La Guardia Civil descarta el atropello mortal de una joven de 19 años por su novio
Investigación judicial
El Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (ERAT) avala la hipótesis del presunto suicidio
El Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico de la Guardia Civil (ERAT) ha concluido que la muerte de una joven de 19 años en la madrugada del 7 de septiembre de 2019 al arrojarse del coche en marcha que conducía su novio en la autovía A-4 en Carmona "no es compatible" con un atropello mortal, lo que contradice a su vez la conclusiones a las que llegaron dos peritos judiciales y una psicóloga que certificaron que lo ocurrido pudo ser un asesinato machista cometido por su novio, que presuntamente la habría atropellado y aprisionado contra la valla metálica de la autovía.
Este informe de la Guardia Civil se ha producido después de que el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Carmona ordenase la realización de este informe para que, una vez analizado el atestado inicial y las diligencias policiales y judiciales practicadas, determinasen si era factible la hipótesis del atropello mortal.
Los expertos de la Guardia Civil, que han intervenido en otros casos importantes como el accidente en el que se vio involucrado Ortega Cano, han descartado que lo ocurrido fuese un atropello. Para ello, han tenido en cuenta "los datos de campo obtenidos directamente en el lugar del suceso, en el vehículo implicado, así como los documentos utilizados en la elaboración del informe", precisan los investigadores del ERAT, que han analizado las lesiones que presentaba el cuerpo de la joven y los daños del vehículo al impactar contra la valla metálica de protección de la carretera.
De esta forma, los expertos sostienen que la puerta trasera derecha del vehículo -la joven viajaba sentada en la parte de atrás- se encontraba abierta en el instante de producirse los arañazos y la transferencia de pintura sobre la barrera metálica del margen derecho, y añaden que el conductor realizó "sendas maniobras de frenada y giro a la izquierda de forma cuasi simultánea" cuando circulaba, según el informe, a una velocidad de 117 kilómetros por hora.
"Todos los desperfectos del turismo en su zona frontal, vértice anterior derecho, lateral derecho con sus dos grupos de daños a diferentes alturas, vértice posterior derecho y zona posterior se corresponden con la interacción de la barrera metálica de protección del margen izquierdo de la calzada en sentido de referencia", asevera el informe, que agrega que "la producción de dichos daños evidencian que el vehículo tiene una rotación antihoraria antes de retornar a la calzada para alcanzar su posición final".
El abogado del novio de la joven, Alejandro Gómez Luna, pidió hace unos meses que se confirmara el archivo inicial de la causa y se opuso a la inhibición a favor del juzgado de Violencia de Género. El caso había sido archivado por el juzgado a la vista del primer atestado de la Guardia Civil de Tráfico y el informe del forense que hizo la autopsia, aunque fue reabierto por la Audiencia provincial para practicar un reconocimiento pericial del vehículo, visionar las grabaciones de las cámaras de tráfico en esa autovía y que el puesto de la Guardia Civil de Los Alcores aportase un croquis o ampliación del atestado sobre el accidente.
El letrado afirmó en su día que las "innumerables pruebas objetivas avalan sin género de dudas" la tesis del suicidio, frente a los "claros errores" de los peritajes particulares. El archivo se basó en "informes imparciales, policiales y médicos que han valorado el juzgado y la Fiscalía” pero que "los padres no quieren ver".
Por su parte, el joven de 25 años acusado de atropellar mortalmente a su novia -que según la Guardia Civil y el juzgado se suicidó al tirarse de un coche en marcha- observó desconcertado el intento de los padres por imputarle un delito de homicidio: “No entiendo esta crueldad porque saben que es mentira y sólo buscan un culpable”, afirmó.
El accidente ocurrió a las 3 de la madrugada del 7 de septiembre de 2019 en la autovía A-4 a la altura de Carmona, cuando la víctima murió por traumatismos múltiples, fractura de ambos fémures y rotura del bazo supuestamente al abrir la puerta y arrojarse del coche en marcha que conducía su novio a una velocidad de unos 100 kilómetros/hora.
En julio pasado, la juez instructora encargó a la Guardia Civil y al Instituto de Medicina Legal dos nuevos informes sobre la hipótesis de que el presunto suicidio pudiese ser un atropello intencionado cometido por su novio, que conducía el vehículo. La magistrada así lo decidió a petición de la Fiscalía, después de que la acusación particular que ejercen los padres de la fallecida haya presentado dos nuevos peritajes que desmienten el suicidio y apuntan a un atropello intencionado presuntamente cometido por el novio de la joven.
Con el nuevo informe del ERAT, la juez debe decidir ahora sobre si archiva de nuevo el caso.
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