Estafas con Bitcoins: El nuevo "Fórum Filatético"

Ciberdelincuencia

La Fiscalía advierte del incremento de los delitos relacionados con inversiones en criptomonedas, coincidiendo con el confinamiento

Muchas denuncias se archivan por “falta de autor conocido”

La Policía aconseja, en caso de hacer operaciones, que no se hagan con tarjeta sino mediante transferencias bancarias, que dejan una cuenta y un rastro que seguir.

Estafas con Bitcoins: El nuevo "Fórum Filatético"
Estafas con Bitcoins: El nuevo "Fórum Filatético" / Rosell

El viejo refrán de que nadie da duros a pesetas, o ahora euros a céntimos, está más vivo que nunca en la era de las nuevas tecnologías y de internet, donde están proliferando los ciberdelitos, muchos de ellos estafas relacionadas con las criptomonedas o monedas virtuales, los bitcoins.

El fiscal delegado de criminalidad informática en Sevilla, Gabriel González, explica las dificultades que entrañan este tipo de estafas, que requieren que se hagan órdenes europeas de investigación o comisiones rogatorias. Las estafas con los bitcoins o criptomonedas son “el nuevo Fórum Filatélico”, se trata de monedas que fluctúan mucho y no están sometidas a regulación por ningún Estado, pero en realidad no deja de ser una “estafa piramidal”, señala.

Un funcionario del grupo de Delincuencia Económica de la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Occidental señala a este periódico que este tipo de estafas se producen también con otros productos, no sólo los bitcoins, sino también el oro y las divisas, pero en el fondo es “todo lo mismo”. Hay un call center que contacta con las posibles víctimas para ofrecerles “un gran negocio” y a partir de ahí estos operadores los ponen en contacto con unos supuestos brokers financieros. El policía cuenta que en una operación realizada en Andalucía el call center estaba ubicado en Málaga y los brokers en Malta.

La dificultad de la investigación radica en que los estafadores operan desde lugares del Este de Europa como Georgia, Lituania, Albania o Ucrania, aunque también hay en Sevilla una investigación abierta por una empresa que opera desde Londres.

Comienzan requiriendo a la víctima una pequeña inversión inicial, que puede ser de 100, 200 o 400 euros, y cuando se ganan su confianza, llegan a prometer en algunos casos obtener beneficios de hasta 50.000 euros con una inversión de 5.000 u 8.000 euros.

Para perfeccionar el engaño, disponen de páginas web con simulaciones con el incremento de los beneficios según la inversión que se realicen, y llegan a los usuarios a través de anuncios en internet y en las redes sociales, llegando a utilizar a personajes conocidos como reclamos, como es el caso del cocinero Karlos Arguiñano. “Te contamos cómo se hizo rico….” o “Karlos Arguiñano comparte su experiencia de cómo gana dinero”, son algunas de las frases que aparecen en los anuncios para captar a las víctimas.

La imagen de Arguiñano es utilizada para uno de los anuncios de bitcoins.
La imagen de Arguiñano es utilizada para uno de los anuncios de bitcoins. / M. g.

El fiscal Gabriel González advierte de que son muy “insistentes” en la venta del producto, en este caso la inversión en criptomonedas, y cuando se ha picado en el anuncio y se han enviado el número de teléfono, realizan continuas llamadas, a cualquier hora del día, hasta que logran que la persona haga esa pequeña inversión inicial. Hay un auténtico “acoso y derribo” de la víctima, a la que atacan además con la “filosofía de la oferta”, le dicen que es como un Black Friday que la oferta de la inversión “se acaba si no hace la inversión rápido”.

Pero en algunos casos, cuando la víctima se resiste, le ofrecen la posibilidad de instalarle un “acceso remoto” en su ordenador, con la supuesta finalidad de instalarle un monedero virtual para la compra de las criptomonedas. Pero ahí es cuando la víctima está perdida porque, como indica Gabriel González, “una vez que les das acceso pueden hacer lo que quieran” con tus datos y tus cuentas bancarias, porque de esa forma logran hacerse con permisos de “administrador” del sistema informático y actúan sin que el usuario se dé cuenta, sus acciones son “completamente invisibles”.

Los ciberdelitos han crecido de forma exponencial en los últimos años y también durante la pandemia del coronavirus. En la actualidad los delitos informáticos están en un volumen similar a los relacionados con el tráfico de drogas, destaca Gabriel González. El confinamiento y las restricciones impuestas a la movilidad para frenar el avance del virus han hecho que muchos usuarios pasen más tiempo navegando por internet, con lo que se han disparado este tipo de estafas.

De hecho, la Sección de Criminalidad Informática de la Fiscalía de Sevilla tiene actualmente abiertas diez investigaciones por estafas con criptomonedas cometidas a nivel internacional y que tienen sus bases de operaciones en países del Este, como Albania, Ucrania o Polonia, precisa el fiscal, que advierte, no obstante, de que el volumen de estos delitos es mucho mayor, porque la mayoría de estas denuncias se archivan “por falta de autor conocido”.

El investigador del grupo de Delincuencia Económica de la Policía coincide con el fiscal en que han aumentado este tipo de estafas. Se trata de asuntos complejos de investigar, en los que en “porcentaje altísimo no se obtienen resultados” y en los que es difícil poder recuperar el dinero, puesto que en muchas ocasiones tienen como destino cuentas de bancos ubicados en “paraísos fiscales”.

El archivo de las denuncias es otro de los problemas que se encuentra la Fiscalía, porque la mayoría de estos delitos no llegan a ser investigados en el juzgado, debido a que una reciente reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal acordó el archivo inmediato de aquellos delitos en los que se desconoce el autor, con lo que estas denuncias no son finalmente enviadas por la Policía o la Guardia Civil a los juzgados, aunque se traten de delitos considerados menos graves, pero con unas cuantías importantes para los afectados.

Otra dificultad añadida está en que el paso del tiempo juega en contra de estas investigaciones. Cuanto más tiempo transcurre desde que se comete la estafa, más oportunidades tienen los estafadores para cerrar las cuentas en el extranjero y hacer más difícil su localización. Ante ello, desde la Fiscalía lo primero que intenta es “retener las cuentas y recuperar el mayor dinero posible, es lo que se busca principalmente más que localizar a los estafadores”, que suelen cubrir sus rastros y diluirlos hasta que hacen imposible su identificación.

Gabriel González, fiscal delegado de Criminalidad Informática en Sevilla: "Lo primero que hacemos es retener las cuentas y tratar de recuperar el dinero”
El fiscal delegado de Criminalidad Informática de Sevilla, Gabriel González, en su despacho.
El fiscal delegado de Criminalidad Informática de Sevilla, Gabriel González, en su despacho. / M. g.

Siguiendo el rastro del dinero y de las cuentas, se ha logrado recuperar algo de dinero, en torno a los 100.000 euros, en una estafa internacional que rondaba los tres millones de euros y que estaba relacionada con la compra de vehículos y la suplantación de identidad, indica el fiscal.

Una asociación de afectados por las estafas con bitcoins

Las víctimas de las estafas con bitcoins han creado incluso una asociación a nivel nacional, que estima que en España hay, al menos, 2.000 denuncias presentadas en diferentes juzgados de Madrid, Barcelona y Zaragoza, e incluso hasta hay un procedimiento abreviado que se ha investigado en la Audiencia Nacional.

Uno de los miembros de esta asociación de afectados, que ha pedido no ser identificado en este reportaje, explica que estos estafadores están operando en más de 30 países y disponen de más de 200 web fraudulentas, y añade que la cuantía del engaño es “terrorífica”; son millones de euros defraudados. Operan desde Kiev, la capital de Ucrania, desde el año 2009 y en primero lugar se centraron en los países nórdicos, con mayor capacidad económica, pero actualmente tienen “sucursales en todo el planeta”.

Según esta víctima, que finalmente logró recuperar el dinero invertido, los ciberdelincuentes están perfectamente identificados, pero las víctimas se encuentran con tres problemas: “los propios estafadores, los bancos que permiten las operaciones y los jueces que no quieren seguir adelante con estas denuncias”.

Esta víctima lamenta que, al final, sólo entre un 5 y un 10% de las personas engañadas acaba denunciando los hechos. El resto no lo hace por vergüenza.

Consultar en la CNMV

Para evitar caer en este tipo de redes de estafadores, el funcionario de grupo de Delincuencia Económica de la Policía ofrece varias recomendaciones. La primera consiste en “cerciorarse” de que la empresa a la que van a confiar la inversión es “solvente” y para ello, señala, basta con consultar en la web de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a los brokers con los que quieren invertir.

El funcionario indica que la CNMV suele poner una serie de “alertas” sobre empresas que están actuando y que “no están autorizadas para operar en España”, es una “mínima comprobación” que puede ayudar a no caer en la estafa.

En segundo lugar, el investigador policial aconseja que no se hagan inversiones utilizando tarjetas de crédito en lugar de una “transferencia bancaria”, porque con este segundo método se deja un rastro que seguir: la transferencia va a un número de cuenta bancaria y así se puede averiguar si ese número de cuenta pertenecer a un banco ubicado en un paraíso fiscal, lo que sería un indicador de la operación “puede ser fraudulenta”.

Las estafas relacionadas con el gigante informático Microsoft

Para no caer en este tipo de estafas, el fiscal Gabriel González recomienda desconfiar de los anuncios que ofrecen rápidas y cuantiosas ganancias, de los que ofrecen “un dineral por nada” y menos si proceden de páginas web que no son fiables. Muchos de estos anuncios aparecen en páginas de descargas de películas o música, aunque también son frecuentes en las redes sociales como Facebook o Instagram. Un segundo consejo que ofrece el fiscal es que la gente aplique el “sentido común” y en este caso recomienda buscar “una segunda opinión, como en el médico” antes de hacer una inversión de este tipo.

En muchas de estas estafas, los ciberdelincuentes buscan pequeñas cantidades de los usuarios, dado que por debajo de los 400 euros se consideran como mucho un delito leve y muchas víctimas ni siquiera llegan a denunciar. Es lo que ocurre con las estafas relacionadas con el gigante informático Microsoft.

Dice el fiscal que los estafadores, de forma aleatoria marcan un número de teléfono y se presentan como trabajadores de Microsoft, para a continuación indicarles que se ha detectado “una brecha de seguridad” en su equipo informático y le han robado, por ejemplo, todas sus claves.

A continuación, le piden cierta cantidad de dinero, pequeña, que oscila entre los 200 o 300 euros para solucionar el problema de seguridad y, en caso de que la víctima no se fíe, le piden que le permitan el “acceso remoto” a su ordenador para arreglar el problema, con lo que al final están accediendo igualmente al equipo informático y a todas sus claves.

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