descuartiza. Yo nunca había visto nada similar. El desmembramiento es lo que hace más repugnante este hecho”, dijo.
“No le guardo ninguna simpatía al acusado, pero voy a cumplir con mi deber hasta el final”, prosiguió Manzaneque, que por rebuscar dentro de lo malo destacó que, con la confesión y la revelación de los lugares donde Adrian N. ocultó las partes del cuerpo, su cliente “evitó” que ocurriera lo mismo que en el caso de Marta del Castillo, cuya familia “no pudo enterrar” a la fallecida. “Por muy mal que nos caiga el acusado, no se puede dictar un veredicto con el corazón”, espetó también a los miembros del jurado. “Si lo dictan basándose en sus emociones, dictarán un veredicto de venganza”, advirtió.
La abogada de los padres de Rocío, María José Atoche, también pidió algo a los jurados. “Se presentará como un joven loco de amor que, presa de los celos, mató a su expareja. No se dejen engañar por la carita de niño bueno. Recuerden que fue a trabajar con la cabeza de Rocío en un macuto y que la acusó de ladrona y libertina en los medios de comunicación. Desprestigió el honor de Rocío acusándola de irse con otro hombre. Jugó con todos nosotros”, denunció la letrada, que acusa a Adrian N. de asesinato pero también de violación (pide once años de cárcel) y de maltrato (dos años), entre otros delitos. También lo hace la abogada que representa al hijo de Rocío y Adrian. “La descuartizó para humillarla, para vejarla después de muerta”, lamentó la letrada Amalia Calderón, que incidió en el control que el encausado ejerció sobre la menor durante el tiempo que duró su relación: “Todo su mundo era Adrian, por eso le costó tanto salir”.
Hay una tercera acusación, ejercida por la Junta de Andalucía. La Administración acusa al procesado de asesinato y reclama 25 años de prisión para él.
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