La Audiencia juzga hoy al empresario que simuló besar a Teresa Rodríguez
Delitos de atentado y contra la integridad moral
El empresario Manuel Muñoz se sienta en el banquillo para responder de unos cargos por los que se enfrenta a una petición de un año y nueve meses de cárcel por dos delitos
El acusado aseguró en su momento que todo fue una broma.
La Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla celebrará hoy el juicio contra el empresario Manuel Muñoz Medina, que se enfrenta a una petición de la Fiscalía de un año y nueve meses de prisión por sendos delitos de atentado a la autoridad y contra la integridad moral, por haber simulado que besaba a la coordinadora de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez.
Fuentes del caso han confirmado a este periódico que no habrá conformidad entre las partes y que el juicio se celebrará. Frente a las peticiones de condena, la defensa del empresario, que ejerce el abogado José Manuel García-Quílez, reclama la absolución, al considerar que se trató de “un broma”, aunque la defensa ya apuntó en un recurso que “a la vista de la difusión y repercusión” que tuvieron los hechos “es claro que no se trató de una broma apropiada, ajustada y simpática, sino todo lo contrario”.
La Fiscalía reclama un año de cárcel y una multa de 1.200 euros por el delito de atentado a la autoridad, dada la condición de Teresa Rodríguez de parlamentaria andaluza; y otra pena de nueve meses de prisión por el delito contra la integridad moral. Además, pide una indemnización de 6.500 euros para la portavoz de Podemos “por los perjuicios personales ocasionados”.
Los hechos se remontan al 20 de diciembre de 2016, cuando se celebró en la sede de la Cámara de Comercio de Sevilla un acto a la que había sido invitada, “entre otras autoridades”, la coordinadora de Podemos. Al mismo tiempo se celebró un pleno de la Cámara de Comercio y tras éste, se ofreció una copa en la primera planta para celebrar las fiestas navideñas.
Teresa Rodríguez fue invitada por la jefa de Protocolo a subir a esa primera planta porque el presidente de la Cámara de Comercio, Francisco Herrero, quería “saludarla y mostrarle las dependencias y proyectos de la Cámara”. La coordinadora de Podemos accedió y tras intercambiar un saludo con el presidente, accedió a su despacho, siendo saludado por uno de los vocales de la Cámara.
Según la Fiscalía, en ese momento salió del lugar donde se servía la copa el entonces vocal Manuel Muñoz Medina, quien al saber que la parlamentaria se encontraba allí, “con la intención de menoscabar su dignidad como mujer y sabedor de su condición y de la actividad que desempeñaba, se dirigió a ella, rodeándola con su brazo derecho por la espalda, llegando a empujarla, mientras ponía la otra mano sobre la boca de Teresa, besándose su propia mano, en lo que simulaba un un beso en los labios a la parlamentaria”.
El Ministerio Público añade que Teresa Rodríguez “no tuvo capacidad de reacción por lo inesperado de la situación”, despidiéndose del presidente de la Cámara y del otro vocal para marcharse con la jefa de Protocolo, a la que “de forma inmediata manifestó su malestar por lo acontecido”.
La juez que investigó el beso simulado y procesó al empresario Manuel Muñoz por estos hechos rechazó en el auto de procesamiento que lo ocurrido pueda considerarse una broma “como pretende el investigado hacer creer, por cuanto ni víctima ni investigado se conocían con anterioridad, ni consta que hubieran mantenido una conversación dilatada y en tono de familiaridad previo aquel día, que justificara la acción realizada, lo que impide considerar la misma como una broma de mal gusto”.
La Audiencia confirmó el procesamiento del empresario porque Teresa Rodríguez, según su propia declaración, se sintió “indignada, paralizada, extrañada, incrédula, sintió miedo y vergüenza” y se vio “en un clima de desamparo”.
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