Variedad de versiones para la muerte del gestor de Rochelambert en la última sesión del juicio oral
Juicio con jurado
Tanto la Fiscalía como la acusación particular afirman que los tres acusados urdieron un plan para matar a la víctima
Los abogados de los tres acusados coinciden en señalar que ninguna prueba les hace culpables
El juicio oral con jurado por la muerte del gestor de Rochelambert terminó con los informes finales de las partes que dejaron sobre la mesa del jurado mucho en lo que pensar y diferentes versiones que analizar. La ausencia de pruebas concluyentes, según la defensa, y la disparidad de declaraciones de los acusados, según tanto de la acusación particular como del Ministerio Fiscal hacen que el jurado haya presenciado varios relatos de los hechos.
Lo que sí parece claro para todas las partes es que el informe forense determina como causa de la muerte la asfixia por el monedero que se encontró en el cuerpo calcinado "alojado cerca de la nuez", donde la acusación particular recordó en su informe que había incluso un papel con un número de teléfono perfectamente legible, "ya se pueden figurar lo profundo que tenía el monedero en la garganta si después de haber calcinado el cadáver, aún estaba ese papel intacto", explicó.
El fiscal, en su informe final, desmontó los testimonios de los tres acusados del crimen y se ratificó en su escrito inicial recordando que además hubo ensañamiento en la muerte, además de alevosía, por lo que pide para los tres acusados penas correspondientes a asesinato, detención ilegal, robo con violencia y daños. "Hay indicios de que estuvo atado", por el resto textil encontrado en una muñeca de la víctima, "pero aunque no lo hubieran atado, hay tres jóvenes contra una persona mayor" que la acusación particular explicó que pesaba unos 65 kilos.
Por su parte, la acusación particular se adhirió a esta petición y añadió el delito de profanación de cadáveres. La letrada de la familia de la víctima aseguró que los tres acusados "urdieron un plan para detener al gestor en casa de Félix y "torturaron de forma indiscriminada a la víctima para sacar información". Para ello se basa en el informe de la forense que señala un golpe fuerte en la cabeza con una superficie roma, además de signos de estrangulamiento y el golpe en la escápula. A esto añade las manchas de sangre la víctima encontradas en el cuarto de baño de Félix J. A.
El informe final de la Fiscalía considera que tanto el principal acusado, Félix A. como la víctima, Joaquín Gómez Borrallo, tenían una relación profesional que derivó en una "semi-amistad". Como consecuencia de esta circunstancia el fallecido "introdujo a Félix A. en un negocio oscuro que puede ser delictivo del que salió perjudicado Félix J.A.".
Según su relato de los hechos, el acusado citó a la víctima en su taller y de allí, lo llevo en su moto al domicilio, donde "le espera Manuel A.". Una vez allí, el principal acusado "hizo responsable al gestor del timo de los billetes tintados, algo que es importante porque va a determinar el motivo de la muerte", aseguró el fiscal a los miembros del jurado.
En este mismo relato, el fiscal asegura que Félix J. A. deja en el domicilio a la víctima con Manuel A. mientras va en su coche a recoger del taller al otro acusado, Manuel B. y vuelven al domicilio. Una vez allí "decide cobrarse el dinero de la estafa y le "exigen las tarjetas a la víctima, le golpean para conseguir el pin" intentan sacar dinero y éste es incorrecto. Entonces vuelven al domicilio. "Yo afirmo que le dan una paliza y le entrega el nuevo pin", continúa el fiscal.
El relato del fiscal continúa con la ya conocido extracción de dinero fallida de la cuenta de la víctima por falta de fondos o por encontrarse la cuenta bloqueada. "Vuelven frustrados por no poder tener el dinero y siguen golpeando al fallecido, le atan por lo menos una mano, tal y como indicaron las forenses durante su declaración en el juicio. Introducen el monedero en su boca y le siguen golpeando y la víctima fallece por la enorme dificultad para respirar".
Participación de los acusados
El Ministerio Público puso especial énfasis en la negativa de los acusados a responder tanto a él como a la acusación particular durante la celebración de este juicio oral. Incluso llegó a asegurar que estaban de acuerdo para "hacer lo que hicieron, pero no lo puedo probar más que de forma indirecta". En cuanto a la relación con los otros dos acusados, el Ministerio Público señaló que el principal acusado tiene una "especial ascendencia" sobre los otros dos acusados, Manuel B. y Manuel A.
También fue tajante al calificar como "radicalmente falsa" la declaración que el principal acusado, Felix J. A., realizó durante el juicio. En ella explicó que la muerte había sido "accidental" en el transcurso de un forcejeo entre los dos acrecentado por el consumo de droga y alcohol.
Diferente es el punto de vista de la abogada de Félix que mostró su convicción de que todo lo visto en el juicio "da por probada " la versión de su defendido y recordó que las declaraciones de los acusados válidas son las realizas en la fase del juicio, así como que el resto de los acusados, al estar co-imputados "tienen el derecho de mentir". Asimismo argumentó que "difícilmente es creíble que se pusieran de acuerdo para matar al gestor puesto que la causa de la muerte fue la asfixia con el monedero de la víctima, además no lo hubiera hecho en su casa si hubiera sido premeditado. La improvisación que rodea toda la situación es completamente compatible con la versión de mi defendido".
Asimismo la letrada aseguró que las pruebas practicadas "descartan el asesinato y refrendan el homicidio, ya sea imprudente o doloso. También ha reconocido los daños con el incendio del vehículo". Además argumentó la eximente incompleta de drogadicción y las circunstancias de arrebato e ira.
Por otro lado, el acusado, en el uso de la última palabra ante el tribunal, además de mostrar su "profundo arrepentimiento" explicó que en transcurso de la discusión con la víctima "le clavó una espada de samurai a la altura del corazón".
El fiscal también desmontó la versión que da Felix J. A. sobre la participación de otro de los acusados, Manuel A. Aunque en su declaración, el sospechoso dice que aquel se marchó tras una discusión porque quería consumir más, "Manuel A. dijo en su declaración ante el tribunal que volvió más tarde y se encontró a Manuel B., otro de los acusados, y "a un hombre sentado con la cabeza completamente agachada como dormido o muerto".
En este punto, y para explicar que el principal acusado excluyera en su declaración ante el tribunal del jurado a los otros dos acusados, el fiscal dice que lo hizo para evitar que "echen abajo" la alegación de la defensa de Félix: muerte accidental. "Creo que tanto a Manuel A. como a Manuel B. les sorprendieron las declaraciones de Félix J. A."
La presencia de ADN
Respecto al ADN encontrado durante la investigación del caso, la abogada de Félix J. A. aseguró que "coincide con la versión" de su defendido puesto que había sangre suya tanto en el garaje como en el cuarto de baño. Según la letrada "esto descarta la alevosía porque la víctima se defendió". Asimismo se refirió a la cinta encontrada en una de las muñecas calcinadas del gestor en la que "tenía adherida un elemento textil que pudiera ser usado como sujeción". La abogada recalcó que ese "pudiera" implicaba también un "no pudiera" porque "no hay certeza de si fue colocado antes o después de la muerte".
Otro de los momentos donde cobra importancia la aparición de ADN de la víctima es en la participación de Manuel B. Según su letrado, aparece tanto en su camiseta como en los calzoncillos porque ayudó a Félix J. ha deshacerse del cadáver y, para ello, apoyó la cabeza de la víctima sobre su pecho. Sobre la presencia de ADN de la víctima en los calzoncillos de este acusado, el abogado comentó "que fue a orinar después de ayudar a meterlo en el coche".
Pruebas con dudas para los abogados defensores
El abogado de Manuel B. calificó la investigación del caso como "una chapuza policial" que ha provocado "numerosas dudas a lo largo del juicio". En el caso del cuchillo de carnicero, también llamado hacha durante el juicio, y donde también apareció ADN de este acusado "si en un primer momento el jefe del Grupo de Homicidios negó aquí que lo hubiera sacado Manuel B. del saco de yeso donde lo tenía oculto en su domicilio, el padre del acusado dijo que sí durante su declaración ante el tribunal. Además, en el acta policial dicen que no rompen la puerta para acceder a su domicilio, mientras que el padre declara que, incluso, aún está rota".
El abogado señalo que "el único hecho probado es la asfixia mecánica y que la persona que produjo la muerte lo ha reconocido".
Por último, el abogado del tercero de los acusados, Manuel A., comenzó su informe pidiendo la declaración de inocencia para su defendido porque "no hay prueba objetiva para acusar a Manuel A., ni tampoco de que participara en ninguno de los hechos constitutivos de delito". Además, durante su intervención, el letrado dijo que había sido acusación particular en algunas causas contra la víctima.
El letrado se quejo de que "todo se ha supuesto" porque su defendido, por ejemplo "no estuvo" en el incendio del vehículo, "algo de lo que también se le acusa". Como argumentación de que su defendido es inocente, explicó a los miembros del jurado que está convencido de ello. "Tanto es así que soy el único que sigue en este caso desde el principio porque a mi me llegó esto por turno de oficio, así que lo que voy a sacar económicamente es lo que me pague la Junta, cuando llegue. La única explicación es que de los tres acusados es el único que tiene bienes, una casa, con la que hacer frente a las indemnizaciones".
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