Comienza el juicio contra los dos acusados de torturar hasta la muerte al dueño de una joyería de Carmona

Jurado Popular

Los acusados propinaron una brutal paliza a la víctima para intentar conseguir la combinación de la caja fuerte

Hay un tercer investigado que se encuentra en paradero desconocido

Guardias civiles, en la puerta de la joyería la noche del crimen. / Juan Carlos Vázquez
R. R.

02 de noviembre 2020 - 05:50

La noche del 6 de agosto de 2018 Carmona se quedó muda. La hija de Francisco Cintado, un joyero muy conocido de la localidad sevillana, encontraba el cadáver de su padre amordazado dentro de la tienda. Tras la constitución del jurado el pasado viernes, este martes 3 de noviembre comienza el juicio contra lo dos acusados de asesinar a este hombre de 60 años. La Fiscalía solicita para cada uno de los investigados un total de 33 años de cárcel. Este crimen causó un gran impacto en Carmonay se convocó una manifestación solicitando más seguridad en la localidad.

El Ministerio Público solicita para cada acusado 25 años de prisión, por un delito de asesinato, y la prohibición de comunicarse o aproximarse durante 35 años a menos de 1.000 metros de la esposa y las dos hijas de la víctima, así como ocho años de cárcel y la prohibición de comunicarse o aproximarse durante 12 años a menos de 1.000 metros de dichas personas por un delito de detención ilegal como medio para cometer un delito de robo con violencia.

Ambos acusados tienen antecedentes por delito de homicidio en Rumanía indemnicen a la familia del fallecido con 330.000 euros como consecuencia del fallecimiento; en la cantidad de 295.372 euros por los objetos sustraídos y no recuperados, y con 5.850 euros por la cantidad de dinero en metálico sustraída y no recuperada.

La Fiscalía relata en su escrito de acusación que, "con la intención de enriquecerse de manera ilícita” y “puestos de común acuerdo tanto en la finalidad como en los medios", los dos acusados, en compañía de un tercer investigado que se encuentra en paradero desconocido, "pusieron en marcha un plan para la sustracción de efectos" en la joyería propiedad de la víctima.

Un plan estudiado

Según indica el Ministerio Público, los acusados, "en la ejecución de su designio criminal, idearon un plan que dividieron en dos partes", la primera de las cuales llevaron a cabo sobre las 8:30 del día 3 de agosto de 2018, cuando uno de los encausados, en compañía del investigado no localizado, se dirigieron a la joyería "con el pretexto de realizar la reparación de un reloj y así ganarse la confianza" del fallecido, "quedando con éste en verse otro día para recoger el encargo y poder entrar así en el establecimiento sin levantar sospechas".

La Fiscalía añade que, "finalmente, y para concluir su designio criminal", los acusados acudieron en un vehículo a la joyería sobre las 18:00 del día 6 de agosto de 2018, de forma que, mientras uno de los enjuiciados se quedó fuera del local realizando labores de vigilancia "para garantizar la comisión del delito y evitar ser descubiertos", los otros dos acusados llegaron a la joyería y llamaron al timbre, abriéndoles la puerta el propietario "al haberlos reconocido por el monitor de la cámara de vigilancia debido al encargo realizado días antes".

Una vez en el interior y "después de provocar" que la víctima, tras sacar el reloj que había reparado, entrara de nuevo en la trastienda, uno de los encausados entró tras el dueño del local y, “sin darle tiempo a salir ni posibilidad alguna de defensa, se abalanzó" sobre él. Seguidamente, y "con ánimo de menoscabar su integridad física", ambos investigados "comenzaron a golpearlo brutalmente dándole golpes y patadas por toda la cara, cuerpo y extremidades", forcejeando ambos con él hasta que consiguieron colocarle las manos atadas a la espalda, atándole también los pies y colocándole cinta americana en la boca.

La víctima, "sin posibilidad de movimiento"

La Fiscalía asegura que, encontrándose el dueño del establecimiento "reducido en el suelo, tendido boca arriba y sin posibilidad de movimiento", uno de los acusados comenzó a registrar la cámara acorazada y sacó varios bandejas de joyas de su interior, todo ello al tiempo que el investigado no localizado "se sentó sobre el pecho"de la víctima mientras éste se encontraba boca arriba, "dificultando así sus posibilidades respiratorias".

En ese momento, el fallecido trató de levantarse y consiguió incorporar medio cuerpo, pero uno de los acusados, "atentando contra la vida" de la víctima, "le propinó un fuerte rodillazo en la cabeza que provocó que cayera inconsciente boca abajo". Así, y mientras la víctima se encontraba inconsciente, los acusados registraron la trastienda y se apoderaron de joyas y otros objetos, así como de 5.850 euros de dinero en efectivo que introdujeron en una bolsa de basura, apoderándose también de uno de los monitores de televigilancia "con la finalidad de evitar ser identificados".

La Fiscalía relata en su escrito de acusación que, "perpetuados ya en el ánimo de atentar contra la vida" del dueño de la joyería y "a pesar de la posición en la que seguía postrado, inconsciente y con signos de poder encontrarse inerte", los acusados salieron del local con los efectos sustraídos y abandonaron allí al fallecido, quien "no presentaba ningún signo o posibilidad de recuperación debido a los golpes y posición en la que le habían postrado (...)", huyendo del lugar en el vehículo donde les esperaba el tercero de los encausados.

El propietario del establecimiento falleció finalmente sobre las 21:00 de ese mismo día por "la brutalidad de los golpes" recibidos en cabeza, cara, extremidades y tronco por parte de los acusados, dos de los cuales estuvieron huidos hasta que fueron detenidos en Rumanía el 31 de enero de 2019 y el 19 de abril de ese mismo año, respectivamente, encontrándose los dos privados de libertad por esta causa desde dichas fechas.

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