La Fiscalía insiste en la legítima defensa en el juicio del supuesto ladrón de marihuana muerto tras un disparo
Juicio con Jurado
La acusación particular elimina la acusación de encubrimiento para uno de los procesados y la de tenencia ilícita de armas para el autor del disparo
Los familiares del fallecido que declararon insistieron durante su testimonio que el joven les dijo que había ido a coger aceitunas y se había caído de un árbol
La última sesión del juicio del Tribunal del Jurado sobre el joven fallecido tras recibir un disparo en un supuesto asalto a una parcela a la que había acudido con otros dos "atraídos por un fuerte olor a marihuana" ha arrancado con la decisión de la acusación particular de eliminar la imputación del delito de encubrimiento al procesado A.M. G. y de tenencia ilícita de armas a J. L. F. G.
En la sesión final, cada una de las partes presentó sus informes ante el Jurado. Lo que parece estar claro, según la fiscal, que comenzó su intervención de pie y delante de la bancada del jurado, es que la excusa inicial de que los tres supuestos asaltantes -el fallecido y los acusados A. F. L. y J. S. C.- habían salido a robar aceitunas, "se va cayendo" a medida que se ha desarrollado el jucio. La fiscal insistió en la importancia de que el jurado haya podido ver la reproducción de la reconstrucción de los hechos puesto que es muy "clarificador". Y es que, los supuestos asaltantes, "atraídos por el olor a la marihuana tuvieron que atravesar una parcela, una finca con malla de alambre, y después toparse con un muro de 2,60 para acceder a la parcela donde sucedieron los hechos".
Cuestión de segundos
Es entonces, según la fiscal, cuando cogen una escalera del vecino para ponerla del lado de la parcela de A. M. G y poder bajar. Según el relato de este procesado ante el tribunal del Jurado, al escuchar el ruido metálico de la escalera es cuando salió al muro, vio la escalera, la retiró, y "desde encima del muro, el fallecido le estaba encañonando con una escopeta y diciéndole que se tirara al suelo". Ante los gritos de las dos parejas de los acusados que estaban en la parcela, se despertó J. F. G.L. y salió al porche, "donde vio a su amigo en el suelo, "cogió la escopeta que estaba detrás de la puerta y disparó".
Para el Ministerio Público hay "indicio claro de perpetración de un delito de robo con fuerza en casa habitada en grado de tentativa". Además, añadió que el testimonio de los que estaban en la parcela "nunca ha variado". Asimismo insinuó que uno de los acusados del robo, A. F. L. sí conocía al propietarios de la parcela, A. M. G. puesto que su padre era vecino de esa zona de Utrera. "No le era ajena la parcela ni la existencia o no de marihuana". En cuanto a si hubo o no una segunda escopeta, la fiscal afirmó que hay pruebas de la reunión de A. F. L. y su pareja con el peluquero de J. L. F. G., autor del disparo, para intentar recuperar la escopeta que se cayó de las manos a las víctimas tras ser herido.
Destaca la fiscal, igual que la acusación particular, la anormalidad de que ninguna de las partes acudiera a la Policía tras lo sucedido. Para el Ministerio Público, A. M. G. y J. L. F. G. no acuden a las autoridades "por miedo", "elos no tienen antecedentes penales" mientras que A. F. L. y J. S.C. "no quisieron proporcionar datos en ningún momento, y cuando lo hace A. F. L. lleva al día siguiente a la Guardia Civil a otro escenario diferente". La acusación particular calificó de "inverosímil" que nadie acudiera a la policía.
Por otro lado, la defensa de J. L. F. G., autor del disparo mortal, hizo un vehemente relato de los hechos en los que conminó al jurado a ponerse en la piel de un joven que ve en un momento a alguien encañonando a su amigo desde un muro después de haber escuchado un disparo. "Ante la situación, en cuestión de segundos, coge la escopetilla de plomillos y dispara en dirección del muro".
El abogado recordó además que se trata de una escopetilla de plomillos frente a una escopeta repetidora con cartuchos del calibre 12, según los restos encontrados en la parcela vecina. Según el letrado se dan las circunstancias necesarias para la legítima defensa que señala el Código Penal.
"Asunto turbio"
Según la acusación particular, se trata de un "asunto turbio de determinadas parcelas de la sociedad que siempre tratan sus cosas al margen de la ley". Es más, añadió que si no hubiera habido un fallecido "seguramente no habría pasado nada". Incluso explicó que, ante la tesis de la defensa de J. L. F. G. y de la fiscal, de que disparó al ver a su amigo en el suelo, "si lo hizo creyendo que su amigo estaba herido, entonces no es legítima defensa, sino venganza". De este modo, solicitó al Jurado que la muerte del joven "no quedara impune".
El abogado de J. S. C., que solicitó la absolución de su representado del delito de robo con violencia en casa habitada, terminó su informe con un "que Dios reparta suerte". Según el letrado, J. S. C. "ha sido el más consecuente de todos los acusados puesto que ha manifestado lo mismo desde el principio".
La defensa de A. F. L. señaló que "no había intención de entrar en casa habitada" puesto que se queda atrás en el momento de asomarse al muro de la parcela de A. M. G.
Por otro lado, el representante de A. M.G. modificó sus conclusiones iniciales reconociendo a su defendido como responsable de tenencia ilícita de armas pidiendo la absolución, o subsidiarimente, la pena mínima recogida al respecto.
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