Condenada a casi siete años de cárcel una madre que obligó a su hija a prostituirse en Sevilla

Audiencia de Sevilla

La joven, que tenía 17 años, se anunciaba con su progenitora en una web de citas

Un vecino de la familia, que era cliente habitual de la víctima, cumplirá dos años de cárcel por un delito de prostitución

Durante el juicio, la madre aseguró que fue una iniciativa de su hija

La sede de la Audiencia de Sevilla.
La sede de la Audiencia de Sevilla. / M. G.

La Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla ha condenado a un total de seis años, siete meses y 16 días de prisión a una mujer que prostituyó a su hija cuando la joven tenía 17 años. También ha sido condenado José Antonio T. L., vecino de la familia, que se convirtió en cliente exclusivo de la muchacha y con quien ella estuvo conviviendo durante casi tres años, hasta que lo denunció por maltrato y volvió a la casa familiar.

La sentencia, facilitada por la oficina de comunicación del TSJA, condena a la madre, Nuria M. H. a 6 años y 1 día de prisión y una multa de 4.500 euros por un delito de prostitución. Además no podrá acercarse a su hija ni comunicarse con ella durante cinco años. La madre, que dio una paliza a la joven cuando ella le dijo que no iba a seguir prostituyéndose, según recoge la sentencia, ha sido condenada a siete meses y 15 días de cárcel por maltrato en el ámbito familiar. También tendrá que cumplir cinco años de libertad vigilada.

Por otro lado, el también acusado José Antonio T. L. deberá cumplir dos años de cárcel comoautor de un delito de prostitución, además de un año de libertad vigilada. Ambos deberán indemnizar a la joven con 5.000 euros.

Durante el juicio, la madre declaró que vivía de okupa con sus cuatro hijos en un piso de la zona de la Carretera de Carmona, en Sevilla, y aseguró desconocer que su hija se prostituía. Sin embargo, en la sentencia se recoge que, tras una investigación policial, se constantó que ambas se anunciaban en una web de citas como compañeras de piso, amigas e incluso madre e hija para mantener relaciones sexuales a cambio de dinero. Según el tribunal, ambas eran adictas y en la casa no existían ingresos, por lo que la madre "valiéndose de su condición de progenitora impuso a su hija como obligación" que se prostituyera como ella. Todo ello cuando la joven aún tenía 17 años, puesto que las citas comenzaron en junio de 2018 y ella no cumplía los 18 años hasta diciembre.

La sentencia recoge que si la hija se negaba a las relaciones, la madre "le amedrentaba diciéndole que hacía falta dinero a la familia" y le increpaba diciéndole: "mala hija, te odio, eres el cáncer de mi vida, te voy a matar".

Pronto, el otro acusado, José Antonio T. L., que era vecino de la familia, contrató los servicios de la joven. El tribunal considera que sabía que ella era menor de edad y que era adicta, iniciando la relación aprovechándose de esas circunstancias. La joven llegó a decir durante la vista oral que el acusado se obsesionó con ella y la tenía "en exclusiva" algo que José Antonio T. L. matizó durante su declaración, en la que no negó que mantuvieron relaciones y que mantenía a la familia "porque le daba pena de la joven".

En cualquier caso, según recoge la sentencia, en octubre de 2018, la madre llamó a su hija para decirle que tenía cita con un cliente y comenzaron a discutir al negarse la muchacha. La disputa siguió cuando ella acudió a casa de su madre. La acusada le dio varios guantazos "agarrándole por el cuello y arrastrándola por la escalera". Fue entonces cuando los vecinos llamaron a la Policía, que ante el estado de la joven, la trasladaron al Hospital Virgen Macarena. Allí, antes de darle el alta, entregó una carta manuscrita en la que afirmaba haberse tomado 11 pastillas y exculpaba a José Antonio T. L., culpando de todo a su madre. La joven se fue a vivir con su padre, volviendo a casa del otro acusado al poco tiempo, donde convivió hasta 2021, cuando volvió con su madre.

Aunque la declaración de la joven en la vista oral estuvo llena de "vaivenes", la Sala considera que del análisis y el estudio del móvil realizado por la Policía se evidencia que la madre "no solo conocía que su hija, cuando contaba con 17 años de edad, se dedicacba a la prostitución, sino que además ésta favorecía y promovía dicha actividad cooparticipando en el ofreciemiento de servicios a clientes". Incluso José Antonio T. L. declaró que madre e hija eran prostitutas y que había contratado los servicios de ambas.

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