Piden más de 45 años de cárcel a dos acusados de explotar a siete trabajadores moldavos
Trata de seres humanos
Los dos acusados actuaron con el apoyo de otras personas en países del Este
La fiscalía les imputa a cada uno siete delitos de trata de seres humanos y pide seis años y medio de cárcel por cada uno de ellos
La mayoría de las víctimas de trata están sometidas a redes criminales
La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla tiene previsto enjuiciar el próximo 27 de enero a dos acusados de explotar laboralmente a seis ciudadanos moldavos a los que trajeron a España para trabajar en la vendimia en condiciones infrahumanas.
Según la Fiscalía, Costel M., conocido como Chiqui y el ciudadano rumano Ianos B., concertados con terceras personas que operaban desde países del Este, como mínimo desde 2018 se dedicaban a captar personas en Moldavia para traerlos a trabajar a España en tareas agrícolas. Una vez aquí, las condiciones de trabajo pactadas no tenían nada que ver con la realidad.
Los ciudadanos moldavos llegaban con la promesa de un trabajo en el campo en jornadas de ocho horas con un sueldo entre cuatro y cinco euros la hora y con un alojamiento en adecuadas condiciones de habitabilidad, llegando incluso a exhibirles fotografías de una casa. Antes de salir de viaje tuvieron que pagar 130 euros y 15 euros para una revisión médica.
De este modo, consiguieron captar a siete personas que "llevados por la precaria situación económica por la que atravesaban en su país y por la necesidad de conseguir ahorrar dinero, decidieron aceptar la oferta". Cinco de ellos llegaron en enero de 2019, dos de ellos, que eran matrimonio, se unieron en febrero. Ellos junto con otros compatriotas también reclutados por los inculpados, fueron llevados a Pilas, donde pernoctaron dos noches durmiendo hasta 18 personas en un garaje, "hacinados en colchones en el suelo, sin agua caliente ni cocina ni servicio. Posteriormente los trasladaron hasta Valladolid para trabajar en la vendimia, ocupando allí una vivienda en precarias situaciones (igualmente hacinados, durmiendo en colchones en el suelo -que en ocasiones tenían que compartir-, sin luz ni agua caliente)"
Después de la vendimia, regresaron a Pilas. Aunque trabajaban todos los días de la semana, no recibían el jornal al final del día, sino que cobraba Costel M. , que ejercía de manijero de la cuadrilla, "quien en ningún momento tuvo intención de entregarles el salario convenido, dándoles tan sólo en un principio 50 euros para que pudieran subsistir y posteriormente otros 25 euros". Al ver que estas no eran las condiciones pactadas en Moldavia, quisieron volver a su país.Entonces, el acusado les exigió que pagaran el coste del viaje a España y que si se iban "les enterraría".
La Fiscalía pide por cada uno de los siete delitos de trata de seres humanos con fines de explotación laboral seis años y medio de cárcel.
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