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La Fiscalía sostiene que la pelea de la Calle Arfe no fue el detonante de los incidentes de la Madrugada de 2017

Incidentes en la Madrugada de 2017

El Ministerio Público ha pedido penas de entre 2,5 y tres años de cárcel para los diez acusados imputados en las dos piezas separadas en las que se dividió la investigación

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Una imagen de los incidentes de la Madrugada de 2017. / Juan Carlos Vázquez.

La pelea de la calle Arfe que se produjo en la Madrugada del año 2017 no fue el detonante de los incidentes que desembocaron en carreras y disturbios en los que hubo centenares de heridos. y murió de un infarto un nazareno de la hermandad del Gran Poder tras completar el recorrido. Esta es la conclusión a la que llega el fiscal de la Audiencia de Sevilla Federico Buero, que ha presentado cargos contra los diez investigados en las dos piezas separadas en las que se dividió la investigación que ha dirigido el juzgado de Instrucción número 5 de Sevilla.

En estos escritos de calificación provisional, el fiscal ha pedido penas de hasta 2,5 años de prisión para un primer grupo de siete acusados y otros tres años de cárcel para otros tres imputados. El fiscal del caso considera que no ha quedado "suficientemente acreditado que todos los tumultos y carreras de gente incontrolada tuviera como origen necesario el incidente ocurrido en el bar de la calle Arfe", donde se produjo un adisputa sobre las 04:10 de la madrugada del 14 de abril de 2017 entre un grupo de jóvenes a causa de una "incidencia menor" con una de las chicas de dicho grupo-.

Así, señala que hay otros testimonios de hechos ocurridos a una "hora similar en otros puntos distantes de la ciudad" y no se ha acreditado igualmente que "las oleadas de gente fueran inmediatamente consecutivas unas a otras en los diversos lugares señalados, sino que tuvieron cesuras e interrupciones restableciéndose la calma en lapsos de tiempo diversos".

Para el Ministerio Público, tampoco hay constancia de que los jóvenes que participaran en esa pelea "tuvieran intención alguna directa o indirecta de alterar el orden de la cofradía del Gran Poder o provocar huidas del lugar de forma descontrolada que pudieran afectar a la integridad física de personas o bienes", por lo que el fiscal no los ha acusado.

En cambio, el fiscal ha pedido una condena de tres años de cárcel para tres investigados -Mariano S. A., Emilio M. C. y Miguel Ángel G. V.- a los que acusa de provocar otros incidentes que tuvieron lugar sobre las 04:20 o 4:30 de esa misma madrugada del 14 de abril. Los tres acusados, según la acusación pública, se pusieron previamente de acuerdo para, cuando transitaban por la calle Alfonso XII, "golpear con cuatro palos metálicos elementos del mobiliario urbano, bolardos, con una actitud claramente provocadora y desafiante de tal forma que produjeron un considerable miedo entre las personas que circulaban por la calle y que se tenían que apartar inmediatamente de su camino, ya que al mismo tiempo proferían gritos y jaleaban a la gente, no estando en este momento concretado el contenido de las expresiones proferidas".

Gritos de "Gora ETA" y amenazas de poner una bomba

Los tres acusados continuaron la marcha hasta llegar al cruce con la calle Marqués de Paradas, llamando un ciudadano al servicio de emergencias 112 para informar de lo que estaba ocurriendo. De forma simultánea otro grupo de afectados alertaron a la Policía Local, de tal forma que se dirigieron rápidamente hacia la calle Marqués de Paradas, donde observaron a los tres sospechosos "portando los palos mencionados y en alto, haciendo círculos, corriendo hacia la cercana calle de Julio Césa, a las que gritaban 'correr hijos de puta que vamos a poner una bomba, gora ETA'", por lo que muchas personas se marcharon corriendo por la calle de Canalejas.

Incidente en la Magdalena

Estos gritos, asegura el fiscal, no tenían otra intención que la de "provocar el miedo y la indignación del público, sin ánimo de exaltar la actuación de la banda terrorista", y no consta de que a causa de estos hechos resultara herida ninguna persona ni tampoco que se provocaran daños en el mobiliario urbano.

"Tampoco consta acreditado que los acusados tuvieran intención de alterar la estación de penitencia de las hermandades o de impedir que cualquier miembro de éstas dejaren su lugar asignado en la procesión o en todo caso hacer mofa o escarnio de los misterios religiosos cristianos que se conmemoran o alterar el sentido penitencial o el orden de la procesiones", sostiene para descartar un delito contra los sentimientos religiosos.

Por último, la Fiscalía concluye que no hay pruebas de que los acusados "estuvieran en connivencia para la realización de los hechos descritos con los otros inculpados por sucesos ocurridos en la misma madrugada y que han sido inculpados en la pieza separada incoada al efecto".

Se refiere así a la otra investigación en la que hay siete personas acusadas, a las que el fiscal ha pedido 2,5 años de cárcel por otro delito de desórdenes públicos en el caso de cinco de ellas, mientras que para los otros dos pide un año de prisión.

Con respecto a los cinco primeros acusados -identificados como José S. M., Jonathan G. M., Julián. S. M., Francisco S. M. y José G. M-, el fiscal les atribuye su participación en un primer hecho que tuvo lugar sobre las 05:00 horas cuando, "previamente puestos de acuerdo y con el fin de causar alteración del orden e infundir miedo a las personas", aprovechando los incidentes que se habían producido por la pelea en el bar de la calle Arfe, accedieron a la confluencia de la calles Chapineros y Álvarez Quintero, cuando se acerca la banda de música de la Esperanza-Macarena, comenzaron a "vociferar, provocar ruidos y dar golpes al mobiliario urbano, lo que causó una situación de miedo entre los componentes de la banda, que interrumpen bruscamente la marcha que estaban interpretando y se tienen que acercar a las fachadas de los inmuebles de la calle Chapineros y provocando carreras del público que se hallaba en el lugar para alejarse del mismo incluso en la misma dirección que venía el cuerpo de nazarenos".

El fiscal precisa que estas dos calles son "puntos neurálgicos" en la Semana Santa porque transitan un gran número de cofradías y son calles estrechas que se encuentran colápsalas de público y en las que es necesario en ocasiones la presencia policial para controlar el paso de personas.

Gritos de "Alá es grande"

En cuanto al segundo altercado que el fiscal atribuye a los cinco acusados tuvo lugar sobre las 06:05 horas en la confluencia de las calles Argote de Molina y Álvarez Quintero, cuando estaba a punto de pasar la cofradía de la Esperanza Macarena en su recorrido de regreso, después de haber salido de la Catedral por la Puerta de los Palos. Allí, los acusados, con la misma intención que antes, comenzaron a proferir expresiones y gritos de "Alá es grande" y "Allahu akbar", o algo similar, al tiempo que se agachaban entre la gente y comenzaron una corta carrera en la misma dirección de la cofradía.

Estos gritos provocaron primero confusión entre el público y a continuación "el pánico", por lo que la gente "huyó desordenadamente del lugar corriendo en dirección a la calle Rodríguez Zapata y Hernando Colón, convirtiéndose en una avalancha de gente atemorizada que coincide con la llegada a dicho lugar de los agentes de la Policía Local, que procuraron en la medida de lo posible calmar a la multitud". Estos hechos afectaron a los nazarenos de uno de los tramos de la cofradía, interrumpiéndose su paso durante un corto espacio de tiempo.

De otro lado, la Fiscalía también acusa a otras dos personas, Adrián P. V. y Sergio M. G., a los que pide un año de cárcel, en relación con los hechos que tuvieron lugar sobre las 06:00 horas en la Plaza del Salvador, por donde estaba pasando en ese momento el Cristo de la Hermandad de la Macarena. Según el fiscal, estos dos acusados, "puestos previamente de acuerdo y con el ánimo de alterar la paz pública y en concreto de causar miedo entre los espectadores de la procesión, de improviso comenzaron sin causa alguna a correr, al tiempo que proferían gritos, invadiendo la zona por donde transitaban los nazarenos y provocando el pánico entre la gente".

Algunas personas huyeron descontroladamente de la Plaza del Salvador y se produjeron "caídas y avalanchas subsiguientes", siendo interceptado uno de ellos por uno de los nazarenos del tramo que pasaba en ese momento para "recriminarles su comportamiento", pero consiguió zafarse diciendo en voz alta "no veas cómo se asusta a la gente". Estos dos individuos fueron retenidos por los costaleros de la hermandad hasta la llegada de la Policía Nacional, que procedió a su detención.

La "cierta fragilidad" de la seguridad de Semana Santa y los atentados terroristas

El fiscal Federico Buero señala en su escrito de conclusiones provisionales que durante la celebración de la Semana Santa se ha detectado la "existencia de cierta fragilidad por sí misma de la Semana Mayor en lo relativo a sus condiciones de seguridad por posibles alteraciones del orden público en general y de determinados comportamientos irrespetuosos de personas ajenas al sentido religioso de la celebración".

El representante del Ministerio Público recuerda que desde hace años dadas las características propias del procesional de las hermandades y la gran afluencia de público se colocaron vallas en determinados lugares "especialmente sensibles" para facilitar el tránsito de las cofradías.

Señala asimismo que hubo incidentes en otras Madrugadas recientes de los años 2005, 2009 y 2015, y en el caso del 2017, el público en general estaba "sensibilizado previamente debido a los atentados terroristas ocurridos en Niza, Berlín, Estocolmo y Londres, y en la tarde noche del Martes Santo los hechos ocurridos en Málaga", y también el que ocurrió cuando una persona, sobre las 03:30 horas iba profiriendo en la calle Reyes Católicos de Sevilla gritos de "Alá es grande" delante del público que estaba esperando el paso de la hermandad de la Esperanza de Triana. Este individuo fue requerido por agentes de la Policía Nacional para que cesara en su actitud "ante el miedo que estaba provocando entre el público y al no hacer caso a los agentes, éstos procedieron a su detención".

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