El policía local que acudió al olivar donde apareció el cuerpo ve imposible la existencia de una furgoneta

Juicio por el asesinato de una mujer de Pilas

El procesado admite que cambio la versión inicial "porque el marido me dijo que me iba a cortar la lengua ya quitar de enmedio a mi familia"

"Soy inocente, el que tiene que estar dentro es el marido", declara el acusado de violar y matar a una mujer en Pilas

El acusado de intentar violar y matar a una mujer en Pilas ante el tribunal / Belén Vargas

La declaración del acusado de intentar violar y asesinar a una mujer en Pilas en marzo de 2017 ha arrancado la segunda sesión del juicio con Jurado que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Sevilla. E. R. R., que se encuentra en prisión provisional desde abril de 2017, explicó que su primera versión, cuando salió al camino de Santillán según él en busca de ayuda porque había "tres rumanos en una furgoneta blanca intentando violar a una mujer", fue la que le dijo "el marido de la víctima porque me amenazó con cortarme la lengua y quitar a mi familia de enmedio si hablaba".

En cualquier caso, el agente de la Policía Local que acudió al lugar de los hechos ante las llamadas de los vecinos calificó de "imposible" que una furgoneta hubiera estado en este camino porque el suelo estaba húmedo y no había ningún tipo de marcas. El policía explicó que desde el primer momento intuía que lo que estaba diciendo E. R. R. no era verdad. "En el coche cuando lo llevábamos al consultorio para curarle las heridas cambió la versión del lugar por el que decía que salió del olivar, y cuando llegamos al centro de salud, la doctora dijo que la herida de la cabeza no estaba causada por un objeto contundente como él haía contado".

Los hechos según el acusado

Ahora bien, el procesado explicó que la noche anterior al suceso, estuvo en el ensayo del paso de La Borriquita de Pilas, algo que corroboró su hermano, que también testificó ante el tribunal. Según su relato, sobre las 21:00 salió a dar una vuelta "con un euro" que le había dado su padre. Tras consumir "varias copitas de anís" en un bar y "cinco o seis copa en la discotca El Sitio" conoció a dos chicas y se fue con ellas "a meterse unas rayas". Sobre las 5:00, explica E. R. R. llegó a su casa para volver a salir a las 7:00 "porque no quería que mis padres me vieran morao" camino del Bar Juani, donde volvió a beber cuatro copas de anís "que dejé a fiar". Fue entonces cuando salió a dar una vuelta por el camino del Pechilla.

A pesar de que hay tres mujeres que dicen que fueron abordadas por el acusado, E. R. R. negó este hecho a la fiscal. Es en este punto cuando el relato del acusado comienza a complicarse, aunque durante su testimonio repitió invariablemente lo mismo a preguntas tanto de la fiscal como de la acusación particular. Según su relato, se encontró con el marido de la víctima que iba en el coche con una mujer rumana "que era su querida" a la que no vio bien "porque se puso una capucha". Siguieron hacia delante y, el coche en un momento determinado y supuestamente ya sin la mujer, se detuvo a su lado y el marido de la víctima siempre en la versión del acusado, le hizo entrar en el vehículo con la promesa de ir a "tirar a los conejos". Una vez dentro, sacó "medio de coca" y E. R. R. dice que le obligó a consumir dos rayas de coca.

"Me bajé a orinar y escuché a una mujer pidiendo auxilio"-continuó declarando-"cuando me acerqué había una persona encima de ella golpeándola, que después me di cuenta de que era la rumana. La quité y la empotré contra el olivar de un golpe y salí corriendo a buscar ayuda". E. R. R. dice que fue golpeado con un cable "de los que se usan en las peleas" y que le cortó en un dedo con un cutter aprovechando un descuido. En estos momentos, E. R. R. explica que la víctima estaba sangrando por un corte en el cuello y él le colocó encima el chaleco "para intentar retener la sangre".

A preguntas de la fiscal de por qué esperó seis meses para dar esta versión, cuando en un principio dijo que había ido al camino a coger espárragos, el acusado respondió que estaba amenazado por el marido de la víctima. "Si hablaba me iba a cortar la lengua y a quitar de enmedio a mi familia", comentó. Es más, durante su declaración añadió el dato de que el marido le había ofrecido "500 euros si le pegaba una paliza a la mujer, algo a lo que me negué, por lo que me dijo que me lo iba a hacer pagar con la trampa". E. R. R. reivindicó su inocencia con contundencia: "Soy inocente, el que tiene estrar dentro es él", refiriéndose al marido de la víctima.

El ADN

La defensa preguntó a su representado si conocía lo que era el ADN, algo que negó. Momentos antes la fiscal le había interrogado por la presencia de restos biológicos del acusado en el sujetador y la cara interna de los mulsos de la víctima. "Eso es imposible por la sepultura de mi padre que a esa mujer no la he tocado yo", respondió. Incluso añadió que la víctima le había criado.

Además de los agentes de policía y las personas de Pilas que el acusado encontró en el camino de Santillán en un primer momento, también declaró el hermano del procesado. Durante su testimonio ante el tribunal del Jurado afirmó que en un primer momento, uno de los guardias civiles le comentó que "probablemente haya sido él".

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