La Junta de Andalucía disecciona la Audiencia de Sevilla para prevenir nuevos desprendimientos
Infraestructuras
Dos técnicos de una empresa de Bollullos de la Mitación, con la ayuda de una grúa con un brazo de 26 metros, analizan las placas de las cuatro fachadas en busca de patologías como fisuras o pérdidas de adherencia
En junio se cayó parte de la cornisa situada debajo del balcón principal del edificio, que data de 1971, y desde entonces está vallada la parte de la explanada que pasa bajo ese saliente
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En pleno debate sobre la Ciudad de la Justicia y la resistencia de muchos profesionales a irse a Palmas Altas, buena parte de la faja horizontal que sirve de base al balcón principal de la Audiencia Provincial de Sevilla se vino abajo en junio. No hubo daños personales, pero desde entonces permanece vallada la parte de la plaza de los Letrados que pasa bajo ese saliente y durante muchas semanas se cerró el paso a toda la explanada. La Junta de Andalucía, responsable de las infraestructuras judiciales, tomó nota y encargó un exhaustivo estudio del edificio para evitar nuevos desprendimientos. Por el Palacio de Justicia, que se inauguró en 1971, el trasiego es constante de lunes a viernes por las mañanas, así que más vale prevenir que curar. Y desde finales de octubre hay dos técnicos que están analizando una a una todas las placas que componen las cuatro fachadas de la sede judicial. El objetivo es detectar cualquier patología que sufran: fisuras, pérdidas de adherencia, corrosión...
La empresa contratada por la Delegación Territorial de Justicia en Sevilla para este trabajo, con un presupuesto de 13.652 euros, es Labrum, un laboratorio con sede en Bollullos de la Mitación que reúne a profesionales con un amplia trayectoria en el diagnóstico de daños en todo tipo de construcciones. Los dos que están al frente de la disección de la Audiencia son Juan López, analista y técnico de ensayos especiales con tres décadas de experiencia, y José Manuel García, un arquitecto técnico que también es especialista en estudios de patología y rehabilitación.
“Estamos haciendo un despiece de toda la fachada. Vamos a numerar las placas y después marcaremos las que tengan alguna patología”, explica López, que generalmente (no siempre) se queda en tierra mientras su compañero se sube a la grúa. Desde abajo, el analista realiza el levantamiento, es decir, un plano del edificio en papel a partir de la fotogrametría previa o conjunto de fotos que permiten definir con precisión la forma, las dimensiones y la posición en el espacio del inmueble diseñado por Germán Álvarez de Sotomayor.
La inspección es tan minuciosa que las placas que revisten la fachada se examinan una a una. “La mayoría están fijadas con tirafondos”, señala el analista. Es decir, tornillos que refuerzan la adherencia de la losa a su soporte. En algunas, en efecto, se advierten pequeñas hendiduras fruto de colocar esos elementos de fijación. “Esa obra debió de ser posterior a la construcción del edificio”, dice López.
El estudio no se reducirá al análisis visual de las placas. También realizarán perforaciones para chequear los anclajes de las placas que noten más frágiles y a eso se sumará una cata para comprobar si la estructura del edificio es metálica. En un primer examen ya han certificado que hay corrosión en el material que sustenta el balcón principal, la zona desde la que cayeron los cascotes en junio.
En todo este trabajo, que calculan que durará unas dos semanas, López y García cuentan con la ayuda de una grúa con un brazo cuyo alcance máximo es de 26 metros. Como las últimas plantas de Audiencia están a una altura superior, esa parte de la tarea correrá a cargo de alpinistas especializados en trabajos verticales.
De momento, los técnicos acabaron de revisar este lunes la fachada principal del Palacio de Justicia y el martes comenzaron con la que da a la avenida de Carlos V. Después será el turno de la parte trasera (orientada a la estación de autobuses) y, por último, de la que cae a sólo unos metros del otro edificio del Prado. Los empleados de Labrum afirman que la grúa cabrá en los pocos metros que separan ambas sedes.
Experiencia previa en el Salvador, las Setas...
Labrum, Diagnosis y Asesoramiento Especializado, se creó en 2015 y tiene su central en el polígono PIBO. Pese a tener sólo ocho años de vida, cuenta con profesionales que han participado en importantes obras de la ciudad. Por ejemplo, cuando se restauró la Iglesia del Salvador, estudiaron la cimentación y estructura y controlaron las deformaciones de muros y bóvedas. En las Setas de la Encarnación se encargaron de los ensayos de pruebas de carga y del control de deformaciones. Y fuera de Sevilla, en Granada, colaboraron en el reconocimiento global y la localización de daños en el Palacio de Bibataubín, sede del Consejo Consultivo de Andalucía. El trabajo en la Audiencia, adjudicado como contrato menor por la Delegación de Justicia en Sevilla, tendrá una duración total de 42 días.
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