Piden 5 años y 6 meses de cárcel por dar una paliza y retener a un joven por un ajuste de cuentas
Audiencia
Uno de los acusados amenazó a los denunciantes para que no declararan y se le imputa un delito contra la organización de la Justicia
Hay situaciones en los que ser testigo o denunciar no está exento de peligro, pero la Justicia tiene los mecanismos necesarios para que las declaraciones se hagan en las mejores condiciones posibles. La sección séptima de la Audiencia Provincial de Sevilla tiene previsto celebrar el próximo 15 de junio un juicio en el que la Fiscalía, además de solicitar 5 años y 6 meses de cárcel a los acusados de detener ilegalmente y pegar una paliza a un hombre, enjuicia a uno de ellos por amenazar a tres testigos antes de comparecer.
De este modo, la Fiscalía imputa a siete de los acusados un delito de detención ilegal, además de uno leve de lesiones para uno de ellos. Al octavo, R. E. D., se le acusa de un delito contra la administración de justicia. El ministerio público solicita 5 años y 6 meses de cárcel por el primero de los delitos, 300 euros por el segundo y dos años de cárcel para R. E. D.
Los hechos ocurrieron en noviembre de 2019 cuando seis de los acusados, según la Fiscalía, "increparon violentamente" a la víctima, A. G. e "introduciéndole por la fuerza en un vehículo" mientras le golpeaban "violentamente, reteniéndole en todo momento contra su voluntad" durante varias horas. Los atacantes le rompieron la camiseta para utilizar los jirones para amordazarle y vendarle los ojos. La novia de la víctima y una amiga, que estaban con él en el momento del ataque, huyeron del lugar "presas del pánico".
Los asaltantes llevaron a A. G. hasta unas cuadras en la barriada de Palmete, donde continuaron golpeándole y haciéndole preguntas "sobre un determinado individuo y sobre una sustancia y un dinero no concretados que no aparecían". Allí, llegaron a maniatarlo de pies y manos con bridas y atarle con cuerdas a un poste. Dos de los acusados quedaron vigilando el lugar, según fuentes del caso, aunque dos o tres horas más tarde, A. G. logró deshacerse de las bridas y huyó caminando, siendo localizado poco más tarde por dos agentes de la policía nacional. Al contarle lo sucedido, detuvieron en la cuadra a dos de los acusados.
Días después, la víctima, su novia y la amiga que los acompañaba recibieron un sobre vacío, en el que se encontraron las huellas de uno de los acusados y varias llamadas telefónicas que "les instaban a que recapacitasen sobre lo acaecido absteniéndose de llevar a cabo actuación alguna al respecto".
En enero de 2020, la víctima y las dos mujeres acudieron a un juzgado de instrucción de Sevilla como testigos de la agresión. En la puerta se encontraron con uno de los acusados R. E. D. y, "amedrentándoles con la evidente intención de que faltasen a la verdad anulando su capacidad de resistencia", les recordó los vínculos familiares que tenían entre ellos para que "no siguieran adelante con la denuncia", ofreciéndoles incluso dinero para que no declararan, según la Fiscalía. Ante esta situación, la amiga "entró en estado de shock, cayendo al suelo y empezando a convulsionar autolesionándose con la cabeza en el suelo".
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