La Policía corrobora que las grabaciones del presunto infiltrado en la familia del Cuco no están manipuladas
Falso testimonio del Cuco y su madre
Los expertos de Acústica Forense concluyen que hay "una aparente continuidad y secuencia lógica" en las conversaciones
Y no se observan indicios asociados a una "alteración posterior al proceso de grabación"
La Sección de Acústica Forense de la Comisaría General de Policía Científica ha corroborado que las grabaciones originales realizadas por el presunto infiltrado en el entorno de la familia de Francisco Javier García Marín, el Cuco, y en las que se basa la denuncia de la familia de Marta del Castillo por falso testimonio, no están manipuladas.
La práctica de este estudio había sido soltada por la defensa del Cuco y de su madre, Rosalía García Marín, que había requerido al juez para que la familia de Marta del Castillo entregara las grabaciones originales para que éstas se pudieran “someter a contradicción, teniendo en cuenta que han podido ser cortadas, superpuestas o manipuladas, y este dato es más que probable ya que la persona que las aporta tiene condenas por delitos de falsificación y de estafa, entre otros”, según aseguraba el abogado del Cuco en un escrito presentado en el juzgado.
Sin embargo, el informe remitido por la Policía al juzgado de Instrucción número 2 de Sevilla, que investiga la denuncia contra el Cuco y su madre por falso testimonio en el juicio por el asesinato de Marta del Castillo, es contundente al afirmar que las grabaciones no están manipuladas. Los peritos de la Policía concluyen que "se observa una aparente continuidad y secuencia lógica en el transcurso de los actos de habla, tanto en su plano semántico como expresivo".
Y además, prosigue el informe al que ha tenido acceso este periódico, "no se observan indicios asociados a una alteración posterior al proceso de grabación, en cuanto a sus características acústicas, espectrográficas y sonográficas del registro analizado", señala respecto al contenido de una de las dos grabadoras entregadas por los padres de Marta en el juzgado en julio de 2019 y que contienen las 600 horas de grabación que el supuesto infiltrado realizó en el entorno y en la familia del Cuco.
En cuanto a los audios de la otra grabadora, los expertos señalan que han encontrado una cantidad elevada de drops (pérdida de información de la señal grabada en un periodo de tiempo muy corto) que se "repiten frecuentemente". Estas anomalías pueden deberse a factores como las opciones de grabación del dispositivo o a fallos durante el proceso de grabación, pero este dato "no necesariamente es un indicio de alteraciones o de ediciones posteriores a los procesos de grabación".
En este caso no se ha podido realizar un análisis contextual efectivo del desarrollo en que transcurren las voces y otros sonidos, debido a que los "drops presentes en las grabaciones producen interrupciones continuas en los actos de habla, lo que dificulta en extremo la detección de cambios repentinos o inconsistencias".
En cualquier caso, los agentes concluyen que una vez analizadas las características monográficas y espectográficas de las grabaciones que se realizaron como test en el laboratorio, "se puede afirmar que existe compatibilidad con las grabaciones objeto de estudio".
La defensa pedía la nulidad de las grabaciones
La defensa del Cuco había solicitado al juez durante la instrucción de la causa por falso testimonio que se pronunciara acerca de la “nulidad como valor probatorio” de las grabaciones. La defensa recurrió el auto que transformó las diligencias previas en un procedimiento abreviado contra el Cuco y su madre porque las grabaciones en las que se fundamenta el inicio de este procedimiento “debían haber sido exigidas por el instructor al inicio, de alguna manera”, para agotar las posibilidades de defensa, puesto que en su opinión se está “invirtiendo la carga de la prueba y tomando como base la presunción de culpabilidad, no de inocencia”.
El juez Carlos Mahón procesó al Cuco y a su madre por un delito de falso testimonio, en relación con la declaración que ambos prestaron en el juicio por el asesinato de Marta del Castillo, al estimar que ambos “urdieron un plan que tenía como única finalidad engañar al tribunal acerca de lo realmente acaecido el día 24 de enero de 2009”, cuando fue asesinada Marta del Castillo.
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